/ miércoles 5 de junio de 2024

Tabasco político / ¡¡No les vieron ni el polvo!!

Javier May Rodríguez e Yolanda del Carmen Osuna Huerta, candidatos a la gubernatura y a la alcaldía de Centro, respectivamente, hicieron añicos a sus contendientes.

Literalmente, ¡¡no les vieron ni el polvo!!

La diferencia en las urnas resultó abismal, tal y como se tenía previsto. El ex titular federal de Bienestar y de FONATUR, superó la votación que obtuvo Adán Augusto López Hernández en la elección de 2018 y la que el mismo consiguió –más de 800 mil sufragios- en el mencionado proceso electoral como abanderado al Senado.

La participación de Juan Manuel Fócil Pérez, María Inés de la Fuente Dagdug y Lorena Beaurregard de los Santos, resultó patética, vergonzosa, penosa.

Lo mismito sucedió con los rivales de la ex titular de Turismo, Osuna Huerta. Fernando Enrique Mayans Canabal, Humberto de los Santos Bertruy, Feliciano Wong y Diana Calzada y Alcides Mena Gómez, dieron pena ajena, al grado tal, que estoy segurísimo, que ni sus familiares votaron por ellos.

Y es que Javier May e Yolanda del Carmen pasaron sobre ellos. Lo aplastaron en las urnas. Ganaron con una facilidad que sorprendió a propios y extraños.

Se sabía que iban a ganar, pero no de la manera como lo hicieron. Fue un triunfo avasallador, rotundo y contundente, que no deja duda alguna. No sirvieron, ni para el arranque.

Y es que quedaron lejísimos, pero verdaderamente, lejísimos, de los rivales del partido en el poder.

Como decimos coloquialmente, ¡ya ni llorar es bueno!

Perdieron, y punto.

Hagan lo que hagan, están peinados y con raya en medio. La derrota es irreversible.

Legalmente, no tienen de donde agarrarse, pues perdieron con todas la de la ley.

Y lo peor, es que políticamente se convirtieron en cadáveres. Después de lo que les ocurrió el pasado 2 de junio, va a ser dificilísimo que se vuelvan a levantar.

La madriza que recibieron de parte de los tabasqueños, y avecindados que acudieron a votar, fue brutal, salvaje, descarnada, histórica, pues.

Les dieron sin lástima, sin compasión alguna.

El caso es que el PRI, PRD y PAN seguirán políticamente desahuciados. Y vaya usted a saber por cuánto tiempo.

Está verdaderamente cabrón que se vuelvan a levantar del suelo.

Creo que está vez es definitivamente.

Si no, al tiempo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La candidata presidencial del PRI, PAN y PRD, Bertha Xóchitl Gálvez, hizo lo que tenía que hacer: reconoció inmediatamente el triunfo de su adversaria Claudia Sheinbaum Pardo. No se anduvo por las ramas.

Actuó de una forma inteligente, madura, responsable, profesional.

Ejemplo que deben de seguir los abanderados que no se vieron favorecidos por la voluntad popular.

Y dejarse de pendejadas, al menos, claro está, que tenga “…los pelos de la burra en las manos”. Si no, para qué estar haciéndole al cuento.

Después de todo, hay que saber perder. En política se pierde o gana. No hay más. Así de fácil y sencillo.

Javier May Rodríguez e Yolanda del Carmen Osuna Huerta, candidatos a la gubernatura y a la alcaldía de Centro, respectivamente, hicieron añicos a sus contendientes.

Literalmente, ¡¡no les vieron ni el polvo!!

La diferencia en las urnas resultó abismal, tal y como se tenía previsto. El ex titular federal de Bienestar y de FONATUR, superó la votación que obtuvo Adán Augusto López Hernández en la elección de 2018 y la que el mismo consiguió –más de 800 mil sufragios- en el mencionado proceso electoral como abanderado al Senado.

La participación de Juan Manuel Fócil Pérez, María Inés de la Fuente Dagdug y Lorena Beaurregard de los Santos, resultó patética, vergonzosa, penosa.

Lo mismito sucedió con los rivales de la ex titular de Turismo, Osuna Huerta. Fernando Enrique Mayans Canabal, Humberto de los Santos Bertruy, Feliciano Wong y Diana Calzada y Alcides Mena Gómez, dieron pena ajena, al grado tal, que estoy segurísimo, que ni sus familiares votaron por ellos.

Y es que Javier May e Yolanda del Carmen pasaron sobre ellos. Lo aplastaron en las urnas. Ganaron con una facilidad que sorprendió a propios y extraños.

Se sabía que iban a ganar, pero no de la manera como lo hicieron. Fue un triunfo avasallador, rotundo y contundente, que no deja duda alguna. No sirvieron, ni para el arranque.

Y es que quedaron lejísimos, pero verdaderamente, lejísimos, de los rivales del partido en el poder.

Como decimos coloquialmente, ¡ya ni llorar es bueno!

Perdieron, y punto.

Hagan lo que hagan, están peinados y con raya en medio. La derrota es irreversible.

Legalmente, no tienen de donde agarrarse, pues perdieron con todas la de la ley.

Y lo peor, es que políticamente se convirtieron en cadáveres. Después de lo que les ocurrió el pasado 2 de junio, va a ser dificilísimo que se vuelvan a levantar.

La madriza que recibieron de parte de los tabasqueños, y avecindados que acudieron a votar, fue brutal, salvaje, descarnada, histórica, pues.

Les dieron sin lástima, sin compasión alguna.

El caso es que el PRI, PRD y PAN seguirán políticamente desahuciados. Y vaya usted a saber por cuánto tiempo.

Está verdaderamente cabrón que se vuelvan a levantar del suelo.

Creo que está vez es definitivamente.

Si no, al tiempo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La candidata presidencial del PRI, PAN y PRD, Bertha Xóchitl Gálvez, hizo lo que tenía que hacer: reconoció inmediatamente el triunfo de su adversaria Claudia Sheinbaum Pardo. No se anduvo por las ramas.

Actuó de una forma inteligente, madura, responsable, profesional.

Ejemplo que deben de seguir los abanderados que no se vieron favorecidos por la voluntad popular.

Y dejarse de pendejadas, al menos, claro está, que tenga “…los pelos de la burra en las manos”. Si no, para qué estar haciéndole al cuento.

Después de todo, hay que saber perder. En política se pierde o gana. No hay más. Así de fácil y sencillo.