La violencia doméstica es un fenómeno recurrente en varias familias, principalmente en aquellas en donde la pobreza y el alcoholismo son el pan de cada día, y que provocan traumas a los menores que son víctimas o testigos de ello, lo que en mucho casos, por defenderse o defender a quien está siendo abusado, los lleva a reaccionar violentamente y convertirse en parricidas.
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En Tabasco dos casos conmocionaron a la ciudadanía, uno ocurrido en diciembre de 2018, y el otro en enero de 2020, cuando menores de 10 y 11 años respectivamente, hartos de la violencia familiar que vivían a diario, le arrebataron la vida a sus respectivos padres por golpear salvajemente a sus madres. En ambos casos, por su edad, los victimarios no pudieron ser detenidos; sin embargo, el daño psicológico es inherente, por lo cual debieron recibir atención profesional.
DE UN HACHAZO CORTÓ DE RAÍZ CON LA VIOLENCIA
Era la madrugada del 28 de enero del año 2020. En la colonia Manuel Andrade Díaz, perteneciente al municipio de Huimanguillo, la señora Clemencia “N” descansaba tranquilamente en su casa acompañada de sus hijos, cuando llegó su pareja sentimental, Cristóbal “N”, quien sin más, se le fue encima a la mujer, y la empezó a jalonear de los brazos, lo que provocó que sus hijos corrieran al cuarto a refugiarse, evitando intervenir en el conflicto.
Sin embargo, la hija mayor, identificada como Valeria, se armó de valor y defendió a su madre, logrando sacar a su padre de la humilde vivienda, mismo que no cedía en su intento por regresar, e intentó introducirse por una ventana.
Ante esta situación y decidida a no permitir que el hombre siguiera lastimando a la mujer que le dio la vida, Valeria tomó el hacha de su padre, asestándole un certero golpe en la cabeza que acabó con su vida de forma instantánea.
Al dar cuenta que Cristóbal había fallecido, los demás familiares intentaron cubrir el crimen colgando su cuerpo de un árbol para que pareciera que se había suicidado, y fue alrededor de las cuatro de la mañana que los vecinos del lugar dieron parte a los policías, quienes acudieron a la zona para dar fe de los hechos.
Sin embargo, al efectuar la revisión del cadáver encontraron que la causa de su muerte no había sido ahorcamiento, sino un golpe en la cabeza con un objeto contundente, por lo que, ante la alteración de la escena del crimen, la Fiscalía General del Estado inició una carpeta de investigación y aseguró la vivienda en donde ocurrieron los hechos sangrientos.
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“¡ESTOY CANSADO DE QUE LE PEGUES A MI MAMÁ!”
Un hecho similar se había registrado tiempo atrás, exactamente en diciembre de 2018. Un menor de 10 años, identificado como Alan, mató de una puñalada a su padre cuando golpeaba a su madre, hechos que ocurrieron en Villa Puerto Ceiba, del municipio de Paraíso, Tabasco.
Todo comenzó cuando Higinio “N” llegó a su casa en estado etílico, y sin más comenzó a discutir con quien fuera su pareja sentimental, lo que dicho sea de paso, era el pan de cada día entre la pareja.
Al subir de tono la discusión, el hombre comenzó a pegarle a la mujer; sin embargo se retiró del lugar pero prometió regresar al día siguiente. Tal cual lo hizo y nuevamente se dio una discusión, y comenzó a agredirla a puñetazos.
Nuevamente, el hartazgo armó de valor al pequeño, quien intentó defender a su mamá, pero recibió un empujón por parte de su padre. El niño le suplicaba que dejara de golpearla, pero éste hacía caso omiso.
Furioso por lo que ocurría, Alan corrió a la cocina y tomó un cuchillo, mismo que le clavó a su progenitor en la espalda, antes de lo cual exclamó: “¡Estoy cansado que le pegues a mi mamá, no lo sigas haciendo, por favor!”.
Vecinos que dieron cuenta de los hechos auxiliaron al hombre trasladándolo al hospital de la cabecera municipal, sin embargo no pudieron hacer nada por él, ya que el arma le traspasó el pulmón izquierdo. Esta tragedia fue la primera de la cual Tabasco tiene registro, en donde un menor de edad mata a su padre.
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