/ viernes 22 de mayo de 2020

Tabasco político | ¡Suicidas!

Definitivamente, un gran sector de la población tabasqueña, y avecindada aquí, es ¡SUICIDA! Así con mayúsculas.

N o hay otro mejor adjetivo calificativo para endilgarle a aquellos paisanos que sin tener ninguna necesidad salen de su casa a exponerse a ser contagiados por el Covid-19. Los datos duros de los últimos días son crudos, contundentes, rotundos.

El número de decesos ha aumentado y el de infectados ni se diga. Situación que llevó al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, a regañarnos a nivel nacional.

Nos puso de ejemplo de lo que los mexicanos no deben de hacer para evitar que se multipliquen los decesos y los enfermos del coronavirus, como ocurre en la tierra de Andrés Manuel López Obrador.

¡Qué irresponsabilidad! poco valoran la vida de sus familiares y amigos salen envalentonados a retar a la muerte. A ponérseles enfrente, sin ningún respeto. Miran a la muerte a los ojos, y no se achicopalan, no se arrugan, aunque la tenga cerquita.

En lo personal, ni con varios tragos en la cabeza de tequila, zorro o mezcal, me atrevería de esa manera a desafiar a la calaca de esa manera.

¡Ni pensarlo! Es ilógico, insensato, cruel e indolente asumir la actitud suicida que desde que se recomendó “#QuedateEnTuCasa”, tomaron miles de ciudadanos, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño. Que hoy es la principal culpable de que cotidianamente las víctimas aumenten exponencialmente por el Covid-19.

Mientras a esta gran franja de ciudadanos “no les caiga el veinte”, de nada servirán los esfuerzos de la secretaría de Salud ni de los que celosamente se están quedando en casa y guardando la distancia y lavándose las manos, con el propósito capital de que el coronavirus no nos siga perjudicando más.

Estamos en pleno pico del virus y hay señales de que todavía faltan algunos días para que comiencen a ceder, siempre y cuando la población se ajuste escrupulosamente a seguir las recomendaciones sanitarias, de lo contrario, la epidemia va a continuar haciendo destrozos y medio, y cada vez más severos, más radicales.

Por ello, la imperiosa necesidad de que el mayor número de familias se guarde en casa el tiempo que sea necesario, para poder ver la luz del túnel. Si no lo hacemos, Dios nos agarre confesado.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

No sé de dónde haya venido la desafortunada e inoportuna orden a la policía de detener al diputado Carlos Mario Ramos, de lo que sí, estoy segurísimo, es que no solo fue legalmente una arbitrariedad, sino un error de cálculo político, que dejó muy mal sabor de boca en los gobernados.

Más aún, cuando lo único que estaba haciendo era regalar pollos a la gente que más lo está necesitando ahora. Al menos, que en la clandestinidad hayan los diputados de Morena y sus aliados políticos convertido esa acción que a nadie perjudica, y sí ayuda a muchos, en delito del fuero común.

Más cuando el gobernador Adán Augusto López Hernández ha llamado a la reconciliación en tres o cuatro ocasiones. Con mensajes cruzados es imposible conseguirla, y más ahora que verdaderamente se requiere estar unidos.

Porque después del coronavirus, viene lo más difícil, ni más ni menos, que la reactivación económica.

Definitivamente, un gran sector de la población tabasqueña, y avecindada aquí, es ¡SUICIDA! Así con mayúsculas.

N o hay otro mejor adjetivo calificativo para endilgarle a aquellos paisanos que sin tener ninguna necesidad salen de su casa a exponerse a ser contagiados por el Covid-19. Los datos duros de los últimos días son crudos, contundentes, rotundos.

El número de decesos ha aumentado y el de infectados ni se diga. Situación que llevó al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, a regañarnos a nivel nacional.

Nos puso de ejemplo de lo que los mexicanos no deben de hacer para evitar que se multipliquen los decesos y los enfermos del coronavirus, como ocurre en la tierra de Andrés Manuel López Obrador.

¡Qué irresponsabilidad! poco valoran la vida de sus familiares y amigos salen envalentonados a retar a la muerte. A ponérseles enfrente, sin ningún respeto. Miran a la muerte a los ojos, y no se achicopalan, no se arrugan, aunque la tenga cerquita.

En lo personal, ni con varios tragos en la cabeza de tequila, zorro o mezcal, me atrevería de esa manera a desafiar a la calaca de esa manera.

¡Ni pensarlo! Es ilógico, insensato, cruel e indolente asumir la actitud suicida que desde que se recomendó “#QuedateEnTuCasa”, tomaron miles de ciudadanos, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño. Que hoy es la principal culpable de que cotidianamente las víctimas aumenten exponencialmente por el Covid-19.

Mientras a esta gran franja de ciudadanos “no les caiga el veinte”, de nada servirán los esfuerzos de la secretaría de Salud ni de los que celosamente se están quedando en casa y guardando la distancia y lavándose las manos, con el propósito capital de que el coronavirus no nos siga perjudicando más.

Estamos en pleno pico del virus y hay señales de que todavía faltan algunos días para que comiencen a ceder, siempre y cuando la población se ajuste escrupulosamente a seguir las recomendaciones sanitarias, de lo contrario, la epidemia va a continuar haciendo destrozos y medio, y cada vez más severos, más radicales.

Por ello, la imperiosa necesidad de que el mayor número de familias se guarde en casa el tiempo que sea necesario, para poder ver la luz del túnel. Si no lo hacemos, Dios nos agarre confesado.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

No sé de dónde haya venido la desafortunada e inoportuna orden a la policía de detener al diputado Carlos Mario Ramos, de lo que sí, estoy segurísimo, es que no solo fue legalmente una arbitrariedad, sino un error de cálculo político, que dejó muy mal sabor de boca en los gobernados.

Más aún, cuando lo único que estaba haciendo era regalar pollos a la gente que más lo está necesitando ahora. Al menos, que en la clandestinidad hayan los diputados de Morena y sus aliados políticos convertido esa acción que a nadie perjudica, y sí ayuda a muchos, en delito del fuero común.

Más cuando el gobernador Adán Augusto López Hernández ha llamado a la reconciliación en tres o cuatro ocasiones. Con mensajes cruzados es imposible conseguirla, y más ahora que verdaderamente se requiere estar unidos.

Porque después del coronavirus, viene lo más difícil, ni más ni menos, que la reactivación económica.