/ viernes 29 de mayo de 2020

Tabasco político | ¿Impunidad?

Después de más de un año de estar sirviéndose con la cuchara grande y de demostrar su proverbial ineficacia e ineficiencia al frente del ayuntamiento de Jalapa, fue destituida la ex alcaldesa María Asunción Silván.

Sinceramente: hasta mucho duró en el cargo, pues desde el año pasado debió de haber sido removida de su cargo público. Motivos había de fondo y de sobras para su relevo.

Llegó ahí, por el efecto andresmanuelista, como otras muchas autoridades de elección popular que continúan en sus encomiendas porque no han caído de la gracia del gobernador Adán Augusto López Hernández.

Si estuviera esa decisión en manos de sus gobernados, júrelo usted, que en los primeros seis meses hubieran sido destituidos.

Confiemos en que la remoción de María Asunción Silván no sea una jugada política para darle impunidad a su desastrosa cuenta pública de 2019 y 2020 ni a todas las ilegalidades que cometió como primera autoridad de los jalapanecos.

Los diputados tienen la palabra o, mejor dicho, la fracción parlamentaria de Morena y sus aliados políticos que han dejado verdaderamente mucho que desear en la presente legislatura.

La tarea de los diputados priistas y perredistas y demás opositores no “maiceados” es denunciar en tribuna con energía, como otras tantas veces lo han hecho, todos los malos manejos de la inútil y ruin ex edil de Jalapa.

Y si efectivamente se le comprueba todas las acusaciones de la que ha sido objeto por tiros y troyanos que se proceda en contra de ella apegado al Estado de Derecho.

Que se le aplique todo el peso de la ley, como a cualquier otro ciudadano común y corriente.

No solo a ella, sino también a todos aquellos políticos que juraron cumplir la constitución y demás leyes en la materia y deliberadamente la conculcaron.

No vaya a ocurrir más tarde que la bancada morenista y demás testaferros decidieron cobijarla con el manto de la impunidad.

Que es lo que está pensando la clase política y principalmente los que votaron esperanzados que a Jalapa vendría tiempos de prosperidad y bonanza.

Y mire usted, lo que son las cosas, el municipio lo dejo peor que como estaba hasta antes de su desafortunada llegada.

En lugar de avanzar, retrocedió olímpicamente.

No resta más que esperar la respuesta de los que están obligados a sentarla en el banquillo de los acusados por saquear, sin pudor alguno, al municipio.

Jalapa como otras demarcaciones, ahora mal gobernadas por el partido en el gobierno, son de las que con toda seguridad va a perder irremediablemente Morena en las elecciones intermedias.

“Me canso ganso”, como dijera el clásico.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Tienen toda la razón los tabasqueños, y avecindados aquí, que están súper encabronados por la gran irresponsabilidad que han mostrados miles de ciudadanos que sin tener motivo alguno para salir de sus casas ponen en peligro sus vidas y las de los demás.

A pesar de los decesos y del exponencial número de contaminados por el letal COVID-19 que hay en Tabasco, es increíble, que a estas alturas del partido “no les caiga el veinte”, de lo que cotidianamente está pasando a sus alrededores.

Locos, suicidas…vaya usted a saber que carajo sean, pero son definitivamente los responsables inmediatos de que las estadísticas de decesos e infectados siga, día con día, elevándose.

Lo que va retrasar y dificultar que la “normalidad” vuelva a tomar su cauce.

De verdad, que no le tiene ni un poquitito de respeto a la muerte.

En fin, allá ellos.

Después de más de un año de estar sirviéndose con la cuchara grande y de demostrar su proverbial ineficacia e ineficiencia al frente del ayuntamiento de Jalapa, fue destituida la ex alcaldesa María Asunción Silván.

Sinceramente: hasta mucho duró en el cargo, pues desde el año pasado debió de haber sido removida de su cargo público. Motivos había de fondo y de sobras para su relevo.

Llegó ahí, por el efecto andresmanuelista, como otras muchas autoridades de elección popular que continúan en sus encomiendas porque no han caído de la gracia del gobernador Adán Augusto López Hernández.

Si estuviera esa decisión en manos de sus gobernados, júrelo usted, que en los primeros seis meses hubieran sido destituidos.

Confiemos en que la remoción de María Asunción Silván no sea una jugada política para darle impunidad a su desastrosa cuenta pública de 2019 y 2020 ni a todas las ilegalidades que cometió como primera autoridad de los jalapanecos.

Los diputados tienen la palabra o, mejor dicho, la fracción parlamentaria de Morena y sus aliados políticos que han dejado verdaderamente mucho que desear en la presente legislatura.

La tarea de los diputados priistas y perredistas y demás opositores no “maiceados” es denunciar en tribuna con energía, como otras tantas veces lo han hecho, todos los malos manejos de la inútil y ruin ex edil de Jalapa.

Y si efectivamente se le comprueba todas las acusaciones de la que ha sido objeto por tiros y troyanos que se proceda en contra de ella apegado al Estado de Derecho.

Que se le aplique todo el peso de la ley, como a cualquier otro ciudadano común y corriente.

No solo a ella, sino también a todos aquellos políticos que juraron cumplir la constitución y demás leyes en la materia y deliberadamente la conculcaron.

No vaya a ocurrir más tarde que la bancada morenista y demás testaferros decidieron cobijarla con el manto de la impunidad.

Que es lo que está pensando la clase política y principalmente los que votaron esperanzados que a Jalapa vendría tiempos de prosperidad y bonanza.

Y mire usted, lo que son las cosas, el municipio lo dejo peor que como estaba hasta antes de su desafortunada llegada.

En lugar de avanzar, retrocedió olímpicamente.

No resta más que esperar la respuesta de los que están obligados a sentarla en el banquillo de los acusados por saquear, sin pudor alguno, al municipio.

Jalapa como otras demarcaciones, ahora mal gobernadas por el partido en el gobierno, son de las que con toda seguridad va a perder irremediablemente Morena en las elecciones intermedias.

“Me canso ganso”, como dijera el clásico.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Tienen toda la razón los tabasqueños, y avecindados aquí, que están súper encabronados por la gran irresponsabilidad que han mostrados miles de ciudadanos que sin tener motivo alguno para salir de sus casas ponen en peligro sus vidas y las de los demás.

A pesar de los decesos y del exponencial número de contaminados por el letal COVID-19 que hay en Tabasco, es increíble, que a estas alturas del partido “no les caiga el veinte”, de lo que cotidianamente está pasando a sus alrededores.

Locos, suicidas…vaya usted a saber que carajo sean, pero son definitivamente los responsables inmediatos de que las estadísticas de decesos e infectados siga, día con día, elevándose.

Lo que va retrasar y dificultar que la “normalidad” vuelva a tomar su cauce.

De verdad, que no le tiene ni un poquitito de respeto a la muerte.

En fin, allá ellos.