/ miércoles 19 de febrero de 2020

Tabasco político | ¡Qué desfachatez!

El diputado perredista Agustín Silva Vidal podrá decir misa y todo lo que quiera, el problema es que, ante los tabasqueños los y avecindados aquí, está públicamente desacreditado, como el grueso de los que colaboraron en el desastroso pasado sexenio, incluyendo a la encargada de lapidar ante la opinión pública a los exfuncionarios “granieristas”, Dolores Gutiérrez Zurita.

Para la población, o por lo menos, para la mayoría de los gobernados, es un vulgar y empedernido mitómano, corrupto y cínico.

Su paso por la coordinación de asesores y por la desaparecida secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) estatal en el sexenio fallido del inepto mandatario Arturo Núñez Jiménez fue truculento, ignominioso, mezquino y ruin.

Como toda su biografía política y administrativa.

No hay nada digno que rescatar de ella.

Como “líder” de la desunida y encontrada fracción parlamentaria del perredé, ha sido un rotundo fracaso. Debido a su marcado y proverbial servilismo al gobierno en turno, y al papel de francotirador que internamente ha jugado dentro de su frágil bancada.

Está visto y comprobado que como “representante popular” se convirtió en un magnífico y vergonzoso títere.

Que, viéndolo bien, no debe de sorprender a absolutamente nadie, ya que, para eso le dio la diputación plurinominal el exsubsecretario de Gobernación salinista y zedillista.

Con la encomienda específica de apoyar la línea oficial, tal y como puntual y eficazmente lo ha venido haciendo durante todo este tiempo.

Salió más arrastrado y cortesano que los propios homólogos de Morena. Y de los otros partidos políticos opositores en el Congreso local, y mire usted, que también tienen sus marionetas, pero no con el descaro y cinismo del susodicho.

Ya para que en su bancada se haya ganado el rechazo unánime de sus pares y correligionarios, está cabrón. Así debe de ser su entreguismo.

A Betty Milland Pérez se le entiende y comprende su servilismo y cortesanía hacia el jefe del Poder Ejecutivo. Para eso la impusieron en la presidencia de la JUCOPO y en la bancada morenista y hasta la actitud sesgada y parcial de sus demás compañeros de partido, que están ahí para obedecer ciegamente a quien le deben la curul, pero la del sinvergüenza de Agustín Silva Vidal, definitivamente, no.

Y más cuando está inmerecidamente devengado un salario que proviene de los contribuyentes, como el que también cobran los demás diputados, que, salvo sus contadísimas excepciones, incumplen con sus obligaciones constitucionales, que es la de velar por los intereses de sus verdaderos patrones.

El diputadillo de “marras”, podrá darse todos los golpes de pecho que quiera, total, la ciudadanía no le cree. Lo repudia, lo rechaza, por su comportamiento inmoral, turbio, patético, ominoso.

Agustín Silva Vidal es de los ex funcionarios que también debe de ser investigado a fondo, ya que, es un secreto a voces que, como titular de la SCT, se benefició económicamente, permitiendo y alentando el pirataje y toda clase de desorden en el caótico transporte público.

Así que, ahora, que no nos quiera vender una imagen de político impoluto, institucional, correcto.

Acusando a diestra y siniestra.

Porque tiene una cola larguísima, que en ocasiones hasta se la pisa el mismo.

Es un pillo de siete suelas.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


El gravísimo problema de inseguridad pública que prevalece en el estado sigue provocando no solo el cierre de negocios, sino que familias enteras emigren a otras latitudes en busca de mejores condiciones para vivir.

Las ejecuciones no cesan. Los robos y asaltos tampoco. Y si bien es cierto, que los secuestros han disminuido, estos no han desaparecido. Continúa siendo de los delitos que tienen a la población en zozobra.

Con el amén en la boca.

Mientras la situación económica no mejore, me temo que la situación seguirá empeorando.

A más de un año del proceso electoral federal y estatal, los operadores del ex titular de la CAPUFE, Benito Neme Sastre, se siguen preguntando quién de los jefes locales se quedó con gran parte de la lana que envió para promover sus aspiraciones políticas en la entidad.

Porque más de uno, se sigue quejando de que se los llevaron el baile.

