La tarde de este miércoles 10 de abril del 2024 se registró una temperatura de 42 grados, además de una sensación térmica de 51 grados centígrados. Según el sitio web The Weather Channel la humedad es de 34 por ciento, mientras que las rachas de viento oscilan entre los 14 km por hora.
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Aunque en Tabasco, la temperatura no ha superado los 50 grados, la sensación térmica sí lo ha hecho, incluso alcanzado en algunas zonas, los 51 a 53 grados. Sin embargo, es necesario saber que es lo que le pasa al cuerpo al llegar a temperaturas extremas.
Las altas temperaturas representan un desafío para el organismo humano, cuyo rango óptimo de funcionamiento se sitúa entre los 36 y 37,5 grados Celsius. Cuando estas temperaturas superan ese umbral, el cuerpo activa mecanismos de regulación térmica, principalmente a través del sudor, la respiración y el aumento en el ritmo cardíaco.
Sin embargo, este proceso conlleva el riesgo de deshidratación, ya que cuanto más calor y humedad haya, mayor será la cantidad de sudor producida, aumentando así la pérdida de líquidos del organismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la temperatura ambiente óptima para el organismo se sitúa entre 18 y 24 grados Celsius, manteniendo el cuerpo en un rango de 36°C a 37°C.
A medida que la temperatura corporal se eleva por encima de los 39°C-40°C, se experimenta fatiga muscular y un aumento en la sensación de cansancio. Entre los 40°C y los 41°C, se produce el agotamiento por calor, mientras que por encima de los 41°C, el cuerpo enfrenta un riesgo crítico, con la posibilidad de fallo en múltiples órganos y procesos químicos.
La exposición prolongada a temperaturas extremas, como las que podrían alcanzar los 50 grados Celsius, conllevaría consecuencias devastadoras para la salud, según advierte la Sociedad Española de Medicina General. Problemas cardíacos, trastornos en la circulación sanguínea y afectaciones en órganos vitales como el corazón son solo algunas de las complicaciones potenciales.
Además, se señala que a temperaturas tan elevadas, la capacidad del cuerpo para mantener la hidratación y funciones básicas como la producción de saliva se vería comprometida, lo que podría tener repercusiones graves, incluida la pérdida de la visión.
