‘A la buena de Dios’ es como algunas personas subsisten esta epidemia por Covid-19, ya que a pesar de los esfuerzos de las autoridades por inmunizar a la población, todavía hay personas de diferentes rangos de edad que no han recibido la vacuna.
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Tal es el caso del señor Manuel Torres Cruz, de ocupación obrero, quien por no contar con su credencial de elector o identificación oficial no se ha registrado ni ha recibido la vacuna contra el Covid-19.
Sin embargo, su asiduo consumo de tés y plantas medicinales lo han mantenido a salvo en casi 2 años de emergencia sanitaria.
Oriundo del pueblo mágico de Tapijulapa, a sus 40 años de edad ha optado por este tipo de alternativas, aunque confiesa en que al ver que tantas personas acuden a vacunarse cada día, ya está en trámite su credencial ante el INE para poder acudir cuanto antes a los módulos, aunque sea como rezagado.
“Soy obrero, trabajo en el servicio exprés de cambio de balatas, bujías y aceite”, comenta luego de acudir a pedir informes a uno de los módulos de vacunación.
“No me he vacunado, pero gracias a Dios no me he enfermado, ya que me cuido con plantas medicinales como zacate limón, hojas de guanábana agria, hoja de guayaba, canela y miel de abeja”, señala.
Además, dice que eventualmente prepara tés de hoja de momo con cebolla y ajo hervido; “todo ese complemento es hervido, ya después lo cuelas y lo puedes tomar como agua de tiempo y lo puedes meter al refrigerador”.
Indicó que esto es recomendable para la salud de las personas, ya que en lugar de un vaso de refresco embotellado se puede tomar un vaso de limonada y pepino con zanahoria.
“Gracias a Dios no me he enfermado, aunque han fallecido algunos de mis primos y familiares cercanos, siempre me encomiendo al de allá arriba”, expresa mientras eleva sus ojos al cielo.
Como cualquier ciudadano, también ha hecho buenas obras en favor de familiares y amigos que han enfermado.
“Mi religión es adventista, pero me encomiendo a Dios porque lo importante es la confianza y la fe”, indica.
Actualmente no tiene pareja, ya que se divorció de su esposa hace unos años, y aunque tiene una hija casi no la ve porque ella radica en Playa del Carmen.
“Ellas están en Quintana Roo yo solo aquí en Tabasco, viviendo a la buena de Dios en esta pandemia que esperemos que termine pronto”, manifiesta luego de mostrar algunas de las flores que siempre lleva consigo, ya que se dice también amante de la naturaleza.
Relata que su credencial de elector la perdió desde la inundación del 2007, y desde entonces no la ha tramitado, motivo por el cual no se ha vacunado hasta el momento.
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“La perdí hace años, era cuando vivía en Tapijulapa pero tengo que renovar de nuevo y debo tener mi credencial de acá, donde estoy radicando”, concluye Manuel Torres Cruz.
