Las zonas arqueológicas son otro de los atractivos de Tabasco que tanto la persona oriunda del estado como el visitante deben conocer. Vestigios mayas y olmecas se encuentran a lo largo del territorio como prueba palpable de la grandeza de estas civilizaciones.
Pirámides, edificios y demás construcciones que dejaron estas culturas son parte del patrimonio cultural material. Las cuales están protegidas por la Ley federal sobre monumentos históricos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos.
De esta manera, las áreas que a continuación veremos son parte de una clasificación en la que entran monumentos arqueológicos y otros edificios de importancia histórica, de acuerdo al INAH.
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Comalcalco y sus vestigios mayas
Comalcalco entre sus atractivos tiene su zona arqueológica, también conocidos como ‘las ruinas’, nombre coloquial. Pero los vestigios que se encuentran en el municipio fueron edificados por los mayas.
La numeralia da cuenta de 282 edificaciones, de esta cifra 105 son montículos de habitación rural. Las plataformas halladas son 46 rurales, 62 residenciales y 29 ceremoniales. Además, 7 basamentos que sostienen construcciones: 3 civiles y 4 plataformas de función especializada.
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Por si esto no fuera suficiente, el museo de sitio exhibe una colección de esculturas, malacates para hilar, urnas funerarias, vasijas, instrumentos musicales, entre otros objetos.
La Venta: Huella de Los Olmecas
En Huimanguillo hay otro lugar igual de impresionante: La Venta. Recordatorio que en estas regiones habitó otra gran civilización: Los Olmecas. De acuerdo a datos de especialistas, el asentamiento fue habitado entre los años 5000 y 400 antes y después de la era cristiana.
Los que han estudiado el lugar, consideran que este es único en su tipo, ya que representa un lugar cívico y religioso. Algo que no puede dejar de mencionarse, es que en el sitio se halló una de las primeras estructuras piramidales conocidas.
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Santa Elena; otro lugar maya
Siguiendo con los sitios arqueológicos, en Balancán hay otro, que igual al de Comalcalco, pertenece a la cultura Maya. Santa Elena. El yacimiento pertenece a las ciudades de la cuenta del Usumacinta y era parte de un eje comercial importante junto a Moral Reforma y San Claudio.
Los rasgos arquitectónicos de sus edificios muestran paredes de mampostería, patios, escaleras, plataformas y juegos de pelota. Dentro de este complejo se destacan cuatro estelas realizadas en roca caliza con glifos.
Moral Reforma
Al continuar en Balancán, se encuentra el sitio conocido como Morales o Moral, en realidad de este no hay mucha información sobre la aparición de sus habitantes. Dentro de la poco se que ha llegado a deducir, es que probablemente existió desde el 633 d. C.
El lugar perteneció al grupo de ciudades de la cuenca del Usumacinta, al igual que Pomoná, Palenque y Bonampak. Sus 72 hectáreas son delimitadas por el río San Pedro Martin al sur y por El Sayá al norte; sin embargo, no ha sido explorado en su totalidad.
Cabe destacar, que en su conjunto principal hay siete edificios medianos y varios pequeños, así como muchas estelas y esculturas, las cuales se encuentran en el museo José Gómez Panaco, en el municipio en cuestión.
San Claudio
Ubicado en Tenosique, es tal vez de los que poca información se tiene, por lo que se puede considerar un misterio. Los expertos señalan que han encontrado dos períodos de ocupación, uno al principio de la era cristiana y el segundo en el período Clásico Tardío (600 y 900 d. C.).
Panhalé
Un sitio más relacionado con los mayas es Panhalé. Como el anterior, está en el citado municipio. El nombre de la zona significa "Reflejo de agua", el cual deriva de su ubicación entre el rio Usumacinta y un serro.
De impresionantes estructuras construidas con roca caliza. Entre las edificaciones destaca la Estructura 16, cuya forma de pirámide de 30 metros de altura se levanta sobre una plataforma.
La base de este edificio tiene una vista panorámica del Usumacinta. En la cima se pueden ver unas paredes de un cuarto, que se cree fueron parte de un templo.
Pomoná
Conocida también como Pakbul, nombre dado gracias a los jeroglíficos que se encontraban en el lugar. Pomoná tuvo un importante papel en la cultura maya, lo que se sabe por los años de estudio de sus inscripciones.
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Este lugar es un asentamiento disperso que ocupa una franja de 175 hectáreas de una región fértil y montañosa en el margen izquierdo del río Usumacinta. Los seis complejos arquitectónicos importantes fueron construidos sobre el nivel de inundación y hay una serie de áreas residenciales distribuidas en las faldas del cerro.
Solo uno de los seis grupos arquitectónicos ha sido explorado, el ubicado en el extremo norte del Grupo I. Hay una plaza de base rectangular rodeada de 13 edificios. En el centro de la plaza hay un altar bajo y la estructura más importante es el Templo IV con paneles bellamente tallados que representan al Dios Kin, el Sol. Con información de Marco López
