Dos neurocientíficos te dan recomendaciones para ejercitar tu memoria, explican la influencia de la tecnología en esta y cómo una enfermedad puede afectarla.
Richard Restak, neurocientífico, recomienda, cuando se aprende nueva información, visualizarla: Una buena forma de prestar atención cuando se aprende información nueva, como un nombre, es visualizar la palabra”.
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Teresa Moreno, portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN) indica: “Cualquier ejercicio que mantenga activa la mente viene muy bien”. La experta recomienda ejercitar el cerebro con revistas que traen juegos para encontrar diferencias.
¿El uso de la tecnología afecta la memoria?
Ambos coinciden en la importancia de la lectura en la memoria. Ella señala que leer retrasa los síntomas de la pérdida de esta, por su parte el científico: “La gente, cuando tiene dificultades de memoria, cambia de lectura de no ficción. Pero la ficción requiere un compromiso más activo del texto”.
Los efectos del uso de la tecnología sobre la memoria es una incógnita. Morena menciona: “Todavía no hay estudios al respecto. Pero no es que sea mejor ni peor. Restak añade: “Algunos fallos de memoria son en realidad problemas de atención”.
Aconseja memorizar ciertos aspectos en nuestra vida cotidiana, como la lista de compras, o evitar depender de la tecnología, un ejemplo: llegar a un sitio sin utilizar el GPS del automóvil. Para el hombre de ciencia el uso constante de dispositivos provoca distracción tecnológica.
¿La depresión puede provocar problemas de memoria?
La depresión influye en los problemas de memoria, coinciden los estudiosos del cerebro. “Una de las principales causa es la depresión” afirma Restak.
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“Cuando una persona está deprimida, padece casi los mismos síntomas del Alzheimer porque no se le han muerto las neuronas, pero sí que no sabe controlarlas”, responde la neuróloga española. Agrega que en su campo de estudio le llaman pseudodemencia.
Cabe señalar que la demencia afecta a 50 millones de personas en el mundo, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Moreno la cataloga como “una auténtica epidemia”.
