/ lunes 24 de agosto de 2020

Tabasco político | No quitar el dedo del renglón

Ni el escandaloso y vergonzoso caso de corrupción del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin ni los más de dos mil 460 muertos que ha provocado el COVID-19 en el Estado de Tabasco ni ningún otro asunto de igual o mayor relevancia social, deben de hacer olvidar, por ningún instante, a los tabasqueños, y avecindados aquí, el descomunal saqueo a las finanzas estatales que grotescamente se cometió durante el desafortunado “gobierno” del ex mandatario Arturo Núñez Jiménez.

Al contrario, la población, y principalmente los actores del quehacer político local incluidos los medios de comunicación, por ningún motivo deben de “…quitar el dedo del renglón”, como dice el dicho.

Después de todo, no fueron uno ni dos ni tres ni cuatro pesos que se robaron a la mala, fueron miles de millones de pesos que desaparecieron de las arcas federal, estatal y municipal.

Estamos hablando de los impuestos que con muchísimos sacrificios pagaron miles de contribuyentes a las tres instancias gubernamentales, como para que una bola de ex funcionarios mal nacidos, inescrupulosos y desalmados se estén dando la gran vida sin consecuencia legal alguna.

Mientras al grueso de los gobernados se los está llevando literalmente el carajo, pues miles de ellos no tiene por X o Y ni para llevarse un pan a la boca. Así como lo está usted leyendo. Y es que la economía todavía no alcanza el ritmo que uno quisiera, a pesar de las obras que ha emprendido la presente administración, como es el distribuidor vial de la avenida Universidad.

Por ello, la imperiosa necesidad de que aquellos ex servidores públicos “núñistas” que se sirvieron con la cuchara grande sean llamados a cuentas, y si resultan culpables, que paguen sus latrocinios con cárcel, y que devuelvan el montón de dinero que se llevaron de mala leche. Porque de nada va a servir encerrarlos si en unos tres o cuatros años siguen disfrutando de lo mal habido.

Si alguien está obligado a cuidar y vigilar que así sea, ese es el gobernador Adán Augusto López Hernández y los titulares de la fiscalía y del TSJ, Jaime Humberto Lastra Bastar y Enrique Priego Oropeza, respectivamente. Capitalmente el titular del Poder Ejecutivo, ya que, una de las causas torales que lo catapultaron a la gubernatura, fue el hartazgo de los ciudadanos de la corruptísima administración núñista.

Ni Arturo Núñez Jiménez ni Martha Lilia López Aguilera ni Ángel Solís Carballo ni Rommel Franz Cerna Leeder ni David Gustavo Rosario Rodríguez Rosario ni Fernando Valenzuela Pernas ni Jorge Javier Priego Solís ni ninguno de los que ocasionaron el quiebre de las finanzas públicas deben de ser protegidos con el manto de la impunidad.

Más cuando públicamente el actual gobernador reveló haber encontrado un estado financieramente tronado.

Pruebas hasta para votar para arriba, sostienen desde la fiscalía.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

De las declaraciones del recién nombrado dirigente del PRD, Javier Cabrera Sandoval, concluyó que es de los ciegos que están convencidísimos de que nunca volverán a recuperar su vista.

Y es que el PRD, PRI y PAN en estos momentos están para llorar, al grado tal, que de los tres partidos no se hace uno.

Así de jodidos están.

Estamos a unos meses de que inicie el proceso electoral de 2021, y continúan sin hallarle la cuadratura al círculo.

Siguen divididos, enfrentados, desorganizados…

Javier Cabrera Sandoval, anda simple y sencillamente perdido. Muy lejos de la realidad.

Como también es el caso del dirigente priista: Dagoberto Lara Sedas, quien salió puque.

Ni el escandaloso y vergonzoso caso de corrupción del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin ni los más de dos mil 460 muertos que ha provocado el COVID-19 en el Estado de Tabasco ni ningún otro asunto de igual o mayor relevancia social, deben de hacer olvidar, por ningún instante, a los tabasqueños, y avecindados aquí, el descomunal saqueo a las finanzas estatales que grotescamente se cometió durante el desafortunado “gobierno” del ex mandatario Arturo Núñez Jiménez.

Al contrario, la población, y principalmente los actores del quehacer político local incluidos los medios de comunicación, por ningún motivo deben de “…quitar el dedo del renglón”, como dice el dicho.

Después de todo, no fueron uno ni dos ni tres ni cuatro pesos que se robaron a la mala, fueron miles de millones de pesos que desaparecieron de las arcas federal, estatal y municipal.

Estamos hablando de los impuestos que con muchísimos sacrificios pagaron miles de contribuyentes a las tres instancias gubernamentales, como para que una bola de ex funcionarios mal nacidos, inescrupulosos y desalmados se estén dando la gran vida sin consecuencia legal alguna.

Mientras al grueso de los gobernados se los está llevando literalmente el carajo, pues miles de ellos no tiene por X o Y ni para llevarse un pan a la boca. Así como lo está usted leyendo. Y es que la economía todavía no alcanza el ritmo que uno quisiera, a pesar de las obras que ha emprendido la presente administración, como es el distribuidor vial de la avenida Universidad.

Por ello, la imperiosa necesidad de que aquellos ex servidores públicos “núñistas” que se sirvieron con la cuchara grande sean llamados a cuentas, y si resultan culpables, que paguen sus latrocinios con cárcel, y que devuelvan el montón de dinero que se llevaron de mala leche. Porque de nada va a servir encerrarlos si en unos tres o cuatros años siguen disfrutando de lo mal habido.

Si alguien está obligado a cuidar y vigilar que así sea, ese es el gobernador Adán Augusto López Hernández y los titulares de la fiscalía y del TSJ, Jaime Humberto Lastra Bastar y Enrique Priego Oropeza, respectivamente. Capitalmente el titular del Poder Ejecutivo, ya que, una de las causas torales que lo catapultaron a la gubernatura, fue el hartazgo de los ciudadanos de la corruptísima administración núñista.

Ni Arturo Núñez Jiménez ni Martha Lilia López Aguilera ni Ángel Solís Carballo ni Rommel Franz Cerna Leeder ni David Gustavo Rosario Rodríguez Rosario ni Fernando Valenzuela Pernas ni Jorge Javier Priego Solís ni ninguno de los que ocasionaron el quiebre de las finanzas públicas deben de ser protegidos con el manto de la impunidad.

Más cuando públicamente el actual gobernador reveló haber encontrado un estado financieramente tronado.

Pruebas hasta para votar para arriba, sostienen desde la fiscalía.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

De las declaraciones del recién nombrado dirigente del PRD, Javier Cabrera Sandoval, concluyó que es de los ciegos que están convencidísimos de que nunca volverán a recuperar su vista.

Y es que el PRD, PRI y PAN en estos momentos están para llorar, al grado tal, que de los tres partidos no se hace uno.

Así de jodidos están.

Estamos a unos meses de que inicie el proceso electoral de 2021, y continúan sin hallarle la cuadratura al círculo.

Siguen divididos, enfrentados, desorganizados…

Javier Cabrera Sandoval, anda simple y sencillamente perdido. Muy lejos de la realidad.

Como también es el caso del dirigente priista: Dagoberto Lara Sedas, quien salió puque.