/ miércoles 12 de junio de 2024

Tabasco político / Los "chuchos", sepultaron al PRD

Así como el triunfo de los candidatos de Morena y sus aliados políticos, no sorprendió a nadie, aunque sí, de la forma y manera en que lo consiguieron, pues literalmente aplastaron en las urnas a sus opositores; así también la muerte del PRD.

Era solamente cuestión de tiempo, tal y como finalmente sucedió, al no obtener en las urnas el 3 por ciento de la votación nacional. Anteayer el INE declaró oficialmente su deceso.

Y su extinción se la deben fundamentalmente a dos personajes ambiciosos, mezquinos, perversos, despreciables, execrables, ruines, demagogos, me refiero obviamente, a Jesús Zambrano y Jesús Ortega Martínez. Los famosos "Chuchos".

Ambos se empeñaron en acabar con el perredé, ¿y qué cree usted?, lo lograron exitosamente.

Eso sí, se van cargado de lana. Económicamente sin ninguna preocupación. Pues usaron y utilizaron al PRD, para hacer negocios redondos, a través, de la venta de las candidaturas federal y estatal, como lo hicieron en el 2018 y 2024. Y por supuesto, en las intermedias de 2015 y 2021.

Las consecuencias de ese actuar nefasto, codicioso, inmoral e anti-ético, no se hicieron esperar. Y hoy están afuera, como partido político, del quehacer político nacional.

Ellos y nadie más, son los culpables de que el PRD, no haya alcanzado los votos suficientes para no perder su registro.

Con sus decisiones cupulares, arbitrarias, excluyentes, egoístas y sectarias fueron cavando poco a poco la tumba del PRD.

Lo hicieron pedazos, añicos, polvo.

Y no conforme, los muy desvergonzados y cínicos Chuchos, ya anunciaron que van a formar una agrupación política, para seguir viviendo cómodamente a expensa de los impuestos que puntualmente pagan los ciudadanos, tal y como lo han hecho durante toda su vida.

Lo cierto es que Jesús Zambrano Grijalva y Jesús Ortega Martínez, acaban de pasar a la historia política de este país, como los vivales y oportunistas polítiquillos que sepultaron al PRD, tres metros bajo tierra.

Esto nadie lo podrá borrar, ya que, quedó grabado en la mente de millones de ciudadanos, y toralmente, en los perredistas de hueso colorado que decidieron jugársela hasta el final.

Los Chuchos deben de responder no nada más por el rotundo fracaso político-electoral de la pasadas elecciones, sino por el descomunal dinero que recibieron durante más de 10 años de parte de las autoridades electorales.

No deben irse lisos, pues el daño político y financiero que provocaron en las siglas negro y amarillas, fue tremendo, desastroso, demoledor, aniquilador, como lo confirma el que no haya conseguido ni el tres por ciento de los votos nacionales.

Verdaderamente, penoso, vergonzoso, lastimoso y ridículo el comportamiento deshonesto, indigno, que sin escrúpulo alguno, mostraron como dirigentillos de un partido político que fue víctima de sus trapecerías, sinvergüenzadas, pillerias y argucias.

"SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI"

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Casi 36 millones de votos obtuvo la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. Lo que explica claramente el porqué sus rivales no ganaron en las urnas ninguna entidad.

Fue y sigue siendo una paliza brutal.

Imagínense que sacó más votación que los que conquistó, 30 millones y pico, Andrés Manuel López Obrador en la jornada presidencial de 2018.

Si bien es cierto, que la lista nominal de ahora registró un número más de electores que en ese entonces, no deja de ser sorprendente la forma en que la ex gobernadora de la Ciudad de México, acabó con sus adversarios.

Se sabía de antemano que iba a ganar, pero no de la manera arrolladora con la que triunfo.

¡Ya ni llorar es bueno!!

Efectivamente, Morena en Tabasco, no obtuvo el carro completo, ya que, perdió 7 presidencias municipales (Jalpa de Méndez, Paraíso, Nacajuca, Emiliano Zapata, Tacotalpa, Te Tenosique, Jalapa), pero a cambio logro las 21 curules de mayoría relativa del Congreso del Estado de Tabasco. Más la gubernatura. Y el resto de las 10 alcaldías.

Para qué quieres más, si con lo que ganó, basta y sobra.

Políticamente con lo que consiguió el mandatario electo está más que satisfecho por los triunfos conseguidos, y quién no lo estaría.

