/ martes 6 de febrero de 2024

Punto y Aparte | Bukele, el absolutista salvadoreño

Recordando el Absolutismo, una ola de él, recorre, nuevamente, el mundo. Hay nostalgia por ese tipo de gobierno, que nos recuerda aquella frase de que la historia, se repite cada determinado tiempo, ya sea como comedia, o, ya, como tragedia.

Empero, no son Reyes, los que buscan hacerse de un gobierno absoluto, que controle la totalidad de la sociedad; sino, son algunos de los nuevos gobernantes, principalmente, en América Latina.

Son quienes bajo la premisa de su mediático carisma y popularidad, han decidido que es mejor gobernar, sin pesos, ni contrapesos, que disminuyan u obstaculicen, sus deseos “casi divinos”, de cambiar lo que decidan, sin límites.

Bajo, esas premisas, vimos cómo un alto porcentaje de salvadoreños, reeligieron a Nayib Bukele, casi unánimemente.

En su primer periodo, hizo trizas a los Poderes legislativo y Judicial, así como a varios de los organismos autónomos de su país.

Ahora, tiene manga ancha y todas las herramientas políticas, mediáticas, y jurídicas, para decidir, lo que le venga en gana.

Nayib Armando Bukele Ortez nació en San Salvador, departamento de San Salvador, el 24 de julio de 1981. Hijo de Olga Ortez de Bukele y de Armando Bukele Kattán.

Por parte, de ambos padres, Nayib es hermano de: Karim Alberto, Yusef Alí e Ibrajim Antonio); y, otros seis, sólo de la parte paterna.

Casado, desde diciembre de 2014, con Gabriela Rodríguez de Bukele, educadora, psicóloga y bailarina de ballet. Ambos, procrearon a: Layla y Aminah.

Tras graduarse de bachiller general, en 1999, en la Escuela Panamericana de San Salvador; inició la carrera de Ciencias Jurídicas en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA El Salvador), pero no la concluyó.

Prefirió integrarse a las empresas familiares. Principalmente, a las agencias publicitarias Obermet; Nölck Red América; y, 4am Saatchi & Saatchi.

También, dirigió al fabricante de pasaportes CLS. Igualmente, fue presidente de la distribuidora Yamaha Motors El Salvador, y, administró la discoteca, Code.

Nayib, inició su carrera política, al competir y ganar, la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, en mayo de 2012. Lo hizo, bajo la bandera del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), a la que apenas, en el 2011, se había afiliado.

Acicateado, por su creciente popularidad, buscó y ganó, en las elecciones municipales de 2015, la alcaldía de San Salvador, en representación de una coalición, entre el FMLN y el Partido Salvadoreño Progresista (PSP).

Rápidamente creció en el espectro político salvadoreño, convirtiéndose en presidenciable, y, con ello, aumentaron los problemas, al enfrentarse con sus, entonces, correligionarios.

Se convirtió en una molestia interna, por lo que el 10 de octubre de 2017, fue expulsado del FMLN, acusado de violar la normatividad y principios de ese instituto político.

No se arredró, por lo que, inició la conformación del movimiento Nuevas Ideas, que buscaba ser un partido político, con el que participaría en la contienda presidencial de 2019.

Drásticamente, se opusieron a sus intenciones, los dos grandes partidos políticos de aquel país: el gobernante FMLN, y el derechista ARENA.

Tras dura lucha jurídica, finalmente, el 21 de agosto de 2018, ya vencido el plazo establecido, en el calendario electoral para presentar candidatos a las elecciones; que los tribunales, permitieron, inscribir al naciente partido político.

Al perder, aparentemente, la posibilidad de competir, por la Presidencia, en esas elecciones, se alió con el instituto político Cambio Democrático (CD), para poder hacerlo.

Bajo una argucia legal, desaparecieron el registro de su nuevo aliado. Respondió, inscribiéndose, como aspirante a candidato, por el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). No, sin complicaciones, logró la ansiada candidatura.

Su tozudez, tuvo sus frutos: En la elección presidencial del 3 de febrero de 2019, Bukele logró la presidencia, obteniendo mayoría absoluta.

De ahí, para el real, Bukele se convirtió en un político millennial, popular, irreverente. Todo lo escribe, en las redes sociales.

Se opone al aborto y al matrimonio igualitario. Crítico de la “vieja política”. Impulsor y creyente de las criptomonedas. Aumentó su popularidad, al combatir, eficazmente, la criminalidad originada por las pandillas. Ahora, El Salvador, ya tiene, su propio Luis XIV. Suerte.

