/ jueves 4 de febrero de 2021

Tabasco político | Sin consecuencias mayores

El rumor de que el gobernador Adán Augusto López Hernández iba a renunciar a su actual encomienda, para sustituir a Octavio Romero Oropeza en Pemex, no tuvo el eco político deseado que sus perversos detractores planearon, diseñaron y ejecutaron.

Se difuminó casi con la misma velocidad con la que desaparecieron los rumores surgidos en otras administraciones estatales.

Si duró algunas horas, fue más bien debido, a la proverbial incapacidad e incompetencia del malogrado candidato a la alcaldía de Centro. A quien usaron de gancho, para que se tuviera más impacto político y social.

Políticamente la remoción del inquilino de la Quinta Grijalva es impensable, por una simple y sencilla razón: son tiempos electorales. Cambiar a algún mandatario de Morena en estos precisos momentos resultaría contraproducente, retrógrada.

Innecesariamente se podría en riesgo no nada más las curules federales, sino también las locales y las propias alcaldías.

Adán Augusto López Hernández, no ha tenido mayores problemas. Sigue teniendo el control político y social del estado que gobierna. No hay una causa grave del porqué iban a cambiarlo a unos meses de haber iniciado su tercer año de gobierno.

Si alguien está obligado a entregarle buenas cuentas al paisano Andrés Manuel López Obrador es su par en la entidad, y no precisamente, porque sean correligionarios y amigos, sino porque el notario público con licencia está consciente de que el presidente no se puede dar el lujo de perder en las urnas su tierra, y menos las diputaciones que integran la Cámara baja del Congreso de la Unión.

No sé qué vaya a ocurrir el año próximo, lo que sí puedo asegurarle, es que Adán Augusto López Hernández seguirá gobernando.

Su relevo es por ahora política y electoralmente imposible, y más cuando su partido no tiene a rivales competitivos que enfrentar en las elecciones intermedias.

Prácticamente, van a un día de campo.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

El nuevo convenio con la CFE a beneficio de la población, fue del gobierno una jugada magistral.

A tiros y troyanos, agarró de sorpresa.

Respuestas tardías, confusas y ambiguas.

Ahora sí, que los agarraron como al “tigre de Santa Julia”.

El rumor de que el gobernador Adán Augusto López Hernández iba a renunciar a su actual encomienda, para sustituir a Octavio Romero Oropeza en Pemex, no tuvo el eco político deseado que sus perversos detractores planearon, diseñaron y ejecutaron.

Se difuminó casi con la misma velocidad con la que desaparecieron los rumores surgidos en otras administraciones estatales.

Si duró algunas horas, fue más bien debido, a la proverbial incapacidad e incompetencia del malogrado candidato a la alcaldía de Centro. A quien usaron de gancho, para que se tuviera más impacto político y social.

Políticamente la remoción del inquilino de la Quinta Grijalva es impensable, por una simple y sencilla razón: son tiempos electorales. Cambiar a algún mandatario de Morena en estos precisos momentos resultaría contraproducente, retrógrada.

Innecesariamente se podría en riesgo no nada más las curules federales, sino también las locales y las propias alcaldías.

Adán Augusto López Hernández, no ha tenido mayores problemas. Sigue teniendo el control político y social del estado que gobierna. No hay una causa grave del porqué iban a cambiarlo a unos meses de haber iniciado su tercer año de gobierno.

Si alguien está obligado a entregarle buenas cuentas al paisano Andrés Manuel López Obrador es su par en la entidad, y no precisamente, porque sean correligionarios y amigos, sino porque el notario público con licencia está consciente de que el presidente no se puede dar el lujo de perder en las urnas su tierra, y menos las diputaciones que integran la Cámara baja del Congreso de la Unión.

No sé qué vaya a ocurrir el año próximo, lo que sí puedo asegurarle, es que Adán Augusto López Hernández seguirá gobernando.

Su relevo es por ahora política y electoralmente imposible, y más cuando su partido no tiene a rivales competitivos que enfrentar en las elecciones intermedias.

Prácticamente, van a un día de campo.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

El nuevo convenio con la CFE a beneficio de la población, fue del gobierno una jugada magistral.

A tiros y troyanos, agarró de sorpresa.

Respuestas tardías, confusas y ambiguas.

Ahora sí, que los agarraron como al “tigre de Santa Julia”.