/ martes 16 de marzo de 2021

Brega en el Edén | Tiempos nuevos

Son tiempos de adaptación y respuesta, cada vez lo tradicional empieza a ser insuficiente, la realidad exige creatividad, innovación y responsabilidad por quienes hoy asumen responsabilidades públicas.

Es mucho lo que requiere cambios trascendentales y reconstrucción, hace falta un pensamiento y una reflexión más profunda, pero sobre todo establecer las acciones para lograrlo.

El humanismo político, es una filosofía que permite hacer un análisis de manera lineal y transversal sobre los diversos problemas que aquejan nuestro presente y que seguramente seguirán en el futuro si no se hace lo necesario. El debate público requiere precisamente incorporar los nuevos temas, pero también abordarlos de manera diferente.

Aunado a los nuevos tiempos y sus exigencias propias, nos encontramos con otra complicación, no solo aceleramos para ponernos al día de los avances mundiales, sino que estamos teniendo regresiones fatales en todos los sentidos, desde la propia concepción del gobierno, que aunque solo haya obtenido 30 millones de votos, esta tomando las decisiones de 126 millones de mexicanos. Y si, así está el sistema democrático existente, pero en realidad nunca pensamos que un gobernante llegara a ser peor que los que ya habíamos tenido

Por eso en una democracia los ciudadanos debemos siempre repudiar, el abuso del poder, la corrupción impune, cualquier tipo de violencia, cualquier vulneración de los derechos humanos y las libertades, así como la concentración de poder. Quien no lo haga se convierte en cómplice. Gobierne quien gobierne esto debe ser un trabajo y una denuncia permanente de todos.

La ciudadanía, en sus diferentes expresiones están estableciendo redes organizadas de contención y promoviendo contrapesos, reflexionando con las personas, exponiendo motivos para la participacion; dejando claro que el poder concentrado solo sirve a sus dueños, la tiranía es el poder sin contrapesos, el voto somete a quienes no quieren cumplir la ley, trabajan para ti, no en contra de ti, mas poder para pocos, menos libertades para ti. Estos ejemplos nos los muestra la historia del mundo y de nuestro propio país.

Escucho historias de las personas de como se desarrollan los programas federales, la forma de operación es verdaderamente catastrófica, no tienen la menor idea de como enfocarse hacia una gestión de éxito, en principio porque los programas no deben imponerse desde el escritorio, peor aun desde las servilletas que alguien escribió, se requieren verdaderos diagnósticos regionales, tomar en cuenta la vocación de la tierra, así como su funcionalidad transversal donde se tome en consideración al estado y municipios, de lo contrario todos, todos los programas de este sexenio serán un fracaso total.

Son tiempos de sumar todos los esfuerzos, de olvidar el interés propio y todo beneficio venal, es momento de la lucha con integridad moral y con prudencia, contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un ardido que tenga con imponerse. El respeto a los derechos humanos y las libertades deben ser inobjetables.

Don Adolfo Christlieb Ibarrola, decía que “tanto como satisfacer sus necesidades el hombre de hoy persigue vivir con toda dignidad. Junto al aumento de salarios y la mejoría en sus condiciones de vida, el hombre que trabaja exige participar en el ordenamiento de la sociedad en que vive”

“Quienes han tenido las responsabilidades de conducir a los pueblos, han logrado reducir el horizonte de las nuevas generaciones, lo suficiente para que se sientan ahogadas. Vivimos dominados por estructuras no representativas. Las mayorías son solo heredadas de un sistema de vida que les ha sido impuesto desde su nacimiento, sin disponer de ningún medio eficaz que les permita intervenir para modificarlo o mejorarlo”.

Son tiempos de adaptación y respuesta, cada vez lo tradicional empieza a ser insuficiente, la realidad exige creatividad, innovación y responsabilidad por quienes hoy asumen responsabilidades públicas.

Es mucho lo que requiere cambios trascendentales y reconstrucción, hace falta un pensamiento y una reflexión más profunda, pero sobre todo establecer las acciones para lograrlo.

El humanismo político, es una filosofía que permite hacer un análisis de manera lineal y transversal sobre los diversos problemas que aquejan nuestro presente y que seguramente seguirán en el futuro si no se hace lo necesario. El debate público requiere precisamente incorporar los nuevos temas, pero también abordarlos de manera diferente.

Aunado a los nuevos tiempos y sus exigencias propias, nos encontramos con otra complicación, no solo aceleramos para ponernos al día de los avances mundiales, sino que estamos teniendo regresiones fatales en todos los sentidos, desde la propia concepción del gobierno, que aunque solo haya obtenido 30 millones de votos, esta tomando las decisiones de 126 millones de mexicanos. Y si, así está el sistema democrático existente, pero en realidad nunca pensamos que un gobernante llegara a ser peor que los que ya habíamos tenido

Por eso en una democracia los ciudadanos debemos siempre repudiar, el abuso del poder, la corrupción impune, cualquier tipo de violencia, cualquier vulneración de los derechos humanos y las libertades, así como la concentración de poder. Quien no lo haga se convierte en cómplice. Gobierne quien gobierne esto debe ser un trabajo y una denuncia permanente de todos.

La ciudadanía, en sus diferentes expresiones están estableciendo redes organizadas de contención y promoviendo contrapesos, reflexionando con las personas, exponiendo motivos para la participacion; dejando claro que el poder concentrado solo sirve a sus dueños, la tiranía es el poder sin contrapesos, el voto somete a quienes no quieren cumplir la ley, trabajan para ti, no en contra de ti, mas poder para pocos, menos libertades para ti. Estos ejemplos nos los muestra la historia del mundo y de nuestro propio país.

Escucho historias de las personas de como se desarrollan los programas federales, la forma de operación es verdaderamente catastrófica, no tienen la menor idea de como enfocarse hacia una gestión de éxito, en principio porque los programas no deben imponerse desde el escritorio, peor aun desde las servilletas que alguien escribió, se requieren verdaderos diagnósticos regionales, tomar en cuenta la vocación de la tierra, así como su funcionalidad transversal donde se tome en consideración al estado y municipios, de lo contrario todos, todos los programas de este sexenio serán un fracaso total.

Son tiempos de sumar todos los esfuerzos, de olvidar el interés propio y todo beneficio venal, es momento de la lucha con integridad moral y con prudencia, contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un ardido que tenga con imponerse. El respeto a los derechos humanos y las libertades deben ser inobjetables.

Don Adolfo Christlieb Ibarrola, decía que “tanto como satisfacer sus necesidades el hombre de hoy persigue vivir con toda dignidad. Junto al aumento de salarios y la mejoría en sus condiciones de vida, el hombre que trabaja exige participar en el ordenamiento de la sociedad en que vive”

“Quienes han tenido las responsabilidades de conducir a los pueblos, han logrado reducir el horizonte de las nuevas generaciones, lo suficiente para que se sientan ahogadas. Vivimos dominados por estructuras no representativas. Las mayorías son solo heredadas de un sistema de vida que les ha sido impuesto desde su nacimiento, sin disponer de ningún medio eficaz que les permita intervenir para modificarlo o mejorarlo”.