Diez docenas de rosas, lo equivalente a 120 piezas, son las que carga la señora Socorro en su cabeza, mientras que en una mano sujeta una cubeta llena de fresas. A 20 pesos el puñado y a 50 pesos la docena de rosas.
Fue hace 10 años –comentó brevemente a este matutino- cuando llegó a Villahermosa procedente de Comitán Chiapas, junto a su esposo y a sus dos hijos, con el objetivo de trabajar duro para ayudar al sustento de su familia.
“De Comitán somos y aquí estamos ya tiene muchos años, como 10 más o menos, si creo que 10. Me vine con mi marido y mis dos hijos, allá no hay oportunidad para nosotros”, indicó.
Hace una década comenzó a vender dulces en una canasta, pero ahora recorre las principales calles de la ciudad cargando en la cabeza paquetes de rosas de todos los colores en precios 75 por ciento más económicos que en cualquier tienda de flores, donde esta docena oscila entre los 150 y 180 pesos.
Actualmente radica en la colonia Gaviotas Norte, ahí sus hijos estudian, y ella junto a su esposo salen desde temprano, el dedicado al giro de la venta de dulces, y ella de flores y fresas, sin importar los intensos rayos del sol o las fuertes lluvias.
“Llévele su flor, sorprenda a su esposa” le dice Socorro a los caballeros que ve caminar por las calles, en este caso sobre la avenida Paseo Tabasco que es una de las que más recorre por su alto flujo de peatones y automovilistas, además los varios comercios que ahí hay asentados.
Al día –compartió- se vende entre siete y ocho docenas, y si bien le va llega a vender las 10, sobre todo los días de quincena.
“En la quincena nos va mejor, si se vende, pero los demás días ahí vamos, caminando y ofreciendo”, puntualizó.
Finalmente, expuso para este matutino que tuvieron que salir de Comitán porque ahí no hay trabajo, y tenían la esperanza de que sus hijos estudiaran, es por ello que los pequeños de 10 y 12 años no suelen salir a trabajar como la mayoría de los que vienen a Villahermosa desde Chiapas, sino más bien se dedican a estudiar.