La posibilidad de que tú o a alguien que conozcas se les “meta el chamuco” es muy baja, pero ¿realmente es cero?

Mientras son peras o son manzanas, y ya sea si eres creyente o no, lo cierto es que el proceso para encontrar a un verdadero exorcista es complejo e interesante, no se parece en nada a lo que esperarías de una película de terror.

Un exorcismo, en cualquier religión, se conoce como un ritual religioso en el que se expulsa a un “demonio” o entidad maléfica que ha tomado posesión de una persona, causándole daño psicológico o físico.

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Así es un exorcismo en la vida real

Dentro de la religión católica, el exorcismo debe ser realizado por un sacerdote especialmente entrenado y preparado, y bajo supervisión y aprobación directa de la iglesia. En los últimos años este tipo de rituales han sido controversiales y han ido perdiendo el apoyo de muchos fieles, pues los llamados “síntomas” de lo que parece ser una posesión en realidad pueden ser resultado de enfermedades mentales o físicas.

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Aún así, hasta la actualidad existe la posibilidad de realizar un exorcismo luego de que el caso haya sido analizado de forma exhaustiva por autoridades de la iglesia y profesionales médicos.

Según el “Código de Derecho Canónico”, uno de los documentos que dirigen la organización de la Iglesia Católica, todas las arquidiócesis, en caso de necesidad, deben tener por lo menos un sacerdote capacitado para realizar exorcismos.

Cuando alguien acude a estos sacerdotes por ayuda contra una posesión demoníaca, este se encarga primeramente de descartar todas las explicaciones mundanas, como problemas de salud mental y otras enfermedades que puedan hacer creer a los familiares o a la comunidad que se trata de una influencia demoníaca.

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En algunos casos, este proceso puede ser largo, ya que involucra no solo la consulta con otros miembros de la iglesia, sino también acudir con profesionales de la salud para descartar todas las otras explicaciones posibles.

Entre los trastornos que históricamente han sido considerados como posesión está la esquizofrenia, la epilepsia o el trastorno bipolar; estos pueden causar delirios, alucinaciones, comportamiento errático y cambios de humor extremo que pueden convencer incluso a la persona que las sufre de que se encuentra poseída.

Anneliese Michel, un exorcismo equivocado

Uno de los casos más famosos de una persona erróneamente exorcizada fue el de Anneliese Michel, quien en 1970 comenzó a sufrir convulsiones y delirios. Sus padres, que eran muy religiosos, estaban convencidos de que sus padecimientos eran causados por demonios, y recurrieron a la iglesia para un largo y doloroso período de exorcismos.

Por varios meses Anneliese pasó por numerosos exorcismos, sometida a un fuerte sufrimiento físico y emocional en su propia cama. Finalmente la joven terminó por perder la vida por inanición y deshidratación, a los 23 años.

El caso de Anneliese se hizo famoso en todo el mundo, trayendo un debate sobre la eficacia y seguridad del exorcismo como tratamiento a padecimientos psicológicos o psiquiátricos reales.

En 225 el obispo de la diócesis de Würzburg, en Alemania, emitió una disculpa pública reconociendo que el exorcismo de Anneliese Michel fue un error. Desde entonces los criterios para realizar este tipo de procedimientos se han hecho más estrictos.

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Un sacerdote exorcista moderno es no solo especialista en los diversos tipos de brujería que se practican en el mundo, sino que su capacitación incluye temas de salud mental y atención por vía telefónica. Sí, los exorcistas también pueden hacer home office si es necesario.

El exorcista Ernest Simoni se hizo famoso por ofrecer a personas con sospecha de estar poseídas el escuchar una oración en latín por vía telefónica, las mismas que daría si se tratara de un exorcismo en vivo.

Según varias fuentes de la Iglesia Católica consultadas, las posesiones demoníacas en el mundo van en aumento. ¿Qué opinas tú?

Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo