Si vas a convivir con un perro, las vacunas son una de las recomendaciones veterinarias que debemos implantar como rutina tanto si nuestro compañero es un cachorro como si se trata de un adulto. Indiferentemente de si vive dentro o fuera de casa.
Alrededor de las vacunas existe desconocimiento y desconfianza, lo que lleva a perder de vista la importancia vital que tienen en la prevención de enfermedades mortales. A continuación aclaramos todas las dudas y exponemos el calendario de vacunas recomendado.
¿Por qué hay que vacunar a los perros?
Los perros están expuestos a diferentes enfermedades en su día a día. Por suerte, la mayoría desencadenan un cuadro clínico que, aunque puede ser complejo, es curable con mayor o menor intervención veterinaria.
Pero otras patologías, en cambio, resultan potencialmente mortales y no hay más que tratamiento de soporte contra ellas. Ya que no existe antídoto que las elimine, la ciencia ha dirigido sus esfuerzos a prevenirlas. Y este es el trabajo de las vacunas.
Administrar vacunas previene y erradica enfermedades infecciosas, contribuye a la salud pública, en la medida en la que algunas de estas patologías son zoonosis, y disminuye el uso de antibióticos.
A nivel general podemos valorar las siguientes vacunas cómo muy recomendadas, además de alguna totalmente obligatoria por ley cómo la de la rabia:
- Cachorro con mes y medio de edad: Vacuna de parvovirosis, moquillo y dos polivalentes
- Cachorro con dos meses: Vacuna polivalente.
- Cachorro con tres meses: Vacuna polivalente (refuerzo)
- Cachorro con cuatro meses: Vacuna de la rabia (normalmente también se pone el microchip a la vez)
- Perro con un año: Vacuna polivalente (recordatorio) y vacuna de la rabia (recuerdo)
- Cada año: Vacuna polivalente (recordatorio) y vacuna de la rabia (en algunas comunidades autónomas se exige recuerdo cada dos años, en la mayoría cada año).
¿Por qué hay que revacunar?
La inmunidad que confieren las vacunas puede ser temporalmente limitada. Esto quiere decir que la memoria que se haya podido crear en el sistema inmunitario tras su administración va a agotarse en un tiempo. Este varía en función de cada vacuna. Por eso, para mantener la protección, es imprescindible la revacunación.