Contentos por haber logrado unir sus talentos a través de la cartonería, el reconocido artesano Héctor Fernández Martínez y su equipo de trabajo, compartieron con El Heraldo de Tabasco su experiencia al crear un nacimiento, y algunas de las limitantes que se tienen para reconocer esta laboriosa tarea.
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Con más de 30 años de experiencia en las artes plásticas Héctor Fernández Martínez y 12 alumnos y exalumnos de la licenciatura en Promoción Cultural fueron los encargados de materializar esta obra a base de cartonería, arte que dicho sea de paso, surgió hace muchos años del ingenio de las familias de escasos recursos que no tenían dinero para comprar a sus hijos los muñecos de porcelana que se fabricaban; y la cual no ha recibió el apoyo y la difusión suficiente por parte de las autoridades.
Se trata del colectivo Chocolate y sus Chocolatitos, integrado por estudiantes y profesionales de la promoción cultural y la educación artística del estado, quienes pusieron en práctica distintas técnicas y conocimientos para lograr su objetivo.
El equipo integrado por Héctor Fernández, Gisell Peralta, Juan Carlos Perea, Anet Monserrat, Fátima Guadalupe, Katerim Ramírez, Maricruz Torres, RIcardo Arcos, Maria Ines Martinez y Jazmin Hernandez, logró fusionar sus talentos para dar vida a las imágenes del nacimiento en tamaño real que hoy se encuentra exhibido en las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia.
Los artistas visitaron El Heraldo de Tabasco, en donde en una charla amena con su director, Ángel Vega, contaron el reto que significó para ellos llevar a cabo este proyecto.
El artista plástico detalló que debido al poco tiempo que tenían para la elaboración del nacimiento, decidió que los indicados para realizarlo serían sólo personas que ya tuvieran facultades, conocimientos y técnicas, y qué mejor que jóvenes egresados de la licenciatura en gestión cultural y artística.
Aplicando sus conocimientos, realizaron siete personajes: la virgen María, el niño Dios, San José, el arcángel, y los tres Reyes Magos. Aclararon que a pesar de que muchos tienen la idea de que esto es un trabajo fácil y rápido, detrás de él hay mucha dedicación y esfuerzo.
“Fue un lindo reto la verdad, en el que todos nos involucramos; y en donde estuvimos en contra del diagnóstico del clima, puesto que a veces estaba nublado, otras quería llover y unas más el sol salía un ratito; a veces nos atrasamos un poquito y es algo que yo quisiera que entendieran las personas”, dijo el maestro Héctor Fernández.
Señaló que el trabajo fue distribuido, y entre todos iban retroalimentando con sus opiniones para ir detallando las figuras, por lo que fue una labor de equipo verdadero, y la armonía en la convivencia fue fundamental para que se lograra el objetivo.
“Sabíamos que teníamos que hacer unas figuras, un nacimiento, pero no teníamos exactamente un modelo, ni un tutorial o un dibujo. Eso fue lo interesante, ya que cada quien iba proponiendo sobre la marcha y el resultado fue muy satisfactorio”.