¿Será cierto que se robaron varios milloncitos de pesos?

El diputado perredista Agustín Silva Vidal podrá decir misa y todo lo que quiera, el problema es que, ante los tabasqueños los y avecindados aquí, está públicamente desacreditado, como el grueso de los que colaboraron en el desastroso pasado sexenio, incluyendo a la encargada de lapidar ante la opinión pública a los exfuncionarios “granieristas”, Dolores Gutiérrez Zurita.

Para la población, o por lo menos, para la mayoría de los gobernados, es un vulgar y empedernido mitómano, corrupto y cínico.

Su paso por la coordinación de asesores y por la desaparecida secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) estatal en el sexenio fallido del inepto mandatario Arturo Núñez Jiménez fue truculento, ignominioso, mezquino y ruin.

Como toda su biografía política y administrativa.

No hay nada digno que rescatar de ella.

Como “líder” de la desunida y encontrada fracción parlamentaria del perredé, ha sido un rotundo fracaso. Debido a su marcado y proverbial servilismo al gobierno en turno, y al papel de francotirador que internamente ha jugado dentro de su frágil bancada.

Está visto y comprobado que como “representante popular” se convirtió en un magnífico y vergonzoso títere.

Que, viéndolo bien, no debe de sorprender a absolutamente nadie, ya que, para eso le dio la diputación plurinominal el exsubsecretario de Gobernación salinista y zedillista.

Con la encomienda específica de apoyar la línea oficial, tal y como puntual y eficazmente lo ha venido haciendo durante todo este tiempo.

Salió más arrastrado y cortesano que los propios homólogos de Morena. Y de los otros partidos políticos opositores en el Congreso local, y mire usted, que también tienen sus marionetas, pero no con el descaro y cinismo del susodicho.

Ya para que en su bancada se haya ganado el rechazo unánime de sus pares y correligionarios, está cabrón. Así debe de ser su entreguismo.

A Betty Milland Pérez se le entiende y comprende su servilismo y cortesanía hacia el jefe del Poder Ejecutivo. Para eso la impusieron en la presidencia de la JUCOPO y en la bancada morenista y hasta la actitud sesgada y parcial de sus demás compañeros de partido, que están ahí para obedecer ciegamente a quien le deben la curul, pero la del sinvergüenza de Agustín Silva Vidal, definitivamente, no.

Y más cuando está inmerecidamente devengado un salario que proviene de los contribuyentes, como el que también cobran los demás diputados, que, salvo sus contadísimas excepciones, incumplen con sus obligaciones constitucionales, que es la de velar por los intereses de sus verdaderos patrones.

El diputadillo de “marras”, podrá darse todos los golpes de pecho que quiera, total, la ciudadanía no le cree. Lo repudia, lo rechaza, por su comportamiento inmoral, turbio, patético, ominoso.

Agustín Silva Vidal es de los ex funcionarios que también debe de ser investigado a fondo, ya que, es un secreto a voces que, como titular de la SCT, se benefició económicamente, permitiendo y alentando el pirataje y toda clase de desorden en el caótico transporte público.

Así que, ahora, que no nos quiera vender una imagen de político impoluto, institucional, correcto.

Acusando a diestra y siniestra.

Porque tiene una cola larguísima, que en ocasiones hasta se la pisa el mismo.

Es un pillo de siete suelas.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


El gravísimo problema de inseguridad pública que prevalece en el estado sigue provocando no solo el cierre de negocios, sino que familias enteras emigren a otras latitudes en busca de mejores condiciones para vivir.

Las ejecuciones no cesan. Los robos y asaltos tampoco. Y si bien es cierto, que los secuestros han disminuido, estos no han desaparecido. Continúa siendo de los delitos que tienen a la población en zozobra.

Con el amén en la boca.

Mientras la situación económica no mejore, me temo que la situación seguirá empeorando.

A más de un año del proceso electoral federal y estatal, los operadores del ex titular de la CAPUFE, Benito Neme Sastre, se siguen preguntando quién de los jefes locales se quedó con gran parte de la lana que envió para promover sus aspiraciones políticas en la entidad.

Porque más de uno, se sigue quejando de que se los llevaron el baile.

¿Será cierto que se robaron varios milloncitos de pesos?