Abandonado por las autoridades municipales y estatales, el puente Solidaridad, que une al centro de Villahermosa con la colonia Las Gaviotas, permanece descuidado, lleno de basura y con un riesgo latente de inseguridad para los transeúntes.
Esto también por la ausencia de elementos de Seguridad Pública que inhiban los delitos que diariamente se suscitan en esa zona, principalmente por el acceso de la popular colonia Las Gaviotas.
El puente peatonal, que atraviesa el río Grijalva, fue diseñado como una zona de esparcimiento familiar, aunque está lejos de representar un sitio de descanso y se ha limitado a ser un paso que vino a sustituir la costumbre de cruzar el río por las tradicionales “lanchitas”.
Sin embargo, desde los primeros años de servicio sufrió acciones de grafitteo por parte de grupos delictivos juveniles, lo cual hasta el momento no ha podido ser subsanado.
Pero lo que en estos momentos preocupa más a los ciudadanos es la falta de limpieza y mantenimiento a su infraestructura.
Esto se constató durante un recorrido efectuado este domingo por la zona, donde se puede apreciar basura regada en todo el corredor y los accesos, inclusive además de papel, cartón y recipientes de unicel la gente inconsciente llega a tirar cubrebocas.
Lo anterior representa un peligro para los transeúntes por la contaminación en estos tiempos de contingencia sanitaria por Covid 19, además de que cualquier persona podría aplastar sin ver estos objetos de limpieza contaminados y esparcir el virus.
Además durante todo el recorrido no se observó la presencia de un solo policía, más que el paso de unidades por el malecón Carlos A. Madrazo, pero los accesos al puente permanecieron sin protección.
A decir de algunos comerciantes ambulantes que pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias de las autoridades, por las noches la vigilancia también es nula y diariamente tienen conocimiento de asaltos o incluso personas que se resisten y llegan a ser lesionados por los delincuentes que entran por el lado de Las Gaviotas.
Por esta zona cruzan diariamente cientos de personas, la mayoría mujeres jóvenes que van a sus centros de trabajo en la Zona Luz, y que se exponen a que los delincuentes puedan faltarles al respeto.
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