/ jueves 19 de diciembre de 2019

Tabasco político | Resultaría desastroso

Ninguno de los ex titulares de la corporación policiaca había levantado tantísimas expectativas como el ex director de la policía ministerial Hernán Bermúdez Requena.

En él están fincadas, dentro y fuera del gobierno, todas las esperanzas.

Si fracasa como todos sus antecesores, desde el mílite Francisco Fernández Solís a Ángel Mario Balcázar Martínez, la decepción va a ser tremenda, gigantesca.

La tarea que tiene enfrente el ex director del reclusorio es del mismo tamaño o quizás más que el de las expectativas generadas por su nombramiento.

Las condiciones y las circunstancias de ahora son diametralmente distintos a los que él vivió cuando estuvo en la policía -en el trienio de Manuel Gurría Ordóñez- bajo las órdenes de Jaime Humberto Lastra Bastar.

A diferencia de esa época tranquila, en el que no teníamos miedo, ni vivíamos encarcelados en nuestras propias casas, la delincuencia organizada de ahora, es más peligrosa, más temeraria, más organizada y sobre todo más sanguinaria.

Y la otra, no canta mal las rancheras, pues se ha vuelto más descarada, más cínica y más agresiva.

Una y otra, pero principalmente la organizada, se han convertido en el talón de Aquiles de la actual administración y de la que, sin ningún pudor, saqueó las finanzas federal, estatal y municipal.

Es el flagelo junto con el creciente desempleo que más ha desgastado a este gobierno que se ha visto rebasado, como lo muestran los datos duros relacionados con los altos índices delictivos.

Definitivamente, el recién nombrado secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC), está obligado a emplearse a fondo. A implementar nuevas tácticas y estrategias de combate al crimen, pues las que están en marcha, simple y sencillamente no han funcionado, no han dado los resultados esperados.

Hernán Bermúdez Requena tiene experiencia, conoce los problemas como muy pocos. Y lo mejor, es que tiene en el Fiscal un apoyo y respaldo que bien usado puede ser de gran utilidad para que cumpla a carta cabal con sus funciones y con las expectativas de la población.

Si Bermúdez Requena hace su chamba, como todos creemos, quitará presión social al mandatario Adán Augusto López Hernández. Si en cambio, fracasa, el costo social y político, será mayor que el que hasta ahora ha propiciado.

Desde esta modesta columna, hacemos votos, porque ocurra lo primero.

De verdad, que sería desastroso para el gobierno y para nosotros mismos, que la inseguridad pública siga disparándose, como hasta el día de hoy, en el que las ejecuciones, los robos y los asaltos…se han convertido en el peor azote de los últimos años.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Por supuesto, que no solo los titulares de Desarrollo Económico, Contraloría, IEAT, Mayra Elena Jacobo Priego, Jaime Antonio Farías Mora y Enrique Soberanes Rivera deben de salir como tapón de sidra por ineficientes e ineficaces, también, Ariel Cetina Bertruy, Julissa Riveroll Ochoa y todos aquellos que por inútiles e ineptos resultaron más malos que “La Carabina de Ambrosio”.

Definitivamente, afuera hay tabasqueños competentes, capaces, experimentados y capitalmente más comprometidos con el Estado de Tabasco, que harían un papel digno.

No como la bola de zánganos que, desde hace casi un año, están sangrando al presupuesto.

¡¡Señores y señoras!!

Tengan preparadas sus maletas, porque ya está cerca la podadora.

Ninguno de los ex titulares de la corporación policiaca había levantado tantísimas expectativas como el ex director de la policía ministerial Hernán Bermúdez Requena.

En él están fincadas, dentro y fuera del gobierno, todas las esperanzas.

Si fracasa como todos sus antecesores, desde el mílite Francisco Fernández Solís a Ángel Mario Balcázar Martínez, la decepción va a ser tremenda, gigantesca.

La tarea que tiene enfrente el ex director del reclusorio es del mismo tamaño o quizás más que el de las expectativas generadas por su nombramiento.

Las condiciones y las circunstancias de ahora son diametralmente distintos a los que él vivió cuando estuvo en la policía -en el trienio de Manuel Gurría Ordóñez- bajo las órdenes de Jaime Humberto Lastra Bastar.

A diferencia de esa época tranquila, en el que no teníamos miedo, ni vivíamos encarcelados en nuestras propias casas, la delincuencia organizada de ahora, es más peligrosa, más temeraria, más organizada y sobre todo más sanguinaria.

Y la otra, no canta mal las rancheras, pues se ha vuelto más descarada, más cínica y más agresiva.

Una y otra, pero principalmente la organizada, se han convertido en el talón de Aquiles de la actual administración y de la que, sin ningún pudor, saqueó las finanzas federal, estatal y municipal.

Es el flagelo junto con el creciente desempleo que más ha desgastado a este gobierno que se ha visto rebasado, como lo muestran los datos duros relacionados con los altos índices delictivos.

Definitivamente, el recién nombrado secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC), está obligado a emplearse a fondo. A implementar nuevas tácticas y estrategias de combate al crimen, pues las que están en marcha, simple y sencillamente no han funcionado, no han dado los resultados esperados.

Hernán Bermúdez Requena tiene experiencia, conoce los problemas como muy pocos. Y lo mejor, es que tiene en el Fiscal un apoyo y respaldo que bien usado puede ser de gran utilidad para que cumpla a carta cabal con sus funciones y con las expectativas de la población.

Si Bermúdez Requena hace su chamba, como todos creemos, quitará presión social al mandatario Adán Augusto López Hernández. Si en cambio, fracasa, el costo social y político, será mayor que el que hasta ahora ha propiciado.

Desde esta modesta columna, hacemos votos, porque ocurra lo primero.

De verdad, que sería desastroso para el gobierno y para nosotros mismos, que la inseguridad pública siga disparándose, como hasta el día de hoy, en el que las ejecuciones, los robos y los asaltos…se han convertido en el peor azote de los últimos años.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Por supuesto, que no solo los titulares de Desarrollo Económico, Contraloría, IEAT, Mayra Elena Jacobo Priego, Jaime Antonio Farías Mora y Enrique Soberanes Rivera deben de salir como tapón de sidra por ineficientes e ineficaces, también, Ariel Cetina Bertruy, Julissa Riveroll Ochoa y todos aquellos que por inútiles e ineptos resultaron más malos que “La Carabina de Ambrosio”.

Definitivamente, afuera hay tabasqueños competentes, capaces, experimentados y capitalmente más comprometidos con el Estado de Tabasco, que harían un papel digno.

No como la bola de zánganos que, desde hace casi un año, están sangrando al presupuesto.

¡¡Señores y señoras!!

Tengan preparadas sus maletas, porque ya está cerca la podadora.