Ya tenemos bien grabada la frase de “la industria de la moda, es una de las más contaminantes del mundo”. Sin embargo, hay mucho más allá de lo que esta idea tan generalizada puede decirnos. Según datos del sitio web Independent, al año consumimos aproximadamente, 80 millones de prendas, un volumen que pasa una factura bastante costosa al medio ambiente.
La “desechabilidad” se ha vuelto clave en una industria que genera millones de prendas al año, a costa de recursos naturales y explotación laboral, la poca calidad de los productos, sumada a los bajos precios, convierte a la moda rápida en un problema mundial.
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Hoy en día, la moda sostenible ha adoptado tejidos más respetuosos con el medio ambiente, ya sea porque son reciclados o porque han sido cultivados de manera sostenible. Sin embargo, aún existen tejidos cuya producción es altamente nociva para el planeta. Pongamos pues, por ejemplo, que entre las fibras menos recomendadas se encuentra el algodón, la lana, la piel y el cachemir. Hoy hablaremos específicamente del tejido más conocido y utilizado a nivel mundial: el algodón.
¿Por qué es tan contaminante?
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Si bien, el algodón es una fibra de origen natural, que puede degradarse al final de su vida, es uno de los cultivos con más implicaciones negativas para el medio ambiente. La producción del algodón es de aproximadamente 25 millones de toneladas al año y casi el 95% de su producción mundial pertenece a cultivos OGM que indica, que es genéticamente modificado.
Los productos químicos, incluyendo pesticidas tóxicos utilizados en el cultivo del algodón, contaminan el agua y dañan la salud de los trabajadores agrícolas. El proceso para cultivar algodón toma entre 10,000 y 20,000 galones de agua para hacer un solo par de jeans y hasta 3,000 para hacer una camiseta.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 20 mil personas en países en desarrollo mueren de cáncer y sufren abortos espontáneos al año por utilizar productos químicos que se rocían sobre el algodón. Pese a que su cultivo sólo ocupa el 2.4% de la superficie cultivable mundial, consume el 16% de los insecticidas, además de utilizar una gran cantidad de herbicidas, defoliantes y abonos químicos.
Según el sitio web Generaciónnatura.org, una producción convencional en Chile, utiliza en una sola temporada 800kg de abonos químicos, 3 tipos de desinfectantes, 8 insecticidas diferentes, 2 fungicidas y 4 reguladores de crecimiento. A esto se le suma que frecuentemente se utilizan insecticidas que han sido declarados por la OMS como altamente problemáticos para la salud humana.
¿Cuál es la mejor opción?
Existe una alternativa al algodón genéticamente modificado y es el algodón orgánico certificado o reciclado. Se produce sin el uso de pesticidas o productos químicos y con mucha menos agua y energía.
