/ lunes 7 de enero de 2019

Unos se ponen las pilas y otros ya se esconden

Con un boquete financiero que podría ascender a ocho mil millones de pesos, la nueva administración estatal enfrenta inédita crisis y, en el contexto de la aguda recesión más que cuesta de enero, los particulares, las empresas, todos, sufrimos al tiempo que crece la cartera vencida con bancos, comercios, CFE (andan cortando la energía aun con el anuncio de que habrá borrón y cuenta nueva) y hasta el fisco.

Todo ello alimenta el clima de irritación social en Tabasco, máxime que no pocos ciudadanos creyeron que bastaba con el arribo de Andrés López Obrador para que como por arte de magia se resolvieran los problemas, se abatiera la inseguridad y también que todos los alcaldes emanados de MORENA actuaran distinto a como lo hicieran sus antecesores, y resulta ser que, salvo una o dos honrosas excepciones, se muestran igual de mentirosos e ineptos.

Para colmo, desde la nueva legislatura local tampoco ha habido capacidad para explicarles a los tabasqueños el porqué no se reprobó la cuenta pública 2017 de Arturo Núñez Jiménez si el saqueo está a la vista; que no habrá impunidad; el cómo malfunciona el sistema de fiscalización estatal y el hecho de que esa aprobación no exonera al saqueador y sus secuaces, en virtud de que ello no impide que se pueda proceder penal y administrativamente en contra de esa pandilla.

Atrás quedó la algarabía del primero de julio. El reto para las nuevas autoridades es demostrar que son diferentes, que mienten sus detractores; refrendar, a cada paso, que los compromisos de Obrador con Tabasco nos traerán la ansiada recuperación económica, aunque se tenga que aguantar semanas, meses, antes de que las anunciadas inversiones y apoyos diversos se concreten y el alivio se perciba.

En la emergencia, Adán Augusto López Hernández ha hablado con la verdad y se esfuerza por presentar primeros hechos, en tanto que algunos de sus principales colaboradores atienden y desactivan conflictos, como el de los trabajadores que no han cobrado salarios y aguinaldo.

Empero, también se pone de manifiesto que en casi todos los municipios arrecia el golpeteo hacia los alcaldes, porque no dan la cara ante los problemas; engañan, se esconden, ya no contestan el celular, y ni siquiera han cubierto obligaciones laborales con su equipo de trabajo.

Caso muy honroso, el de Carmito Torruco, de Huimanguillo, quien supo prever la tormenta que venía y, en vez de engolosinarse con el triunfo electoral, se preparó e hizo desde el 5 de octubre los ahorros necesarios para garantizar la totalidad de obligaciones de fin de año, tanto con servidores públicos sindicalizados, como de confianza y también con sus colaboradores, además de laudos y pago de la factura por consumo de electricidad.

En el ámbito estatal, vemos a Marcos Rosendo Medina, apuntalado por el subsecretario Angel Mario Balcázar, en la tarea de lograr que los damnificados de Núñez entiendan la magnitud de la problemática, desechen la tentación de afectar a terceros y acepten el compromiso de que a mediados de enero recibirán sus pagos.

Asimismo, con el profesionalismo que lo caracteriza y que explica la confianza que le tiene Adán, José Antonio de la Vega Asmitia mete orden en la Secretaría de Desarrollo Energético que fue saqueada por Ricardo Fitz y el gato que dejó en su lugar al irse a la aventura con Gerardo Gaudiano. Pepe Toño se reunió con directivos de Pemex para revisar la relación de la empresa con los tabasqueños y hacer los correctivos procedentes.

Vienen más días intensos. Ya veremos cuántos le aguantan el paso a Adán, con resultados.

Con un boquete financiero que podría ascender a ocho mil millones de pesos, la nueva administración estatal enfrenta inédita crisis y, en el contexto de la aguda recesión más que cuesta de enero, los particulares, las empresas, todos, sufrimos al tiempo que crece la cartera vencida con bancos, comercios, CFE (andan cortando la energía aun con el anuncio de que habrá borrón y cuenta nueva) y hasta el fisco.

Todo ello alimenta el clima de irritación social en Tabasco, máxime que no pocos ciudadanos creyeron que bastaba con el arribo de Andrés López Obrador para que como por arte de magia se resolvieran los problemas, se abatiera la inseguridad y también que todos los alcaldes emanados de MORENA actuaran distinto a como lo hicieran sus antecesores, y resulta ser que, salvo una o dos honrosas excepciones, se muestran igual de mentirosos e ineptos.

Para colmo, desde la nueva legislatura local tampoco ha habido capacidad para explicarles a los tabasqueños el porqué no se reprobó la cuenta pública 2017 de Arturo Núñez Jiménez si el saqueo está a la vista; que no habrá impunidad; el cómo malfunciona el sistema de fiscalización estatal y el hecho de que esa aprobación no exonera al saqueador y sus secuaces, en virtud de que ello no impide que se pueda proceder penal y administrativamente en contra de esa pandilla.

Atrás quedó la algarabía del primero de julio. El reto para las nuevas autoridades es demostrar que son diferentes, que mienten sus detractores; refrendar, a cada paso, que los compromisos de Obrador con Tabasco nos traerán la ansiada recuperación económica, aunque se tenga que aguantar semanas, meses, antes de que las anunciadas inversiones y apoyos diversos se concreten y el alivio se perciba.

En la emergencia, Adán Augusto López Hernández ha hablado con la verdad y se esfuerza por presentar primeros hechos, en tanto que algunos de sus principales colaboradores atienden y desactivan conflictos, como el de los trabajadores que no han cobrado salarios y aguinaldo.

Empero, también se pone de manifiesto que en casi todos los municipios arrecia el golpeteo hacia los alcaldes, porque no dan la cara ante los problemas; engañan, se esconden, ya no contestan el celular, y ni siquiera han cubierto obligaciones laborales con su equipo de trabajo.

Caso muy honroso, el de Carmito Torruco, de Huimanguillo, quien supo prever la tormenta que venía y, en vez de engolosinarse con el triunfo electoral, se preparó e hizo desde el 5 de octubre los ahorros necesarios para garantizar la totalidad de obligaciones de fin de año, tanto con servidores públicos sindicalizados, como de confianza y también con sus colaboradores, además de laudos y pago de la factura por consumo de electricidad.

En el ámbito estatal, vemos a Marcos Rosendo Medina, apuntalado por el subsecretario Angel Mario Balcázar, en la tarea de lograr que los damnificados de Núñez entiendan la magnitud de la problemática, desechen la tentación de afectar a terceros y acepten el compromiso de que a mediados de enero recibirán sus pagos.

Asimismo, con el profesionalismo que lo caracteriza y que explica la confianza que le tiene Adán, José Antonio de la Vega Asmitia mete orden en la Secretaría de Desarrollo Energético que fue saqueada por Ricardo Fitz y el gato que dejó en su lugar al irse a la aventura con Gerardo Gaudiano. Pepe Toño se reunió con directivos de Pemex para revisar la relación de la empresa con los tabasqueños y hacer los correctivos procedentes.

Vienen más días intensos. Ya veremos cuántos le aguantan el paso a Adán, con resultados.