/ viernes 3 de enero de 2020

Tabasco Político | O cambian radicalmente la agobiante situación o se los carga…

En este segundo año de su sexenio el gobernador Adán Augusto López Hernández está política, social y económicamente a darle a su gobierno un giro de 180 grados.

Si la situación continúa deteriorándose como hasta ahora, podrá en riesgo el dominio que tiene en el ¿H? Congreso Del Estado de Tabasco y las 15 alcaldías que ganaron en el 2018. Como también las curules federales que hoy tienen en San Lázaro.

Si de aquí a junio de 2020 los escenarios siguen complicándose, sobre todo en la economía, seguridad pública, desempleo y salud, va a ser dificilísimo que en las elecciones intermedias arrasen en las urnas.

Si de por sí, ya hay miles de tabasqueños decepcionados de su mandato. Es Obvio quese corre el inminente riesgo de que crezca exponencialmente el número de ciudadanos descontentos por las políticas públicas equivocadas.

Si bien es cierto, que encontró y recibió del ex gobernador Arturo Núñez Jiménez una hacienda pública literalmente hecha pedazos, también es una realidad, que el entorno social se agudizó en su primer año de mandato, por una serie de errores atribuibles a su ejercicio gubernamental, y capitalmente, a la falta de apoyo del paisano Andrés Manuel López Obrador.

Salvo la controvertida y polémica construcción de la refinería y la derrama económica de los programas sociales federales, Tabasco está muy lejos del apoyo descomunal que recibieron las entidades con presidentes de la República originarios de ellas, verbigracia, el Estado de México con Enrique Peña Nieto.

No hay obras de gran calado, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño, ni por parte del gobierno ni de la iniciativa privada y, por ende, no hay trabajo, ni circulante. Y sí, muchísima delincuencia.

Algo tendrá que hacer Adán Augusto López Hernández para salir del atolladero en que se encuentra, y lo primero que tiene que hacer: es convencer a Andrés Manuel López Obrador de que apoye con todo a Tabasco.

Tanto López Obrador como López Hernández tienen que pasar del discurso prometedor y esperanzador a los hechos.

La disyuntiva es muy fácil: o mejora la situación en todos los aspectos o en el 2021 sufrirán la debacle electoral que se comienza a vislumbrar.

Hay quienes apuestan que los escenarios no nada más no van a cambiar, sino que va a ponerse peor de lo que ya están, y otros, afirman que este año iniciará la derrama económica por todos lados.

En lo personal, creo que, si Andrés Manuel López Obrador no nos da el apoyo que por justicia nos merecemos desde hace lustros, la recuperación no se va a dar por ningún lado.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Solamente un suceso extraordinario dentro y fuera de la UJAT, evitaría que el ex alcalde de Tacotalpa, ex presidente del TSJ, ex presidente de la desaparecida Gran Comisión de la Cámara de diputados, ex director de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades (DACSH) y todavía titular de Educación Guillermo Narváez Osorio, llegue a rectoría.

Todo indica que ya hay los consensos dentro y fuera de la universidad.

Como quien dice: “este arroz ya se coció”.

En este segundo año de su sexenio el gobernador Adán Augusto López Hernández está política, social y económicamente a darle a su gobierno un giro de 180 grados.

Si la situación continúa deteriorándose como hasta ahora, podrá en riesgo el dominio que tiene en el ¿H? Congreso Del Estado de Tabasco y las 15 alcaldías que ganaron en el 2018. Como también las curules federales que hoy tienen en San Lázaro.

Si de aquí a junio de 2020 los escenarios siguen complicándose, sobre todo en la economía, seguridad pública, desempleo y salud, va a ser dificilísimo que en las elecciones intermedias arrasen en las urnas.

Si de por sí, ya hay miles de tabasqueños decepcionados de su mandato. Es Obvio quese corre el inminente riesgo de que crezca exponencialmente el número de ciudadanos descontentos por las políticas públicas equivocadas.

Si bien es cierto, que encontró y recibió del ex gobernador Arturo Núñez Jiménez una hacienda pública literalmente hecha pedazos, también es una realidad, que el entorno social se agudizó en su primer año de mandato, por una serie de errores atribuibles a su ejercicio gubernamental, y capitalmente, a la falta de apoyo del paisano Andrés Manuel López Obrador.

Salvo la controvertida y polémica construcción de la refinería y la derrama económica de los programas sociales federales, Tabasco está muy lejos del apoyo descomunal que recibieron las entidades con presidentes de la República originarios de ellas, verbigracia, el Estado de México con Enrique Peña Nieto.

No hay obras de gran calado, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño, ni por parte del gobierno ni de la iniciativa privada y, por ende, no hay trabajo, ni circulante. Y sí, muchísima delincuencia.

Algo tendrá que hacer Adán Augusto López Hernández para salir del atolladero en que se encuentra, y lo primero que tiene que hacer: es convencer a Andrés Manuel López Obrador de que apoye con todo a Tabasco.

Tanto López Obrador como López Hernández tienen que pasar del discurso prometedor y esperanzador a los hechos.

La disyuntiva es muy fácil: o mejora la situación en todos los aspectos o en el 2021 sufrirán la debacle electoral que se comienza a vislumbrar.

Hay quienes apuestan que los escenarios no nada más no van a cambiar, sino que va a ponerse peor de lo que ya están, y otros, afirman que este año iniciará la derrama económica por todos lados.

En lo personal, creo que, si Andrés Manuel López Obrador no nos da el apoyo que por justicia nos merecemos desde hace lustros, la recuperación no se va a dar por ningún lado.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Solamente un suceso extraordinario dentro y fuera de la UJAT, evitaría que el ex alcalde de Tacotalpa, ex presidente del TSJ, ex presidente de la desaparecida Gran Comisión de la Cámara de diputados, ex director de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades (DACSH) y todavía titular de Educación Guillermo Narváez Osorio, llegue a rectoría.

Todo indica que ya hay los consensos dentro y fuera de la universidad.

Como quien dice: “este arroz ya se coció”.