Cárdenas.- Un jovencito de apenas 12 años de edad, acabó muerto tras recibir impactos de bala en diversas partes del cuerpo, cuando intentó liberar a sus canes, al momento de dar cuenta de que un par de hombres armados, perpetraban el asalto a la tienda de abarrotes propiedad de su padre.
Los delincuentes escaparon a bordo de un auto jetta color blanco en el que arribaron a la tienda; unidad que fue buscada por la policía que enterada del crimen tras el atraco, dispusieron de operativos pero no lograron hallarla.
De los hechos, la información da cuenta que fueron dos los sujetos que perpetraron el crimen. En la versión de Gerardo Green Vázquez, precisa que atendía la tienda “Abarrotes Obelisco”, propiedad de su tío Antonio García y que a eso de las 31:45 horas, llegó un tipo y tomó un gel y un panecillo y pagó con un billete de 100 pesos; hombre que traía puesta una camisa negra y roja manga larga y que se retiró, pero inmediatamente llegó otro sujeto que vestía playera verde y un pantalón azul marino, y que este, repentinamente sacó un arma de fuego y bajo amenazas de muerte le ordenaron tirarse al piso.
A decir de Gerardo, el primer sujeto, apareció nuevamente y fue quien lo sometió y lo cuidó, en tanto que el otro, (el que venía armado), tomó el efectivo de la caja y se adentró hacia la casa y fue cuando apareció Carlos Eduardo García Green quien al dar cuenta de los hechos, buscó soltar a los perros, pero en su intento, el delincuente armado le disparó en repetidas ocasiones y sin más, emprendieron la huida, abordando el auto jetta color blanco en donde viajaban y que al parecer había otra persona que los aguardaba.
Carlos Eduardo, de apenas 12 años de edad, murió de manera instantánea al recibir cuatro impactos de bala en el cuerpo, uno de estos en el pecho. La familia que estaba en la casa, quedó perpleja ante el terrible asesinato. La policía que fue enterada de los hechos que se dieron en el interior de la tienda de abarrotes ubicada sobre la calle Río Grijalva, en la manzana 9 lote 10, arribó a la zona y dispuso de operativos en busca de los criminales, pero estos se hicieron “ojo de hormiga”. Las investigaciones por este cobarde asesinato se realizan; el pequeño Carlos fue llevado a la morgue en donde la familia lo reclamó para darle sepultura.
