Uno de los elementos básicos de todo hogar tabasqueño es la hamaca, ya que la mayoría de los hogares tiene al menos una, ya sea para ser utilizada como la principal fuente de descanso, o como artefacto para descansar en el patio o en los días de playa, te contaremos cuáles son los beneficios de dormir en ellas.
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En Tabasco, la etnia maya chontal la denominaban “Ab” en lengua yokot´an y eran utilizadas para descansar en un sitio que fuera fresco y que mitigara en alguna forma el calor tropical de la entidad.
Una hamaca es un lugar para poder descansar, la cual consiste en una red o lona de tejido de algodón o una cuerda fina la cuál es colgada de extremo a extremo de una pared, o incluso en exteriores entre dos árboles.
¿Cuál es el origen de la hamaca?
Se cree que su origen se remonta a diversos países, ya que existen diferentes lugares en donde las personas duermen en muebles similares, aunque su presencia se da principalmente en las regiones del caribe, su origen surgió de la necesidad de dormir en un lugar fresco.
Se cree que el objetivo de la hamaca era crear una protección para evitar insectos y animales rastreros, ya que estaba lejos del suelo. Aunque también este invento doméstico remonta su origen a los antiguos pueblos precolombinos, donde según el sitio web detabascosoy.com, del texto escrito por Plácido Santana Hernández, fue fabricado hace más de 1000 años.
Su elaboración era a base de bejucos, fibras y cortezas de la vegetación de la región, aunque se cree que el nombre “hamaca” proviene al hacer alusión a la corteza de un árbol llamado hamak.
Mientras que en el salterio de Luttrell, un compendio de salmos y cantos religiosos de 1330, se retrata una hamaca, lo que indica que esta también estaría presente en Europa antes de la llegada de Cristóbal Colón a América.
Sin embargo, México y Europa no son los únicos países en los que se ha utilizado desde tiempos remotos, ya que también hay rastros de su uso en países como Argentina, Uruguay, Haití, Colombia, República Dominicana, Perú, Bolivia, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Venezuela.
Su nombre también ha sido debatido, ya que aunque historiadores aseguran que se debe al nombre de la corteza con la que era elaborada hamak, también hay quienes afirman que su origen está en el idioma taíno y significaría “red para pescado”.
Otro posible origen de su nombre sería la palabra samacú, de origen quechua, que significa “descansar”, aunque existen algunos pueblos que las denominan “cuna de dioses”.
Beneficios de descansar en una hamaca
Además de ser frescas y alejarnos de insectos o animales rastreros, las hamacas también son buenas para la espalda, ya que según Ata Pouramini, director de Quiropractic Valencia, las hamacas son un elemento que proporciona sensaciones placenteras y de comodidad, la cuál nos ayuda a liberarnos del estrés.
De igual forma señala que este tipo de “camas” nos ayuda a quitar la presión de la columna vertebral, sin embargo, hay que tomar en cuenta que en caso de tener algún tipo de daño en la espalda, lo mejor sería no pasar demasiado tiempo en ella.
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¿Tienes insomnio? Así te ayuda la hamaca a dormir
De igual forma, recientemente investigadores de la Universidad de Ginebra, Suiza, publicaron dos estudios en la revista Current Biology en los que encontraron que el balanceo constante en las hamacas ayudaba a dormir mejor y más profundamente, por ejemplo el movimiento repetitivo ayuda a facilitar el descanso, relajar, transmitir tranquilidad e incluso contribuyen a fijar recuerdos y mejorar la memoria.
Según la explicación, las oscilaciones se sincronizan con los ritmos eléctricos cerebrales que solo aparecen durante las horas del sueño, lo cual es necesario para que este guarde recuerdos y aprendizajes importantes. Eso sí, es necesario que el movimiento sea siempre similar, ya que de los contrario podría causar dificultad para dormir.
Sus mitos y leyendas
Además de su ya conocido uso, las hamacas también han sido objeto de diversos mitos y leyendas en Tabasco, pues los chontales tabasqueños creían que no se debía dejar una hamaca sin amarrar, porque el Yum ab se iba a mecer en ella provocando que la siguiente persona en utilizarla podía enfermar por el mal aire que dejaba.
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De igual forma se decía que durante la llegada de las ánimas el primero de noviembre se debía dejar amarrada o desatada la hamaca para dejar libre el camino a los espíritus para que deambulaban libremente por la casa.
En una última creencia, los chontales decían que estaba prohibido dormir o acostarse en una hamaca durante lluvias fuertes que tuvieran truenos o rayos, ya que estos eran atraídos por las hamacas.
¿Cómo se elabora una hamaca?
Actualmente son elaboradas con hilos de seda, y junto con el pabellón, el petate y el cayuco, son elementos fundamentales en una familia yokot´an tabasqueña.
Hoy en día las hamacas siguen siendo utilizadas, llegando a tener una gran variedad de tamaños, desde las más pequeñitas casi de “juguete” o adorno, hasta las más grandes como las matrimoniales.
Tanto en Tabasco, como en la península de Yucatán y otros estados, se acostumbra a colgarlas en hamaqueros, ya que las hamacas cuentan con unos hoyos que permiten ser colgada con ayuda de unos ganchos de metal doblado en forma de S.
El primer material con el que fueron realizadas fue la corteza del árbol hamak, sin embargo, después se comenzaron a hacer de las fibras de la planta sisal o henequén, las cuales eran abundantes en Centroamérica.
Otros materiales que se usan en su fabricación son la pita, e incluso del propio material de pesca, sobre todo en culturas caribeñas, aunque actualmente el material más utilizado es el hilo de algodón, pues es más cómodo.