/ miércoles 16 de diciembre de 2020

Tabasco político | Inducidos a morir

Deliberadamente el secretario de Bienestar, Javier May Rodríguez, continúa mandando a miles de tabasqueños, y avecindados aquí, a la muerte.

No es ninguna casualidad que en los últimos días esté creciendo alarmantemente el número de infectados por el coronavirus. Lo que también disparará exponencialmente en los siguientes días, a todo lo largo y ancho del territorio choco, los decesos.

Ello obligó literalmente al gobierno a decretar nuevas medidas de seguridad en los comercios, bares, cantinas, expendedores de licores y cervezas, etcétera, etcétera, con tal de parar el genocidio que se avecina.

La mezquindad y ambición de Javier May Rodríguez no tiene límites, no tiene perdón de Dios.

Política y socialmente está afectando no solo al partido en el poder, sino principalmente la imagen del propio gobernador Adán Augusto López Hernández, tal y como lo hizo en su momento el Director General de la CFE, Manuel Bartlett Díaz.

Como entonces los gobernados están directamente responsabilizando al inquilino de la Quinta Grijalva, lo acusan de inducir a morir a los damnificados y no, que puntualmente atiborran los lugares, sin seguir ninguna de las medidas del sector salud, para prevenir ser contaminados por el COVID-19, en donde están desordenadamente pagando a la mano los 10 mil pesos de la ayuda federal.

La desorganización es monstruosa, patética.

La politización del programa federal es ruin, dantesca, suicida.

Como vayan conociéndose las estadísticas cotidianas de los infectados y muertos va a irse sabiendo el tamaño de la irresponsabilidad de la ignominia del asesino ex edil de Comalcalco.

Todo por su desmedida ambición de ser el candidato de Morena a la gubernatura en el 2024.

Si piensa que así va a avanzar en su entelequia política está muy, pero muy equivocado, pues a la larga, va a resultarle sumamente caro. El desgaste político que va a tener por propagar a propósito el letal virus lo va a excluir de la contienda por relevar al actual mandatario.

Si su posibilidad era escasa, su perniciosa actuación lo va a sepultar vivo.

El futuro político de Javier May Rodríguez está escrito.

Siempre será recordado como el funcionario federal que llevo a sus paisanos a la desgracia, a la hoguera.

Cuando pudo ser todo lo contrario, pero con su proverbial ignorancia, incapacidad, insensibilidad, insensatez, incompetencia y falta de pericia se autoinmoló.

Allá él, que con su pan se lo coma.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si el número de infectados y muertos siguen elevándose como hasta ahora, dé usted por hecho, que el próximo Decreto gubernamental va a ser más severo.

Y todos los lamentaremos por las consecuencias económicas que implícitamente va a traer.

Así que más vale, que volvamos a tomar en serio las indicaciones de la secretaría de Salud, antes de que sea demasiado tarde.

Recuerde: estamos a tiempo de evitar no nada más que la situación económica se agrave más de lo que ya está, sino de que no siga habiendo más familias de luto y desamparadas.

Creo que con las que ya ha dejado la pandemia son más que suficientes.

Haga caso a las recomendaciones sanitarias, y estaremos mejor.

No sea necio, terco, amachado, obcecado.

No hay nada más importante y valioso que la vida. Ésta desafortunadamente no retoña.

El que se murió, murió, y ya no hay nada que hacer.

Deliberadamente el secretario de Bienestar, Javier May Rodríguez, continúa mandando a miles de tabasqueños, y avecindados aquí, a la muerte.

No es ninguna casualidad que en los últimos días esté creciendo alarmantemente el número de infectados por el coronavirus. Lo que también disparará exponencialmente en los siguientes días, a todo lo largo y ancho del territorio choco, los decesos.

Ello obligó literalmente al gobierno a decretar nuevas medidas de seguridad en los comercios, bares, cantinas, expendedores de licores y cervezas, etcétera, etcétera, con tal de parar el genocidio que se avecina.

La mezquindad y ambición de Javier May Rodríguez no tiene límites, no tiene perdón de Dios.

Política y socialmente está afectando no solo al partido en el poder, sino principalmente la imagen del propio gobernador Adán Augusto López Hernández, tal y como lo hizo en su momento el Director General de la CFE, Manuel Bartlett Díaz.

Como entonces los gobernados están directamente responsabilizando al inquilino de la Quinta Grijalva, lo acusan de inducir a morir a los damnificados y no, que puntualmente atiborran los lugares, sin seguir ninguna de las medidas del sector salud, para prevenir ser contaminados por el COVID-19, en donde están desordenadamente pagando a la mano los 10 mil pesos de la ayuda federal.

La desorganización es monstruosa, patética.

La politización del programa federal es ruin, dantesca, suicida.

Como vayan conociéndose las estadísticas cotidianas de los infectados y muertos va a irse sabiendo el tamaño de la irresponsabilidad de la ignominia del asesino ex edil de Comalcalco.

Todo por su desmedida ambición de ser el candidato de Morena a la gubernatura en el 2024.

Si piensa que así va a avanzar en su entelequia política está muy, pero muy equivocado, pues a la larga, va a resultarle sumamente caro. El desgaste político que va a tener por propagar a propósito el letal virus lo va a excluir de la contienda por relevar al actual mandatario.

Si su posibilidad era escasa, su perniciosa actuación lo va a sepultar vivo.

El futuro político de Javier May Rodríguez está escrito.

Siempre será recordado como el funcionario federal que llevo a sus paisanos a la desgracia, a la hoguera.

Cuando pudo ser todo lo contrario, pero con su proverbial ignorancia, incapacidad, insensibilidad, insensatez, incompetencia y falta de pericia se autoinmoló.

Allá él, que con su pan se lo coma.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si el número de infectados y muertos siguen elevándose como hasta ahora, dé usted por hecho, que el próximo Decreto gubernamental va a ser más severo.

Y todos los lamentaremos por las consecuencias económicas que implícitamente va a traer.

Así que más vale, que volvamos a tomar en serio las indicaciones de la secretaría de Salud, antes de que sea demasiado tarde.

Recuerde: estamos a tiempo de evitar no nada más que la situación económica se agrave más de lo que ya está, sino de que no siga habiendo más familias de luto y desamparadas.

Creo que con las que ya ha dejado la pandemia son más que suficientes.

Haga caso a las recomendaciones sanitarias, y estaremos mejor.

No sea necio, terco, amachado, obcecado.

No hay nada más importante y valioso que la vida. Ésta desafortunadamente no retoña.

El que se murió, murió, y ya no hay nada que hacer.