El acoso sexual en el transporte público se ha vuelto una conducta agresora sin castigo, consideraron asociaciones civiles defensoras de los derechos humanos, al referir que es fomentada por el hacinamiento de pasajeros que muchos conductores de unidades practican.
Dicha acción, ha dado pie a que dos de cada tres tabasqueñas sean víctimas de esta expresión que es una variante de violencia sexual, y que no es propia de la entidad, ya que se da en diferentes partes del mundo.
Ante ello, el transporte público se ha convertido en un ambiente hostil principalmente para las mujeres, ya que en el trayecto diario que recorren para trasladarse a sus destinos, son vulnerables a sufrir acoso sexual, una de las diversas expresiones de violencia sexual.
Y es que si bien el acoso sexual se trata de una problemática que podrían sufrir tanto hombres como mujeres, diversas investigaciones señalan que son las mujeres, de forma abrumadora, las víctimas de este fenómeno, así lo indicó Efraín Rodríguez León, asesor jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab).
En entrevista para este medio de comunicación, expuso que el acoso y abuso sexual son delitos tipificados dentro del código penal, sin embargo, el perpetrado en el transporte público no es una conducta de tipificada como delito grave.
“Los acoso y abuso sexual están tipificados en el código penal y sabemos que uno de los lugares donde con mayor frecuencia se da precisamente es en el transporte público por el hacinamiento, aprovechando esa circunstancias muchos incurren en conductas ilícitas a través de tocamientos o de manera verbal hacia las mujeres”, puntualizó.
Indicó que esta conducta he quedado sin castigo desde siempre debido a la falta de cultura de la denuncia, sin embargo, también influye la burocracia de las autoridades, pues de acudir las víctimas a la Fiscalía General del Estado (FGE), no contarían con los suficientes elementos para abrir una carpeta de investigación.
“Lamentablemente no existe una cultura de denuncia y eso hace que ese delito se fomente y se de, de manera constante porque no hay denuncia, pero también consideramos que es muy complejo el poder denunciar porque la victima al ir a la Fiscalía lo primero que le van a pedir es el nombre del agresor, y no lo saben, porque quien comete este delito se supone que es una persona desconocida”, dijo.
Ante ello, mencionó que la acción común es que las víctimas y sus familias se queden con la indignación, mientras que los agresores se escudan en el hacinamiento del transporte público.
Quien comete este tipo de ilícitos lo hacen amparados en el hacinamiento, cuando el transporte va normal no es tan fácil que se dé, pero cuando si va muy hacinado es fácil
Y es que en una encuesta realizada por el equipo informativo de El Heraldo de Tabasco, se constató que al menos dos de cada tres tabasqueñas han sido víctimas de acoso sexual en el transporte público.
“Yo si he sido víctima de acoso sexual, en la combi una vez un tipejo se me acercó mucho, le metía el codo pero no se hacía para ningún lado y cuando le reclamé, porque le reclamé, me dijo que lo estaban empujando, que no era su culpa”, acotó María ‘N’.
En el mismo caso se dijo haber estado Graciela ‘N’, quien incluso indicó que en su experiencia un tipo sentado se estaba tocando recurrentemente sus partes íntimas mientras la miraba.
“Yo iba parada sobre la línea de su haciendo y el tipo, ya mayor, se iba tocando sus partes mucho, pero muy feo, me tuve que mover”, compartió.
Finalmente, Rodríguez León, expresó que la única forma de combatir esta conducta sería evitar los hacinamientos y sobre cupo en las unidades de transporte, una situación que compete directamente a las autoridades de transporte.