La transmisión pasada de El Atelier, el programa cultural de El Heraldo de Tabasco, estuvo engalanada con la presencia del maestro de teatro, médico, dramaturgo y actor Francisco Hernández, quien recibió la presea Celestino Gorostiza por parte de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).
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Al inicio de la charla, el doctor nos platicó acerca de su relación con la medicina y la dramaturgia; dijo que su madre siempre le decía “hijo, esto es un virus (el arte); y una vez que contraes ese virus es muy difícil que se te quite”.
Reconoció que fue Carmen de Mora quien lo “adoptó” en el mundo del teatro, y le hizo saber que el arte no tenía edad, además de que lo instruyó y presentó con otras personas que también sentían gusto por las artes. “Hubo un tiempo en el que compré la obra de un autor brasileño; él me pedía los derechos de autor, nunca la pude presentar porque los artistas o se me casaban, o se iban, y nunca pude hacer nada” comentó
Fue en 1997 que se encontró a Laura Sierra en la calle Reforma y comenzaron a trabajar juntos, con quien fundó el proyecto Teatro Café. “Entramos con una obra que fue muy curiosa, porque yo, a la actriz anterior con la que trabajé otras obras, le dejé el libreto, y éste se quedó tirado sin que nadie lo viera. Ella ya no volvió conmigo, se fue con otras gentes a trabajar y curiosamente me encuentro a Laura en la calle, me la llevo al Jaguar, y ahí empezamos a platicar y comenzamos a trabajar”.
Ambos iniciaron a trabajar con Teatro Café, que son obras que aparecen espontáneamente al lado de los comensales. Una vez que estaba en el aeropuerto, le tocó presenciar una discusión de un padre con su hija, lo que lo inspiró a escribir una obra que tituló “Eliza: una mujer positiva”, la cual se trata de una mujer que tiene Sida; esa obra obtuvo varios reconocimientos a nivel nacional.
Actualmente tiene tres cursos abiertos: para adolescentes los viernes, para adultos los sábados o domingos, y se prevé abrir uno más que es sólo para mujeres, y cuya perodicidad es anual. Además, anunció que los jueves habrá un curso para ejecutivos, para quienes tengan contacto con el público. Asímismo, tienen planeado comenzar a trabajar con una obra que se llama “Los amores de Luis 15.5 y Josefina ¾”.
Dijo que tienen un abanico de temas entre los que se incluyen: mujer y maltrato, adolescentes, violación, sociopatías, abuelos, primeros auxilios, entre otros. “El teatro nos ha permitido tantas cosas, acceso a lugares que como ciudadanos comunes y corrientes no tenemos. Nos han abierto, por ejemplo, las puertas de ruinas que todavía no se inauguran, nos abrieron el barco Cuauhtémoc, anécdotas interesantísimas de gente que gracias al teatro, nos permite acceder a otras cosas”.
Además, el teatro le ha permitido conocer a muchas personas, muchos amigos; asegura que siempre le ha dicho a sus alumnos que al teatro hay que entregarle el 100 por ciento.“Yo lo que siempre le digo a la gente, es que tiene que empezar a dignificar el teatro, tiene que empezar a cobrar, porque si no cobras entonces ¿de qué vives? Entender que es un trabajo”.
A decir del escritor, el teatro en Tabasco “es un niño”; lo catalogó como un bebito que está creciendo. “Somos un niño apenas asomando los ojitos de un lado para otro y dando sus primeros pasos, porque la realidad es esa; yo cuando comencé a trabajar, en un principio vi muchos grupos que desaparecieron”.
Explicó que hoy en día hay una manifestación teatral; sin embargo, considera que el sector en la entidad aún está en crecimiento, ya que no se necesita tener mil actores, sino “mil públicos”. “Es difícil llenar los espacios, es difícil que la gente vaya al teatro, es difícil que la gente se acostumbre a pagar un boleto. Entonces es convencer al público que esto es bonito, que es algo agradable, que vale la pena venir a verlo y que se dé su tiempo para asistir con nosotros”, señaló.
Francisco Hernández argumentó que de nada sirve que haya mil grupos de teatro en Tabasco si no hay público, por eso a su consideración primero hay que formar esa imagen, y lo comparó con un producto. “Tenemos que crear la necesidad del producto para que la gente lo compre, pero si no le creamos la necesidad, entonces esto no funciona. Lo digo porque uno lo ve; después de tantos años, uno ya tiene un público. Pero ese público tú lo ves que se acrecienta a pequeños pasos. Tienes gente que sabes que te sigue a morir y de repente te aparecen otras personas, pero no es lo que se ve en otros lugares, en otros estados del país. Se ve poco el movimiento”.
Lamentó que le ha tocado tener que actuar frente a una sola persona, lo cual consideró que no es una experiencia grata para los artistas; su profesionalismo hace que actúen como si tuvieran un teatro lleno. “Lo que yo le aconsejo a los compañeros de teatro es que primero formen su público para que tengan quien vaya”; dijo que es necesario que vaya nueva gente e impulsar al público.
El dramaturgo que ha tocado muchas puertas en Tabasco, de las cuales sólo se le han abierto 5, y aún así las sigue tocando. Consideró que esto depende de la sensibilidad de quien esté y el deseo de que el trabajo se lleve a cabo. “Si quieres hacer teatro, entrégale el 100 y te va a devolver el 100; el teatro es un compromiso, no es una afición. Es decir, ser aficionado al teatro te va a devolver una afición al teatro, tienes que ir estudiando, aprendiendo, armando buenas obras para que el público las aprecie”.
Reiteró que quien quiera hacer teatro deben tomarlo en serio, además de que se rige en el lema “donde Dios te sembró, allí debes de florecer”; enfatizó que él no necesita irse a Ciudad de México o Canadá, pues se siente orgulloso de hacer las cosas en su estado. “Me siento tan a gusto, tan valioso como cualquier gente que hace teatro en algún lugar del mundo. No me siento mejor que él, ni me siento peor. Si yo estuviera en sus circunstancias quizá las cosas serían diferentes, y si él estuviera en las mías, sus cosas serían diferentes, estoy orgulloso de estar en Tabasco”
El también actor mencionó que se puede hacer teatro donde uno quiera y sentirse orgulloso de lo que hace, ya que a su parecer el valor es de uno, no de los demás. Además de que uno hace teatro porque le gusta y le da el teatro al público. “Que te sientas a gusto en donde estés y orgulloso de lo que haces en donde estés, que no necesites irte a otro lugar, porque todo el mundo dice ´es que yo para hacer teatro me tengo que ir a México para que me vean en la televisora tal y allá soy´ ¿y allá que eres? Pues la cola del León, eso es lo que no entiende uno: que es preferible ser cabeza de ratón que cola de león”.
Exhortó a los jóvenes a no sentirse menos porque están en el estado, ni a sentirse frustrados porque no pueden hacer teatro en México, ya que el teatro se hace donde sea.
