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El problema se ha agravado con la llegada al país de menores latinoamericanos no acompañados que suelen recalar con familiares a menudo en dificultades económicas
La suspensión de clases presenciales y el desempleo en el que han caído algunos tabasqueños, han orillado a un sector de la población infantil a realizar alguna actividad ambulante para conseguir dinero que ayude en el sustento de sus hogares, a pesar de que son partícipes de las clases en línea
Luis Gustavo "N" es un pequeño de 11 años que no tiene padres, y que se gana la vida abriendo y cerrando las puertas en una tienda de conveniencia. Pese a ello, el menor no pierde sus deseos de superación y quiere estudiar
