Jonuta, Tabasco.- Debido a la popularidad que ha ganado el Dióxido de Cloro como una presunta cura para los pacientes de Covid-19. Autoridades de salud alertan de la toxicidad que genera en el cuerpo.
El galeno José Manuel Damián Gutierrez pidió a la ciudadanía no dejarse timar, y manifestó un testimonio cercano que ingirió un frasco de Dióxido de Cloro, tras haber tenido sospechas de haber contraído el virus. Asegura que le vendieron la idea de que gracias a ello se iba a recuperar, pero no fue así.
"Lo tomó por cinco días y junto con los síntomas asociados al Covid, desarrolló mareos, vómito y diarrea", aseveró.
Agregó, “él comenzó a cuestionarse el por qué sus síntomas estaban empeorando, y ya no eran sólo los asociados a los del coronavirus” .
Señaló que al afectado le habían vendido una frasco en $450.
Detalló que el consumir el Dióxido de Cloro puede ocasionar problemas renales, cardiovasculares o del hígado, y que por ello, no es recomendado por la Secretaría de Salud federal, para tratar la enfermedad del Covid.
Manifestó que se trata de un producto para desinfección y que dañará el cuerpo humano en la medida de la aplicación de la dosis.
“En la medida de las dosis, es la toxicidad. Es un producto que se usa para desinfección. No porque sea desinfectante puede usarse para consumo humano.”
FALTA EVIDENCIA CIENTÍFICA
El dióxido de cloro se ha comercialización como su supuesto tratamiento contra diversas enfermedades y afecciones, como la diabetes, el autismo, el sida y el cáncer, existe desde hace más de una década.
El doctor Damián Gutiérrez sostiene que en todo el mundo se le quiere atribuir funciones curativas, pero hasta el momento, no hay nada avalado científicamente que respalde su efectividad.
“En Jonuta como en el resto del estado, hay gente que lo está comercializando, incluso me lo ofrecieron para venta, pero les dije que no, porque estoy consciente que en lugar de curarlos, los voy a empeorar”, expresó.
RIESGO MORTAL
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, advirtió desde el 2010 sobre el consumo de productos de dióxido de cloro; en abril de este año publicó los efectos adversos de las personas que ingirieron la sustancia, como insuficiencia respiratoria; cambios en la actividad eléctrica del corazón y baja presión arterial mortal.