/ lunes 18 de enero de 2021

Tabasco político | Otra entelequia 

Jesús Alí de la Torre, debe entender de una vez por todas, que sus mejores tiempos ya pasaron.

Desde que perdió la gubernatura siendo entonces candidato del PRI, PVEM y Nueva Alianza frente a Arturo Núñez Jiménez su capital político comenzó a menguar a pasos acelerados.

El poco que le quedaba se esfumó tras renunciar al PRI y declararse abanderado independiente. En donde finalmente terminó ridículamente sumándose a Adán Augusto López Hernández.

Hoy no le da ni para ganar una diputación local. Es más, creo que ni para una delegación municipal.

Por eso nadie entiende porque su obcequedad de pretender ser ahora candidato de Morena a la alcaldía de Centro cuando ya es del dominio público que la ex titular de Cultura Yolanda Osuna Huerta es la que representará a Morena en esa posición.

No hay marcha atrás, y aunque la hubiera, Jesús Alí de la Torre, no tiene ni jamás tuvo oportunidad alguna. Prueba de ello, es que nunca se le mencionó, por la simple y sencilla razón de que nadie lo tomó en serio. Literalmente, no lo pelaron.

A pesar de que ya no es un imberbe, hablando políticamente, no ha puesto los pies sobre la tierra, no ha aprendido, no vive su realidad.

Su característica soberbia, mitomanía, megalomanía, arrogancia y egocentrismo no lo dejan ver más allá de sus narices.

Si tuviera dos dedos de sentido común en lugar de estar metiéndole ruido a una decisión que ya está tomada desde muy arriba, habría buscado a la virtual abanderada para sumarse no para estarle dando “golpes bajos” como lo está ruinmente haciendo.

Lo mejor que puede ser “Chucho” Alí es quedarse quieto, calladito, pues si continúa como hasta ahora, hasta el puesto que negoció va a perder.

Lo bueno es que no se va a morir de hambre, pues todavía no se ha gastado lo que se chingo a la mala en la justa que perdió en el 2012.

En donde ni el polvo vio.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Si a Fabián Granier Calles le fue como en feria, tras registrarse para competir por el VI distrito electoral local, imagínense cómo le ira a su padre Andrés Rafael Granier Melo, cuando se inscriba para la candidatura a la alcaldía de Centro.

Aquello va a estar de película.

La guerra sucia en contra del ex edil de la capital tabasqueña va a ser una de las más salvajes, descarnada, feroz.

De pronósticos reservados.

Al popular químico le van a dar duro y tupido.

Jesús Alí de la Torre, debe entender de una vez por todas, que sus mejores tiempos ya pasaron.

Desde que perdió la gubernatura siendo entonces candidato del PRI, PVEM y Nueva Alianza frente a Arturo Núñez Jiménez su capital político comenzó a menguar a pasos acelerados.

El poco que le quedaba se esfumó tras renunciar al PRI y declararse abanderado independiente. En donde finalmente terminó ridículamente sumándose a Adán Augusto López Hernández.

Hoy no le da ni para ganar una diputación local. Es más, creo que ni para una delegación municipal.

Por eso nadie entiende porque su obcequedad de pretender ser ahora candidato de Morena a la alcaldía de Centro cuando ya es del dominio público que la ex titular de Cultura Yolanda Osuna Huerta es la que representará a Morena en esa posición.

No hay marcha atrás, y aunque la hubiera, Jesús Alí de la Torre, no tiene ni jamás tuvo oportunidad alguna. Prueba de ello, es que nunca se le mencionó, por la simple y sencilla razón de que nadie lo tomó en serio. Literalmente, no lo pelaron.

A pesar de que ya no es un imberbe, hablando políticamente, no ha puesto los pies sobre la tierra, no ha aprendido, no vive su realidad.

Su característica soberbia, mitomanía, megalomanía, arrogancia y egocentrismo no lo dejan ver más allá de sus narices.

Si tuviera dos dedos de sentido común en lugar de estar metiéndole ruido a una decisión que ya está tomada desde muy arriba, habría buscado a la virtual abanderada para sumarse no para estarle dando “golpes bajos” como lo está ruinmente haciendo.

Lo mejor que puede ser “Chucho” Alí es quedarse quieto, calladito, pues si continúa como hasta ahora, hasta el puesto que negoció va a perder.

Lo bueno es que no se va a morir de hambre, pues todavía no se ha gastado lo que se chingo a la mala en la justa que perdió en el 2012.

En donde ni el polvo vio.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Si a Fabián Granier Calles le fue como en feria, tras registrarse para competir por el VI distrito electoral local, imagínense cómo le ira a su padre Andrés Rafael Granier Melo, cuando se inscriba para la candidatura a la alcaldía de Centro.

Aquello va a estar de película.

La guerra sucia en contra del ex edil de la capital tabasqueña va a ser una de las más salvajes, descarnada, feroz.

De pronósticos reservados.

Al popular químico le van a dar duro y tupido.