Así como el triunfo de los candidatos de Morena y sus aliados políticos, no sorprendió a nadie, aunque sí, de la forma y manera en que lo consiguieron, pues literalmente aplastaron en las urnas a sus opositores; así también la muerte del PRD.

Era solamente cuestión de tiempo, tal y como finalmente sucedió, al no obtener en las urnas el 3 por ciento de la votación nacional. Anteayer el INE declaró oficialmente su deceso.

Y su extinción se la deben fundamentalmente a dos personajes ambiciosos, mezquinos, perversos, despreciables, execrables, ruines, demagogos, me refiero obviamente, a Jesús Zambrano y Jesús Ortega Martínez. Los famosos "Chuchos".

Ambos se empeñaron en acabar con el perredé, ¿y qué cree usted?, lo lograron exitosamente.

Eso sí, se van cargado de lana. Económicamente sin ninguna preocupación. Pues usaron y utilizaron al PRD, para hacer negocios redondos, a través, de la venta de las candidaturas federal y estatal, como lo hicieron en el 2018 y 2024. Y por supuesto, en las intermedias de 2015 y 2021.

Las consecuencias de ese actuar nefasto, codicioso, inmoral e anti-ético, no se hicieron esperar. Y hoy están afuera, como partido político, del quehacer político nacional.

Ellos y nadie más, son los culpables de que el PRD, no haya alcanzado los votos suficientes para no perder su registro.

Con sus decisiones cupulares, arbitrarias, excluyentes, egoístas y sectarias fueron cavando poco a poco la tumba del PRD.

Lo hicieron pedazos, añicos, polvo.

Y no conforme, los muy desvergonzados y cínicos Chuchos, ya anunciaron que van a formar una agrupación política, para seguir viviendo cómodamente a expensa de los impuestos que puntualmente pagan los ciudadanos, tal y como lo han hecho durante toda su vida.

Lo cierto es que Jesús Zambrano Grijalva y Jesús Ortega Martínez, acaban de pasar a la historia política de este país, como los vivales y oportunistas polítiquillos que sepultaron al PRD, tres metros bajo tierra.

Esto nadie lo podrá borrar, ya que, quedó grabado en la mente de millones de ciudadanos, y toralmente, en los perredistas de hueso colorado que decidieron jugársela hasta el final.

Los Chuchos deben de responder no nada más por el rotundo fracaso político-electoral de la pasadas elecciones, sino por el descomunal dinero que recibieron durante más de 10 años de parte de las autoridades electorales.

No deben irse lisos, pues el daño político y financiero que provocaron en las siglas negro y amarillas, fue tremendo, desastroso, demoledor, aniquilador, como lo confirma el que no haya conseguido ni el tres por ciento de los votos nacionales.

Verdaderamente, penoso, vergonzoso, lastimoso y ridículo el comportamiento deshonesto, indigno, que sin escrúpulo alguno, mostraron como dirigentillos de un partido político que fue víctima de sus trapecerías, sinvergüenzadas, pillerias y argucias.

"SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI"

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Casi 36 millones de votos obtuvo la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. Lo que explica claramente el porqué sus rivales no ganaron en las urnas ninguna entidad.

Fue y sigue siendo una paliza brutal.

Imagínense que sacó más votación que los que conquistó, 30 millones y pico, Andrés Manuel López Obrador en la jornada presidencial de 2018.

Si bien es cierto, que la lista nominal de ahora registró un número más de electores que en ese entonces, no deja de ser sorprendente la forma en que la ex gobernadora de la Ciudad de México, acabó con sus adversarios.

Se sabía de antemano que iba a ganar, pero no de la manera arrolladora con la que triunfo.

¡Ya ni llorar es bueno!!

Efectivamente, Morena en Tabasco, no obtuvo el carro completo, ya que, perdió 7 presidencias municipales (Jalpa de Méndez, Paraíso, Nacajuca, Emiliano Zapata, Tacotalpa, Te Tenosique, Jalapa), pero a cambio logro las 21 curules de mayoría relativa del Congreso del Estado de Tabasco. Más la gubernatura. Y el resto de las 10 alcaldías.

Para qué quieres más, si con lo que ganó, basta y sobra.

Políticamente con lo que consiguió el mandatario electo está más que satisfecho por los triunfos conseguidos, y quién no lo estaría.