De manera alarmante y exponencial es como ha crecido el número de niñas abusadas en Tabasco, lo cual repercute en el alto número de embarazos en adolescentes.
Sin embargo, a pesar de que la entidad registra un promedio anual de 3 mil 967 embarazos en adolescentes, es evidente la falta de políticas públicas y programas encaminados a atender esta problemática.
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Encima de ello, existe una impunidad por parte de la Fiscalía General del Estado y Profade para atender y resolver las denuncias.
De acuerdo al delegado regional de la Asociación Nacional de Padres de Familia, Freddy Lanestosa Contreras, esta situación es alarmante ya que tiene que ver no sólo con embarazos adolescentes, sino con violencia y abusos en contra de menores de edad.
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Refirió que de acuerdo con la información oficial obtenida a través de una consulta en la Plataforma Nacional de Transparencia, la entidad tabasqueña reporta un promedio anual de 3 mil 967 embarazos en adolescentes, de tal suerte, que en el año 2016 se registraron 3 mil 917 casos.
Indicó que en 2017 la cifra creció a 4 mil 769, pero en 2018 fueron 4 mil 217; En 2019 se contabilizaron 3 mil 585 y en 2020 un total de 3 mil 346 casos.
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Se contabilizaron al menos seis casos de embarazos en niñas de 10 años de edad; 15 de 11 años, mil 441 de 14 años; 4 mil 480 de 15 años; 6 mil 069 de 16 años y 7 mil 413 de 17 años.
Mencionó que se ha establecido como protocolo notificar a la Fiscalía General del Estado sobre los embarazos en menores de edad, pero a pesar de lo grave de este asunto, no se ha dado un posicionamiento por parte de la Fiscalía y nadie presenta soluciones.
“Solamente se avocan a denunciar el hecho que es vergüenza de nuestra comunidad, siendo las autoridades cómplices, con su silencio y su incapacidad por omisión de su no intervención”, expresó.
Mencionó que preocupa mucho este señalamiento, toda vez que podría tratarse de casos de abuso sexual, aunque reconoció que muchas veces las víctimas y sus familiares no quieren denunciar, además de que se debería de crear responsabilidad penal también contra los padres que tapan este tipo de abusos y no protegen a sus hijas.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Civil Aldea por los Niños, Alejandra Arias Gómez, indicó que se requieren programas preventivos para combatir la alta incidencia de
“Las estrategias preventivas del abuso infantil están contempladas por el nuevo marco normativo de derechos de la niñez, sin embargo, en Tabasco no se ha etiquetado presupuesto para este rubro ya que las instituciones prefieren desviar el presupuesto público”, expresó.
Consideró que resulta paradójico que Tabasco, teniendo mayor presupuesto que Chiapas, Campeche y Yucatán, es el más atrasado en políticas de infancia y adolescencia.
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“Por lógica, también se requiere la aplicación de la Ley para castigar este abuso contra la niñez y adolescencia porque hay una fuerte impunidad de parte de Fiscalía y Profade a nivel estatal, con excepción de Cunduacán donde hemos observado que si se está actuando para resolver las denuncias”, argumentó.
Arias Gómez dijo que para que se aplique la Ley a favor de niños y adolescentes, es urgente depurar instancias como Camvi, Fiscalía y Profade.
Camvi, Fiscalía y Profade son las instancias principales enemigas de la niñez junto con los violadores y abusadores.Alejandra Arias Gómez
En ese sentido, el presidente de la Alianza de Familias de Tabasco, Raúl Álvarez Constantino, coincidió en que en los últimos meses se han incrementado notablemente tanto los abusos contra menores de edad como los embarazos en adolescentes.
“Lamentablemente durante este tiempo de pandemia, el hecho de que las familias estuvieran mucho tiempo junta, sobre todo en aquellos lugares donde había una violencia de parte de algunos padres de familia contra los menores, es un asunto que se acrecentó desmedidamente”, afirmó.
Mencionó que uno de los problemas que se tienen en Tabasco es el abuso de familiares hacia los menores.
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A su vez, la presidenta del Colegio de Abogados Tabasqueños, Zulima Zavala Montejo, reconoció que hacen falta estrategias tendientes a prevenir y erradicar los casos de abusos y violencia contra los menores de edad.
“Definitivamente es algo preocupante y creo que le concierne a los padres, quienes tenemos que ponernos las pilas porque si no estamos cuidando la educación de los hijos, es donde ellos van por otro camino”, aseveró.
De este modo, son varias las voces que coinciden en que mientras estos dos problemas han crecido en forma exponencial, se carece de estrategias y programas tanto de atención a las víctimas, como de procuración de justicia para castigar oportunamente a los que infringen esa violencia hacia los menores de edad.
