Con calles y avenidas desoladas, vendedores ambulantes en las esquinas, así como buen número de tiendas cerradas lució la ciudad de Villahermosa en los albores del 2020.
Pocos vehículos circularon por las principales arterias de la capital tabasqueña este 1 de enero, en su mayoría sólo unidades del servicio público, taxis y combis pudieron observarse desde muy temprano.
Las paradas del transporte urbano y suburbano prácticamente vacías, el único pasaje que abordó las unidades fueron aquellas personas que laboraron en este día de asueto y algunos que regresaban a sus casas después de cenar en caso de algún familiar.
Lógicamente que después de los festejos por la llegada del año nuevo familias enteras salieron en coche a comer algo o bien a comprar, pero fue un mínimo de particulares los que utilizaron sus vehículos.
Aprovechando la ausencia del personal de Fiscalización y Normatividad, comerciantes ambulantes de diversos giros como vendedores de frutas, cacahuates, enlatados y tronadores se establecieron en el primer cuadro de la ciudad.
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No falto el típico parroquiano que después de correrse una buena farra entre la noche del 31 de diciembre y el inicio de año nuevo, se quedó dormido bajo los efectos el alcohol sobre la banqueta.
Y por supuesto, la “alfombra” de pedazos de papel periódico producto de la quema de petardos y tronadores en estas fechas, cubriendo las calles en colonias populares y en el propio centro histórico de la ciudad.
