Adolescentes tabasqueños con menor capacidad de memoria por el tipo de alimentación que consumieron durante su infancia, revela estudio realizado por alumnos de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
En el estudio “la Influencia de la Alimentación y la relación memoria-inteligencia en los Adolescentes” se midió la atención y la memoria en hombres y mujeres de entre 15 y 18 años de edad el cual dio como resultado que aunque no existe un impacto entre la alimentación y la inteligencia, si lo hay en la atención.
“El resultado que tuvimos fue de una significancia de 0.50 por ciento, es decir que el chico no presta atención y esto es totalmente necesario para el proceso enseñanza-aprendizaje, porque si no hay atención, no hay retención. Pudimos comprobar que si hay un impacto entre lo que se consume y la atención”, sostuvo Jenny Karen Petit Gómez, de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
La muestra fue de 30 personas y en el cuestionario aplicado a los jóvenes que obtuvieron problemas de retención, manifestaron que su dieta diaria está basada empanadas, sopes, pizzas, hamburguesas y ese tipo de comida rápida.
Estudios han revelado que una persona que durante sus primeros ocho años de vida se alimentó adecuadamente muestra una mayor inteligencia.
“La adolescencia es una transición entre la infancia y la edad adulta y en esta etapa los padres dan mayor autonomía para tener un hábito alimenticio adecuado y al pasar a manos de los jóvenes que ellos eligen su alimentación podemos ver que se ven afectados sus nutrientes”, expuso.
Los cambios en roles sociales como el que mamá se incorpore a la vida laboral hace que los niños y adolescentes compren desayuno en la escuela y estos opten por comida rápida.
En el cuestionario el 100 por ciento de los diagnosticados respondió que desde pequeños sus padres les daban dinero para el desayuno y al tener la libertad optaban por los platillos que les vendían en la escuela.