El verano arrancó con todo, y en muchas ciudades de México las temperaturas están alcanzando y superando los 40 grados centígrados. Lugares como la ciudad de Chihuahua alcanzaron en fechas recientes los 44°C. Y a mediados de junio una familia de tres falleció en el estado de Tabasco a causa de las altas temperaturas. Y es que el calor presenta importantes retos para el cuerpo humano: Uno de ellos es que baja la presión arterial. Una baja presión arterial puede poner en peligro la vida, principalmente para niños y niñas, adultos mayores o personas que sufren alguna enfermedad relacionada.
¿Por qué baja la presión con las altas temperaturas?
Según publicaciones médicas de la Clínica Mayo, cuando hace mucho calor, es común que experimentemos una disminución en la presión arterial. Para comprender esto, podemos pensar en cómo funciona nuestro cuerpo y cómo responde al calor.
Al estar expuestos a altas temperaturas ambientales, nuestro cuerpo se esfuerza por mantener una temperatura interna estable. Una de las formas en que lo logra es dilatando los vasos sanguíneos en la piel, lo que se conoce como vasodilatación. Esta respuesta permite que el calor escape más fácilmente a través de la piel, ayudando a regular la temperatura corporal. Y es la razón de por qué nos ponemos rojos cuando tenemos mucho calor.
Cuando los vasos sanguíneos se dilatan, el espacio dentro de ellos se amplía. Esto significa que la misma cantidad de sangre se distribuye en un área mayor. Como resultado, la presión ejercida por la sangre sobre las paredes de los vasos disminuye, lo que se traduce en una disminución de la presión arterial.
Además, la dilatación de los vasos sanguíneos puede conducir a una redistribución del flujo sanguíneo. En respuesta al calor, el cuerpo prioriza el enfriamiento y la termorregulación, lo que significa que el flujo sanguíneo se desvía hacia la piel para disipar el calor. Esta redistribución puede llevar a una disminución adicional de la presión arterial.
Es importante destacar que la disminución de la presión arterial en condiciones de calor no es necesariamente problemática en individuos sanos. Sin embargo, para algunas personas, como aquellas con problemas cardiovasculares o hipotensión, podría ser necesario tomar precauciones adicionales para evitar efectos adversos. Siempre es recomendable consultar a un médico si tienes inquietudes específicas sobre tu presión arterial en relación con el clima caluroso.
Deshidratación: Un peligro mortal
De acuerdo a información de la Clínica Mayo, la deshidratación es otro factor originado por el calor, que puede causar una disminución en la presión arterial debido a la reducción en el volumen de sangre circulante. Cuando no consumimos suficiente líquido o perdemos una cantidad excesiva de agua a través de la transpiración, la orina o la respiración, nuestro cuerpo experimenta una disminución en el volumen sanguíneo total.
Esto significa que hay menos sangre disponible para ser bombeada por el corazón y distribuida a través de los vasos sanguíneos. Como resultado, la presión arterial disminuye porque la fuerza ejercida por la sangre sobre las paredes de los vasos se reduce. La baja presión arterial puede llevar a síntomas como mareos, debilidad y fatiga, y en casos graves puede resultar en desmayos.
¿Cómo sobrevivir al calor?
Primero que nada es necesario que atiendas con un médico cualquier problema de salud, como enfermedades cardiacas, hipertensión e hipotensión, entre otras. Además de que si tienes malestar es necesario que consultes pronto a un especialista de la salud.
En segundo lugar, es fundamental hidratarse adecuadamente para mantener un equilibrio saludable en el cuerpo y asegurar un funcionamiento cardiovascular óptimo. La deshidratación aunada al calor es un problema de salud que puede causarnos rápidamente la muerte, si nos descuidamos.
Finalmente, un tercer factor que tenemos que considerar es evitar lo más posible las altas temperaturas y la exposición a la radiación solar. Por decirlo de una manera sencilla: No hacerle confianza al calor. Ya que estamos alcanzando temperaturas más altas de lo normal debido a los efectos del calentamiento global causado por la actividad humana.