Amas de cinco años que fueron colocados los geotubos para proteger a la zona urbana de la Villa Sánchez Magallanes de la erosión del mar se desinflaron prácticamente, ocasionando que la población quede de nuevo desprotegida de los embates de la naturaleza.
Otros de los geotubos que son bolsas de polipropileno con tejido de alta tensión, de 30.49 metros de largo por 1.70 de alto y 3.63 de ancho, que se llenaron con arena succionada del lecho marino, terminaron hundidos y arrastrados por el mar, cuando se les había dicho que durarían unos 25 años de vida útil.
La pequeña empresaria, Emma López Escalante, indicó que aunado a lo anterior, algunos pescadores han cortado la capa superior de algunos costales para usarlos en sus viviendas como protección de la lluvia y el sol, por lo que gran parte de la zona ha quedado expuesta a los deslaves del mar.
López Escalante destacó que durante los últimos años, los pobladores asentados en la zona urbana cerca de la orilla del mar no vivieron con la zozobra en tiempos de nortes, como años anteriores, y que, incluso, el pasado Frente Frío número 10 no causó deslaves importantes en la villa.
Otros habitantes consideraron que es necesario rehabilitar gran parte de los 2 mil 309 de la barrera de protección costera, con el llenado de los geotubos que han perdido el material que contenían y sustituyendo los que se han perdido, ya que quedó demostrado que si funcionan para disipar la fuerza del oleaje.
En febrero de 2012, Pedro Morales Hernández, de la compañía Control de Erosión, S. A. de C. V., explicó que la obra tenía el objetivo de proteger poco más de 2 kilómetros de costa de la erosión marina, con una vida útil de 25 años, pero los hechos demostraron lo contrario, ya que poco a poco se desintegra.