Las altas temperaturas que prevalecen en la entidad afectan a todos los tabasqueños sin excepción, aunque son los que prestan su servicio en la calle quienes más resienten sus efectos.
Tal es el caso de los transportistas, como los taxistas foráneos que prestan servicios a destinos como Macuspana, que apostados al mediodía en una banqueta de la calle Pedro Fuentes soportan los intensos rayos del sol.
Algunos alcanzan a refugiarse en un pequeño local que sirve como oficina a este sitio de taxis foráneos, pero otros tienen que esperar su salida en la banqueta, aguardando a que se complete el número de pasajeros, que por disposiciones sanitarias, es la mitad del cupo de las unidades.
Para ello, algunos esperan con un pozol y otros con un vaso de agua, pero siempre tomando las previsiones para evitar los llamados golpes de calor.
“Agua o pozol, lo que se nos presente en el día, pero hay que estar hidratándonos”, comentó uno de los taxistas, de nombre Miguel Hernández.
Indicó que el viaje a Macuspana cuesta 240 pesos, toda la unidad, y que se tardan 4 minutos en cada viaje, en el que se llevan a dos o tres personas, ya que no pueden llenar todo el vehículo.
Lo que llama la atención es que en esa espera prolongada, los trabajadores del volante están expuestos a las inclemencias del sol, y a diferencia de otras calles y avenidas de Villahermosa, esa zona, cercana al Parque de la Paz, no tiene ningún árbol o acera con sombras, lo que expone a las personas a sufrir de golpe de calor.
Nosotros de Macuspana empezamos a las 3 de la mañana, venimos llegando aquí a las 5, y el último viaje es hasta las 8 de la noche
En ese momento, pasa por esa zona un vendedor de pozol en un triciclo, y ni tardos ni perezosos los taxistas se aprestan a comprar un vaso de esa tradicional bebida, ávidos de refrescarse ya que ignoran hasta qué hora tendrán oportunidad de volver a llevarse un vaso de agua a la boca.