Recordando el Absolutismo, una ola de él, recorre, nuevamente, el mundo. Hay nostalgia por ese tipo de gobierno, que nos recuerda aquella frase de que la historia, se repite cada determinado tiempo, ya sea como comedia, o, ya, como tragedia.

Empero, no son Reyes, los que buscan hacerse de un gobierno absoluto, que controle la totalidad de la sociedad; sino, son algunos de los nuevos gobernantes, principalmente, en América Latina.

Son quienes bajo la premisa de su mediático carisma y popularidad, han decidido que es mejor gobernar, sin pesos, ni contrapesos, que disminuyan u obstaculicen, sus deseos “casi divinos”, de cambiar lo que decidan, sin límites.

Bajo, esas premisas, vimos cómo un alto porcentaje de salvadoreños, reeligieron a Nayib Bukele, casi unánimemente.

En su primer periodo, hizo trizas a los Poderes legislativo y Judicial, así como a varios de los organismos autónomos de su país.

Ahora, tiene manga ancha y todas las herramientas políticas, mediáticas, y jurídicas, para decidir, lo que le venga en gana.

Nayib Armando Bukele Ortez nació en San Salvador, departamento de San Salvador, el 24 de julio de 1981. Hijo de Olga Ortez de Bukele y de Armando Bukele Kattán.

Por parte, de ambos padres, Nayib es hermano de: Karim Alberto, Yusef Alí e Ibrajim Antonio); y, otros seis, sólo de la parte paterna.

Casado, desde diciembre de 2014, con Gabriela Rodríguez de Bukele, educadora, psicóloga y bailarina de ballet. Ambos, procrearon a: Layla y Aminah.

Tras graduarse de bachiller general, en 1999, en la Escuela Panamericana de San Salvador; inició la carrera de Ciencias Jurídicas en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA El Salvador), pero no la concluyó.

Prefirió integrarse a las empresas familiares. Principalmente, a las agencias publicitarias Obermet; Nölck Red América; y, 4am Saatchi & Saatchi.

También, dirigió al fabricante de pasaportes CLS. Igualmente, fue presidente de la distribuidora Yamaha Motors El Salvador, y, administró la discoteca, Code.

Nayib, inició su carrera política, al competir y ganar, la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, en mayo de 2012. Lo hizo, bajo la bandera del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), a la que apenas, en el 2011, se había afiliado.

Acicateado, por su creciente popularidad, buscó y ganó, en las elecciones municipales de 2015, la alcaldía de San Salvador, en representación de una coalición, entre el FMLN y el Partido Salvadoreño Progresista (PSP).

Rápidamente creció en el espectro político salvadoreño, convirtiéndose en presidenciable, y, con ello, aumentaron los problemas, al enfrentarse con sus, entonces, correligionarios.

Se convirtió en una molestia interna, por lo que el 10 de octubre de 2017, fue expulsado del FMLN, acusado de violar la normatividad y principios de ese instituto político.

No se arredró, por lo que, inició la conformación del movimiento Nuevas Ideas, que buscaba ser un partido político, con el que participaría en la contienda presidencial de 2019.

Drásticamente, se opusieron a sus intenciones, los dos grandes partidos políticos de aquel país: el gobernante FMLN, y el derechista ARENA.

Tras dura lucha jurídica, finalmente, el 21 de agosto de 2018, ya vencido el plazo establecido, en el calendario electoral para presentar candidatos a las elecciones; que los tribunales, permitieron, inscribir al naciente partido político.

Al perder, aparentemente, la posibilidad de competir, por la Presidencia, en esas elecciones, se alió con el instituto político Cambio Democrático (CD), para poder hacerlo.

Bajo una argucia legal, desaparecieron el registro de su nuevo aliado. Respondió, inscribiéndose, como aspirante a candidato, por el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). No, sin complicaciones, logró la ansiada candidatura.

Su tozudez, tuvo sus frutos: En la elección presidencial del 3 de febrero de 2019, Bukele logró la presidencia, obteniendo mayoría absoluta.

De ahí, para el real, Bukele se convirtió en un político millennial, popular, irreverente. Todo lo escribe, en las redes sociales.

Se opone al aborto y al matrimonio igualitario. Crítico de la “vieja política”. Impulsor y creyente de las criptomonedas. Aumentó su popularidad, al combatir, eficazmente, la criminalidad originada por las pandillas. Ahora, El Salvador, ya tiene, su propio Luis XIV. Suerte.