La necesidad y las dificultades económicas, agudizadas a causa de la pandemia del Covid-19, que además de todo, impide que los adultos mayores trabajen como “cerillitos” en tiendas departamentales, hacen que personas como don Manuel Martínez no se rindan ante la situación y busquen una forma de conseguir ingresos.
A sus 77 años de edad, don Manuel es uno de tantos franeleros que día con día laboran a pleno sol, acomodando vehículos en la vía pública.
En su caso, su zona de operación son las inmediaciones del mercado público José María Pino Suárez, a donde acude todos los días para ganarse unas monedas.
Su rostro visiblemente cansado, contrasta con su fortaleza y paciencia para soportar a las personas que, a pesar de hacer uso de sus servicios, no le obsequian alguna propina.
“Aquí dependemos de que nos quieran dar, ya que no tenemos otra cosa qué hacer”, señala mientras acomoda un vehículo.
Al mismo tiempo reconoce que es abuelo, pero lamentablemente se ha ido perdiendo ese contacto los nietos y seres queridos.
“Ya no es el tiempo de antes que los nietos estaban al día, ahorita ya no se puede”, comenta don Manuel, quien se dedica a acomodar vehículos en la vía pública desde el 2007.
PERDIÓ A SUS DOS HIJOS
Aunque tuvo dos hijos, señala con tristeza que ellos ya fallecieron, uno de ellos apenas el año pasado.
“Tuve dos varones, pero se me acaba de morir el último”, recuerda entre palabras cortadas.
Sus hijos le dejaron 3 nietos, hembras y un varón, y aunque no puede convivir con ellos por la pandemia por el Covid-19, espera por lo menos que estén bien, y en su momento le puedan visitar para conmemorar el día del Abuelo que se celebrará el próximo 28 de agosto en México.
Como él, decenas de adultos mayores continúan con alguna actividad productiva a pesar de la emergencia sanitaria que ha obligado a muchas personas de su edad a permanecer confinadas en sus casas.
OBLIGADOS A AUTOEMPLEARSE EN EL SECTOR INFORMAL
A un mes de que se celebre en Tabasco el Día del Abuelo, son muchas las personas de la tercera edad que a pesar de la pandemia de Covid-19 siguen laborando para tratar de llevar ingresos a su familia. Sin embargo, la mayoría de ellas sólo se ocupa en el sector informal dadas las limitaciones que tienen las empresas para contratar adultos mayores.
De igual forma, en el caso de los centros comerciales y tiendas departamentales que ocupaban a abuelitos para labores de empacadores voluntarios, no han vuelto a retomar esta práctica debido a las restricciones que se tienen para evitar los contagios de Covid-19 y no exponer a los adultos, considerados como parte de la población vulnerable.
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