Aunque Aquí en la Tierra se ubica en un contexto político lleno de injusticias y corrupción, para Gael García la esencia de esta serie va más allá de estos temas. El mexicano que produce, actúa y dirige uno de los capítulos considera que este proyecto, protagonizado por Alfonso Dosal y Tenoch Huerta, permite indagar en los comportamientos humanos y entender cómo reaccionamos ante los arquetipos sociales.
“Nuestro planteamiento es principalmente la humanidad de los personajes (…) Alfonso hace al hijo del patrón. Y Tenoch es el hijo del jardinero que trabajaba en la casa del patrón.
Esos son arquetipos; el conflicto inicial surge en cuanto estos personajes crecen juntos y llega un momento donde ya no pueden ser amigos porque son de diferente clase social”, comenta sobre esta producción cuya idea original surgió en conjunto con Kyzza Terrazas.
“La narrativa impuesta no ve con buenos ojos que esas personas sigan siendo amigas o que se lleven del todo. Sus caminos son distintos, conocen a diferentes personas, ese es el drama realmente al que quisimos ir.
Lo demás es un contexto, una fábula dentro de ese marco”, señala el actor, quien comparte créditos con Daniel Giménez Cacho, Dolores Heredia y Luis Gnecco.
La idea de este proyecto surgió hace más de 10 años, cuando Gael dirigía Déficit, su ópera prima. Su inquietud lo llevó a preguntarse sobre la vida de aquellos que han heredado una realidad que no es suya, como es la de los hijos de los presidentes o de los luchadores sociales.
“Por eso el título Aquí en la Tierra, porque es un tópico aceptado que explica que hay estructuras que funcionan (de cierto modo); que aquí en la Tierra es de esta forma o que es así. Y sin embargo cuando nacemos, vivimos toda la vida cuestionándonos quiénes queremos llegar a ser y cada quien con sus posibilidades, con su ventajas o desventajas, se cuestiona”, considera el actor.
Para Gael, está producción que compitió en la primera edición de Canneseries, es un ejemplo de cómo el arte puede ayudar a retratar el contexto social no solo de México, sino también de Latinoamérica o cualquier parte del mundo, lo que funciona como herramienta para defender nuestro derecho a expresarnos. “Desde el lado que trabajamos se pueden cuestionar muchas cosas. En algunos casos una película, un documental, una serie, puede llegar a cambiar las cosas de forma muy impactante.
Pero por lo general son catalizadores de algo que ya está sucediendo; entonces el ejercicio mismo ya es una defensa de nuestros derechos humanos”, dice. “Entre tantas cosas que se pueden hacer para participar está hacer este tipo de cuestionamientos, y qué fortuna poder hacerlo con esa libertad.
Eso es algo que hay que defender mucho. Este no es un proyecto más, es una serie que trata temas muy actuales y que la estamos haciendo con toda la libertad, y eso es lo que hay que defender”.