Ser organillero no es cosa fácil por varias razones, la primera que el instrumento musical pesa más de 35 kilo, quedan muy pocas en todo México y nadie te enseña como utilizarlo.
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A estos se suma la piratería que ha ingresado al sector desde hace unos años, señala Marco Antonio Cruz, quien junto a Víctor y Daniel, dos jóvenes tabasqueños, recorre las calles con el artefacto melódico para ganarse la vida.
“A veces vamos a México allá están los organilleros, allá está más fuerte la tradición, lo difícil de esto no es la tocada, sino su peso que va de 35 a 40 kilogramos, trae ocho melodías, y trabaja como el acordeón a base de aire, indicó
El entrevistado comenta que se puede escuchar "música de la Revolución Mexicana, de Pedro Infante, hasta las que ha cantado Vicente Fernández como Volver, volver y Mi querido viejo. Trae las mañanitas y el Taconazo.
En este oficio también hay piratería
Durante su charla menciona que actualmente se tienen que anteponer a la piratería "ya aquí también hay piratas. Unos compañeros aprendieron a tocar el instrumento, y uno de ellos era carpintero, hicieron una caja, le pusieron una pila de carro, y con música de internet es como la manejan, es decir engañan a la gente, hacen la finta que tocan pero en verdad no.
En su vida diaria, caminan por varias colonias: "la verdad salimos desde las 8:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche, ya que el organillo no es de nosotros, lo rentamos en 200 pesos diarios, y tenemos que sacar lo del instrumento
Continúa revelando más sobre su oficio. En una de sus respuestas señaló que el fin de se mana tras caminar varios kilómetros, estuvieron por la zona de la Ciudad deportiva y la policía los retiró "a pesar de que la gente nos escuchaba muy atentos, hubo alguien que nos denunció por hacer bulla en la calle y los policías nos dijeron que nos retiráramos, que había una llamada por alterar el orden público.
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Marco Antonio pidió a la ciudadanía seguirlos apoyando para no perder esta tradición del organillero, que viene realizando en los últimos 4 años.