Desde el inicio de su construcción en el año 2019, la obra emblema de la 4T y promesa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, la refinería de Dos Bocas, en el municipio de Paraíso, Tabasco, se ha visto envuelta en una serie de escándalos por anomalías en su construcción, señalamientos de corrupción, y ahora por violencia en contra de sus empleados.
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Acusaciones de corrupción
En principio, las empresas invitadas por el gobierno federal para concursar por la construcción de la refinería, que fueron descritas por Rocío Nahle como las mejores del mundo, estuvieron envueltas en millonarios escándalos de corrupción.
Tal fue el caso de Bechtel y Techint, que van en consorcio por este proyecto de hasta ocho mil millones de dólares. La primera, considerada la mayor compañía dedicada a la ingeniería de Estados Unidos, fue señalada en 2017 en tribunales británicos por actos de corrupción en Abu Dhabi.
En tanto, la empresa italo-argentina Techint era investigada en Italia y Argentina por el presunto pago de algunos de sus empleados de nueve millones de dólares a funcionarios en Brasil para quedarse con obras de Petrobras, esto entre 2009 y 2013.
Sobre el consorcio integrado por WorleyParsons y Jacobs, la primera empresa fue vinculada en 2016 a Unaoil, investigada por la Oficina de Fraudes Graves de Reino Unido por presuntos actos de corrupción para ganar un contrato y construir un ducto petrolero en Medio Oriente con valor de 500 millones de dólares.
En 2016, 21 empleados de la filial china de Jacobs fueron arrestados en Hong Kong por falsificar pruebas de calidad en los materiales utilizados para la construcción de un puente entre esa ciudad y Macao. La empresa también fue vetada para los contratos de consultoría para el gobierno.
Mientras que la francesa Technip y la estadounidense KBR, tienen registros de malas prácticas en conjunto.
No hubo estudios ambientales
En el año de su arranque, su construcción tuvo varias irregularidades, tanto en el diseño del proyecto como en su ejecución y su inversión, según lo detectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF); el proyecto insignia había comenzado sin tomar en cuenta los riesgos que implicaba para el medio ambiente, ni el de inundaciones.
De acuerdo a la ASF, la “premura” con que iniciaron las obras a cargo de la Secretaría de Energía (Sener) no consideró las medidas de mitigación a la afectación ambiental en la zona. Sus proyecciones de gastos y rentabilidad no correspondían a la realidad.
La ASF también detectó recursos faltantes por 75.6 millones de pesos, resultado de la duplicidad de pagos, retribuciones fuera de norma y diferencias entre contratos y los servicios obtenidos, además de deficiencias en la gobernanza y control interno de la obra.
Ante esto, la titular de Energía, Rocío Nahle García, respondió que la ASF había cometido errores en la información que emitió referente a la obra; que se había equivocado en la revisión efectuada, pues los costos de preparación fueron menores a los contratados, señalando que debido a las estrategias efectuadas, se ha logrado obtener ahorros desde que inició el proyecto.
La funcionaria federal calificó como absurdos los comentarios sobre la obra, principalmente los que señalaban que la federación no tenía ingeniería básica para diseñar los equipos requeridos para dar mayores resultados.
Construcción en terreno inundable
En 2020 se hicieron virales unas imágenes en las que se mostraban los terrenos en donde se ejecuta la obra completamente inundados, luego de las lluvias que azotaron en la entidad y que dejaron afectaciones en distintas comunidades.
En su oportunidad, la titular de la Sener negó que la refinería estuviera inundada; aseguró que el terreno se encharca, más no se inunda, y el agua se seca sin mayores problemas.
Constantes conflictos laborales
Esta semana la obra ha estado en el ojo del huracán por el conflicto con empleados de ICA Flour, quienes acusaron explotación laboral, y exigían el pago de sus horas extra laboradas, además de mejoras en sus condiciones laborales, a lo cual fueron reprimidos con gases lacrimógenos y balas por parte de elementos antimotines.
A tres días de iniciado el conflicto, en la zona hay una tensa calma, ya que las instalaciones del complejo petrolero continúa resguardada por fuerzas policiacas y la inconformidad de los empleados persiste.
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Sin embargo, no es la primera vez que trabajadores se manifiestan o se quejan de las condiciones en las que trabajan, tanto de la misma empresa, como de otras que brindan su servicio a la petrolera.