Pegarle a la piñata con los ojos vendados hasta quebrarla y obtener de su interior los dulces, es una de las tradiciones mexicanas más arraigadas, que en el Estado se hace efectiva con mayor énfasis en las posadas de fin de año y fiestas infantiles; sin embargo, desde hace casi una década los tabasqueños han adoptado el gusto por practicarla los 15 de Septiembre, durante los festejos de la popular Noche Mexicana.
Arturo Juárez Marcial es artesano de piñatas desde hace 30 años, pero desde los últimos 10 se prepara con anticipación al día del Grito para comercializar los ejemplares en forma de chiles, botellas de tequila, campanas, estrellas tricolores con el escudo de la Bandera Mexicana, e incluso chinas poblanas, charros, mariachis y hasta algún personaje que haya participado en la Independencia de México.
“Ya se ha vuelto una tradición, nuestras ventas en el mes de septiembre se incrementan, no en exageración pero si, a diferencia de años atrás como que la gente ya lo hace con más tradición, como de hace unos 10 años o poquito más se comenzó a detonar esta venta”, expuso.
En el año 2009 –comentó- comenzó con estos diseños tricolores logrando distribuir al menos 300, no obstante, una década después desplaza entre mil 200 y mil 500, en su mayoría de campañas, chiles mexicanos y figuras de mariachis.
En cuanto a precios, compartió con este matutino que maneja costos para “todos los bolsillos”, desde las más económicas de 60 pesos que son una estrella con picos en colores verde, blanco y rojo; hasta las figuras de chinas poblanas y charros que se ofrecen en 220 pesos, ya que su proceso de elaboración de dura hasta dos días.