CDMX.- “Estamos sellando nuestra frontera sur. La gente de nuestro gran país quiere seguridad y protección. ¡Los demócratas han sido un desastre en este tema tan importante!”, escribió Donald Trump en su cuenta de Twitter para defender el envío de tropas de la Guardia Nacional al límite fronterizo con México.
Trump ha vinculado de manera reiterada a los migrantes con actos criminales en su país, sin embargo, calla sobre la oleada de armas que llegan desde Estados Unidos anuestro país por los pasos fronterizos de Texas.
En el sur, pese a los controles aduanales en la frontera México-Guatemala, la forma común de cruzar es a través de balsas que transportan personas y mercancías a nuestro país.
DESCONTROL EN EL RÍO BRAVO
Según la Oficina estadounidense de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) los pasos fronterizos de Tamaulipas-Texas son los más socorridos por traficantes para introducir armas a México, compradas legalmente en Texas, y desarmadas para trasportarlas por la aduana sin ser detectadas. Luego son rearmadas en México y vendidas a grupos del crimen organizado.
Cerca del 70% de las armas que autoridades mexicanas deco misaron a delincuentes entraron por los puentes internacionales de Nuevo Laredo y Reynosa entre 2009 y 2014, según datos de la ATF.
Apenas en noviembre de 2017, el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, propuso a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) crear un frente contra el tráfico de armas desde Estados Unidos, petición que reiteró en McAllen, Texas al legislador federal de ese país, Henry Cuellar.
EL SUCHIATE, FRANJA POROSA
En Chiapas, a lo largo del río Suchiate se han localizado más de 200 pasos informales por donde son transportadas mercancías de todo tipo que evitan las aduanas mexicanas; trasiego de drogas al caer la noche y tráfico de humanos, son el pan de cada día en la franja que divide a México y Guatemala.
La frontera sur ha representado por décadas la porosidad social y comercial que prevalece ante los ojos de la comunidad internacional y las mismas autoridades migratorias y aduanales de México.
El río Suchiate, que atraviesa varios municipios de Chiapas y departamentos de Guatemala, está convertido en una matriz del negocio ilícito de mercancías que van de un país a otro, sin que nadie detenga a balseros que operan a toda hora del día como un atractivo turístico a la vista de propios y extraños.
Enseres domésticos, refrescos enlatados, utensilios de cocina, piezas automotrices, alimentos a granel, comida enlatada, granos, verduras sin filtros de sanidad, cemento y hasta aves de corral, son transportados por aguas internacionales, mientras en las garitas migratorias denominadas Suchiate I y Suchiate II, se percibe actividad normal y en ocasiones nula.
Incluso, personas con maletas viajan por dichas balsas o atraviesan descalzas el río para internarse en México e iniciar así su periplo por el país para intentar llegar a Estados unidos de América, hoy con sus puertas de entrada militarizadas y con los cimientos de un muro que comienza a edificarse.