Ya todos conocemos los clásicos sabores como lo son dulce, salado o amargo, sin embargo, muy pocos conocen todos los sabores existentes, ya que no son los únicos e incluso, hace pocos años fue descubierto un nuevo sabor.
El sentido del gusto es uno de los principales del ser humano y hasta ahora se conocen cinco sabores básicos, anteriormente se conocían cuatro, entre los que estaban el dulce, salado, el ácido y el amargo, este último suele causar rechazo en la mayoría de las personas, sin embargo, poco sabían del quinto sabor, el umami.
¿A qué sabe el umami?
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Este sabor es menos conocido, pero se produce con la presencia de sales orgánicas de aminoácidos, principalmente del glutamato monosódico la cual es una sustancia que potencializa su sabor. El sabor tiene un matiz que comparte con algunos tipos del algas, queso parmesano o tomate, lo que debes de saber es que no existen mapas de sabores en la lengua, ya que hay receptores para todos los sabores en cada parte de la lengua.
Esto quiere decir que es falso lo que se señala de que en ciertas partes de la lengua se sienten sabores específicos, donde incluso a los niños se les enseña a probar distintas sustancias colocándolos en diferentes partes de la lengua.
¿Un sexto sabor?
Sí, pero sólo en ratas y ratones ya que un grupo de investigación del Centro Europeo de Ciencias del Gusto en Dijon, Francia, se descubrió que en las papilas gustativas de estos animales había un receptor para los ácidos grasos, por lo que se puede considerar que son capaces de probar un nuevo sabor denominado como “adiposo”.
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Las sensaciones en la lengua
Cabe señalar que los sabores no son las únicas cosas que se investigan, ya que también se encuentran las sensaciones organolépticas entre las que se encuentran por ejemplo el frescor que causan ciertos activos como por ejemplo el mentol. Así mismo, está la sensación de picor causada por el chile, la sensación astringente causada por algunos tipos de moléculas, por ejemplo al morder un plátano muy verde.
Debes saber que estos no son sabores, sino sensaciones diferentes al sabor que suelen engañar al cerebro, causando por ejemplo en el caso del mentol una sensación de frio, sin embargo, ninguna de estas activa las neuronas receptoras del gusto.
