Un lugar de mucha tradición en el corazón de Villahermosa es sin duda el Café del Portal, edificio emblemático que forma parte del contexto urbano inmediato de Plaza de Armas, y que a pesar del paso del tiempo aún se encuentra de pie.
El arquitecto Víctor Manuel de Dios Olán, nos narra que el inmueble, que originalmente fue la casa de don Mariano Olvera, y que fue remodelado en 1925, fue construido en una planta baja irregular debido a la topografía accidentada del terreno en la parte posterior, y ante la carencia de tecnología moderna, los constructores la resolvieron de tipo trapezoidal, muy cerrado en uno de sus lados.
De Dios Olán describe que la fachada del edificio cuenta con un corredor porticado que utiliza arcos ojivales de estilo Gótico y pilastras cuadradas con pedestal entre cada uno de ellos; los arcos continúan hacia el interior del porticado para formar las ventanas, que sirven como puertas de acceso al edificio; la parte superior de la fachada se cierra con una cornisa dentada.
En un inicio, la azotea estaba techada con una estructura de madera a dos aguas, recubierta con tejas, pero después de la remodelación, se sustituyó por una azotea plana de viguetas de fierro y bovedillas de ladrillo, señala el arquitecto.
“Como un dato especial, refiero que la azotea funcionó durante la década de los años cuarenta y los primeros años de los cincuenta como una terraza de espectáculos; siendo este lugar donde iniciaron sus carreras artísticas el músico-compositor tabasqueño, Manuel Pérez Merino, llamado “El cantor del Grijalva”, con su orquesta…; las cantantes Rosa Lander (Hilda del Rosario Landero) y Jazmín (Esperanza Mena Balboa; así como el gran vibrafonista Chuco López (Jesús López Denis) y los tríos Usumacinta y Provinciano”, dice el entrevistado.
Hacia finales de los años cincuenta la azotea estaba sin uso, por lo que se aprovechó para colocar allí uno de los primeros anuncios panorámicos y otro con la razón social “Bienvenidos al Café del Portal” con luz de neón, mismo que permaneció ahí hasta principios de los setenta.
Se cuenta que una vez cantaron allí grandes artistas como Pedro Infante, Jorge Negrete y Toña “La Negra”, y que las personas que no tenían la oportunidad de estar en la terraza en esos momentos, abarrotaban la Plaza de Armas, donde podían apreciar todo el espectáculo, e incluso algunos hasta bailaban al compás de la música. Esto sucedía muy a menudo, por lo que era habitual utilizar la Plaza como una extensión popular del Café del Portal
El edificio funcionó durante una buena parte de los años setenta como bar, llamado “El Mural”, de efímera existencia. Posteriormente se ubicó una panadería, y luego permaneció vacío por un tiempo.
El inmueble fue remodelado en 1992, reforzándose su estructura, y alterando los aplanados exteriores así como su distribución interior; actualmente alberga sucursal bancaria que funciona en horarios de oficina; el resto del día es un espacio muerto, concluye Víctor Manuel de Dios.
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