Paraíso, Tabasco.- En el abandono y total deterioro se encuentran actualmente las Playas Varadero y Caracol, de este municipio tabasqueño, debido a la contaminación por hidrocarburo.
Esto a casi un año de haber cerrado sus instalaciones a causa de la cercanía de lo que será la nueva Refinería de Dos Bocas.
Ambas playas, todavía el año pasado recibieron a miles de visitantes, ya que eran de los sitios preferidos de los vacacionistas sobre todo durante la Semana Santa.
En contraparte, otras playas privadas que antes operaban con menor demanda, han empezado a fortalecer su infraestructura para recibir a los visitantes que para esta temporada vacacional se quedaron sin estos dos sitios tradicionales del municipio de Paraíso.
El primero en cerrar sus puertas fue la playa Caracol, desde marzo del año pasado, por lo que ya no operó para la Semana Santa del 2019, lo anterior debido a la presencia de hidrocarburo a lo largo de un tramo entre 6 y 8 kilómetros.
A esto le siguió la Playa Varadero, cuyos propietarios del predio decidieron cerrar el sitio turístico tras 40 años de operación.
Aunque algunas personas que pidieron permanecer en el anonimato, aseguran que el predio fue vendido con la intención de aprovechar el desarrollo generado por la obra, aunque hasta el momento se desconoce para qué fines específicos será usado.
A mediados del año pasado personal de Protección Civil Municipal confirmaron la presencia del hidrocarburo en las playas Varadero, Sol y Palmar, por lo cual se determinó confirmar el paso a visitantes para evitar alguna intoxicación.
Estas playas se encuentran un costado del complejo que se habilita para la construcción de la refinería Dos Bocas, localizado en el sector El limón, de la ranchería Las Flores segunda sección de este municipio.
Durante un recorrido efectuado por la zona se constató que los accesos a estos lugares permanecen cerrados, incluso uno de ellos cuenta con vigilancia, aunque en el caso de Varadero se pudo ingresar algunos metros, sólo para observar que con unos troncos quedó cerrado el paso a la playa, además de que las instalaciones con que operaban, como son las palapas, los baños y el área de restaurante permanecen en completo abandono, empezando a deteriorarse.
Otras playas aledañas que continúan operando son Palmar, Del Sol y Freddy, que aunque este martes registraron una afluencia casi nula, se preparan para sustituir a las que fueron cerradas, mismas que recibían en promedio cada una hasta 40 mil visitantes en temporada de Semana Santa.