/ viernes 25 de octubre de 2019

Tabasco Político I Si alguien los conoce, díganle que estamos “preocupadísimos”

En el Congreso de la Unión tenemos a tres senadores y a ocho diputados que supuestamente defiende, a capa y espada, los intereses de los tabasqueños, y avecindados aquí, empero, la mayoría de ellos, ya se olvidaron de los compromisos adquiridos en campaña.

De los legisladores federales de la Cámara baja, Soraya Pérez Munguía es la que más presencia ha tenido en los medios de comunicación con el tema de la controvertida y polémica refinería, que aprovechó magníficamente para darse a conocer, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño.

Convirtiéndose la priista en una migraña para el gobierno federal y estatal, sin embargo, en las últimas semanas se ha notado su ausencia en los temas relevantes del país y choco.

Su par de Morena Manuel Rodríguez González es el otro parlamentario de San Lázaro que también se ha hecho presente, aunque muy por debajo de la cardenense, a pesar de que encabeza la presidencia de la Comisión de Energía y es uno de los aspirantes a la alcaldía de Centro.

Su última incursión con motivo del primer informe de su labor cameral, no tuvo el eco esperado, ya que no contó con la presencia del gobernador Adán Augusto López Hernández, del edil Evaristo Hernández Cruz y del grueso de los integrantes del gabinete y de los alcaldes.

Desluciendo el evento del Esperanza Iris.

De los restantes diputados no se sabe absolutamente nada.

Me refiero a: Patricia Laura Ávalos Magaña, Teresa Burelo Cortázar, Gregorio Efraín Espadas Méndez, Estela Núñez Álvarez, Editrudis Rodríguez Arellano y Ricardo de la Peña Marshall.

Quiero suponer que sus múltiples actividades congresales y enorme preocupación por lo que está ocurriendo en su terruño en los rubros de salud, inseguridad pública, desempleo, economía…no los deja venir a visitar a sus paisanos, sobre todo la docente Rodríguez Arellano, que arribó a la curul por la vía plurinominal.

Los senadores “no cantan mal las rancheras”, pues de los tres que ostentan un escaño en el Senado, de Ovidio Salvador Peralta Suárez,no se sabe nada.

En cambio, el perredista Juan Manuel Fócil Pérez se le ve muy seguido por acá, no solo como contumaz crítico de los gobiernos federal y estatal, sino sustancialmente haciendo labores partidistas.

Si en el pasado inmediato que no tenía muchos compromisos casi no daba la cara, ahora menos, ya que, como presidenta de la Mesa Directiva del Senado, la arquitecta y teapaneca Mónica Fernández Balboa está cargadísima, por obvias y sobradas razones, de trabajo.

Así que, por ahora, no la verán, más que en fotografías y en redes sociales.

No es cómo para que nos vayamos a suicidar por la insensibilidad, indolencia, desidia e irresponsabilidad de nuestros legisladores federales, y menos cuando nuestros diputados locales, que están a la vuelta de la esquina, tampoco visitan sus distritos electorales, salvo sus contadísimas excepciones.

Después de todo, nunca se han preocupado por sus gobernados.

Eso sí, el año que entra, “me canso ganso”, parafraseando a nuestro presidente, los veremos más seguido, prometiéndonos de nuevo: “las perlas de la virgen”, tal y como lo hicieron el año pasado.

Allá usted, si decide de nuevo confiar en ellos.

Después no se queje ni se ponga a llorar.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La elección de los tres mil delegados -diez por cada uno de los 300 distritos electorales- en todo el país, para elegir a finales de noviembre al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, fue un total desastre.

La anarquía total.

Todo mundo metió manos, y las funestas consecuencias están a la vista.


En el Congreso de la Unión tenemos a tres senadores y a ocho diputados que supuestamente defiende, a capa y espada, los intereses de los tabasqueños, y avecindados aquí, empero, la mayoría de ellos, ya se olvidaron de los compromisos adquiridos en campaña.

De los legisladores federales de la Cámara baja, Soraya Pérez Munguía es la que más presencia ha tenido en los medios de comunicación con el tema de la controvertida y polémica refinería, que aprovechó magníficamente para darse a conocer, a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño.

Convirtiéndose la priista en una migraña para el gobierno federal y estatal, sin embargo, en las últimas semanas se ha notado su ausencia en los temas relevantes del país y choco.

Su par de Morena Manuel Rodríguez González es el otro parlamentario de San Lázaro que también se ha hecho presente, aunque muy por debajo de la cardenense, a pesar de que encabeza la presidencia de la Comisión de Energía y es uno de los aspirantes a la alcaldía de Centro.

Su última incursión con motivo del primer informe de su labor cameral, no tuvo el eco esperado, ya que no contó con la presencia del gobernador Adán Augusto López Hernández, del edil Evaristo Hernández Cruz y del grueso de los integrantes del gabinete y de los alcaldes.

Desluciendo el evento del Esperanza Iris.

De los restantes diputados no se sabe absolutamente nada.

Me refiero a: Patricia Laura Ávalos Magaña, Teresa Burelo Cortázar, Gregorio Efraín Espadas Méndez, Estela Núñez Álvarez, Editrudis Rodríguez Arellano y Ricardo de la Peña Marshall.

Quiero suponer que sus múltiples actividades congresales y enorme preocupación por lo que está ocurriendo en su terruño en los rubros de salud, inseguridad pública, desempleo, economía…no los deja venir a visitar a sus paisanos, sobre todo la docente Rodríguez Arellano, que arribó a la curul por la vía plurinominal.

Los senadores “no cantan mal las rancheras”, pues de los tres que ostentan un escaño en el Senado, de Ovidio Salvador Peralta Suárez,no se sabe nada.

En cambio, el perredista Juan Manuel Fócil Pérez se le ve muy seguido por acá, no solo como contumaz crítico de los gobiernos federal y estatal, sino sustancialmente haciendo labores partidistas.

Si en el pasado inmediato que no tenía muchos compromisos casi no daba la cara, ahora menos, ya que, como presidenta de la Mesa Directiva del Senado, la arquitecta y teapaneca Mónica Fernández Balboa está cargadísima, por obvias y sobradas razones, de trabajo.

Así que, por ahora, no la verán, más que en fotografías y en redes sociales.

No es cómo para que nos vayamos a suicidar por la insensibilidad, indolencia, desidia e irresponsabilidad de nuestros legisladores federales, y menos cuando nuestros diputados locales, que están a la vuelta de la esquina, tampoco visitan sus distritos electorales, salvo sus contadísimas excepciones.

Después de todo, nunca se han preocupado por sus gobernados.

Eso sí, el año que entra, “me canso ganso”, parafraseando a nuestro presidente, los veremos más seguido, prometiéndonos de nuevo: “las perlas de la virgen”, tal y como lo hicieron el año pasado.

Allá usted, si decide de nuevo confiar en ellos.

Después no se queje ni se ponga a llorar.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La elección de los tres mil delegados -diez por cada uno de los 300 distritos electorales- en todo el país, para elegir a finales de noviembre al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, fue un total desastre.

La anarquía total.

Todo mundo metió manos, y las funestas consecuencias están a la vista.