/ miércoles 22 de abril de 2020

Tabasco político | Escenarios previsibles

Si finalmente, los efectos letales del COVID-19 en Tabasco, no hacen los estragos en la población que algunos están pensando, y el partido en el gobierno realiza con acierto su trabajo político, social y económico, las elecciones intermedias de 2021 no generarían en Morena los resultados apocalípticos que anticipan no solos sus adversarios, sino sus propios militantes y aliados.

Si, por el contrario, la presente administración falla en su propósito de que la pandemia no se les salga de control, el proceso electoral en puertas va a ser devastador, para que sigan controlando la mayoría en el Congreso local y en 15 de los 17 municipios, tal y como hasta ahora.

Si antes de la crisis sanitaria, el gobierno estaba en serios aprietos de aceptación ciudadana, a causa de los altos niveles de inseguridad pública, desempleo, falta de circulante y malos servicios públicos, con un panorama más adverso, como el que puede derivarse del COVID-19, las consecuencias serán catastróficas, de muerte pues.

Política y electoralmente no meterían ni las manos.

Los ciudadanos castigarán dura y severamente con sus votos en las urnas el mal desempeño del gobierno por el que sufragaron, para que supuestamente cambiaran los diferentes escenarios, no para que empeoraran.

En unas cuantas semanas más sabremos con precisión el futuro político de Morena y de su gobierno.

Si logran más o menos controlar lo que se ve venir, que se ve sanitariamente complicado que lo hagan por el deteriorado sistema de salud que prevalece en la entidad, y en los demás estados de la República, habrán dado un gran paso camino a la jornada electoral del próximo año.

Morena y su gobierno estatal y municipal están en la peor encrucijada de su historia, la decepción de los gobernados continúa avanzando más rápido que hace algunas cuantas semanas, el virus del COVID-19 los tiene literalmente contra la pared, arrinconados.

Y por lo menos aquí, en la merita tierra del titular del Poder Ejecutivo Federal está dejando muchísimo que desear.

Políticamente, no se ve por ningún lado que estén haciendo la chamba que corresponde a momentos tan cruciales como lo que estamos padeciendo desde hace algunos días.

El partido y los funcionarios, salvo uno que otro, se les ve ausente de la sociedad, no sé si por falta de profesionalismo, incapacidad o, porque de plano están convencidos de que ya no hay nada que hacer.

De que el proyecto de la 4T, hasta ahí llegó.

El caso es que han dejado vacíos de poder que sus opositores han sabido aprovechar magníficamente para resaltar las incompetencias, deficiencias e ineficacias que han demostrado en su lucha contra el COVID-19.

En efecto, después de que pase la crisis del coronavirus nada seguirá siendo igual, y el partido en el ejercicio público es de los que más va a resentir sus consecuencias nefastas.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Mientras la gente no haga plena conciencia del daño irreversible que puede ocasionar el COVID-19, no nada más físico, sino también social y económico, como ya lo está haciendo, el gobierno federal podrá continuar elevando las etapas, como ayer que entramos al nivel 3, pero sin cumplirse las expectativas deseadas por las autoridades sanitarias.

¿Por qué? Los gobernados no siguen las indicaciones, les va y les viene. Y no me refiero nada más a los que por una u otra causa tienen que salir para sobrevivir, sino también a los pudientes.

El tianguis “Alfonso Taracena” es una bomba de tiempo.

Si bien es cierto, que el edil de Centro, Evaristo Hernández Cruz, ha ordenado instalar tinacos y recipientes con jabón para lavarse las manos, cuando entran y salen del lugar, es poquísima la gente que lo utiliza.

Y ya mejor ni hablemos de cubre bocas.

Definitivamente, falta por parte del gobierno estatal: ¡mano dura! ¡Palo!

Si no, esto no va a funcionar.

Y la culpa de los muertitos se la van a echar a Adán Augusto López Hernández, a como ya lo están haciendo responsable de la difícil situación económica por la que estamos atravesando.

Si no, al tiempo.

Si finalmente, los efectos letales del COVID-19 en Tabasco, no hacen los estragos en la población que algunos están pensando, y el partido en el gobierno realiza con acierto su trabajo político, social y económico, las elecciones intermedias de 2021 no generarían en Morena los resultados apocalípticos que anticipan no solos sus adversarios, sino sus propios militantes y aliados.

Si, por el contrario, la presente administración falla en su propósito de que la pandemia no se les salga de control, el proceso electoral en puertas va a ser devastador, para que sigan controlando la mayoría en el Congreso local y en 15 de los 17 municipios, tal y como hasta ahora.

Si antes de la crisis sanitaria, el gobierno estaba en serios aprietos de aceptación ciudadana, a causa de los altos niveles de inseguridad pública, desempleo, falta de circulante y malos servicios públicos, con un panorama más adverso, como el que puede derivarse del COVID-19, las consecuencias serán catastróficas, de muerte pues.

Política y electoralmente no meterían ni las manos.

Los ciudadanos castigarán dura y severamente con sus votos en las urnas el mal desempeño del gobierno por el que sufragaron, para que supuestamente cambiaran los diferentes escenarios, no para que empeoraran.

En unas cuantas semanas más sabremos con precisión el futuro político de Morena y de su gobierno.

Si logran más o menos controlar lo que se ve venir, que se ve sanitariamente complicado que lo hagan por el deteriorado sistema de salud que prevalece en la entidad, y en los demás estados de la República, habrán dado un gran paso camino a la jornada electoral del próximo año.

Morena y su gobierno estatal y municipal están en la peor encrucijada de su historia, la decepción de los gobernados continúa avanzando más rápido que hace algunas cuantas semanas, el virus del COVID-19 los tiene literalmente contra la pared, arrinconados.

Y por lo menos aquí, en la merita tierra del titular del Poder Ejecutivo Federal está dejando muchísimo que desear.

Políticamente, no se ve por ningún lado que estén haciendo la chamba que corresponde a momentos tan cruciales como lo que estamos padeciendo desde hace algunos días.

El partido y los funcionarios, salvo uno que otro, se les ve ausente de la sociedad, no sé si por falta de profesionalismo, incapacidad o, porque de plano están convencidos de que ya no hay nada que hacer.

De que el proyecto de la 4T, hasta ahí llegó.

El caso es que han dejado vacíos de poder que sus opositores han sabido aprovechar magníficamente para resaltar las incompetencias, deficiencias e ineficacias que han demostrado en su lucha contra el COVID-19.

En efecto, después de que pase la crisis del coronavirus nada seguirá siendo igual, y el partido en el ejercicio público es de los que más va a resentir sus consecuencias nefastas.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Mientras la gente no haga plena conciencia del daño irreversible que puede ocasionar el COVID-19, no nada más físico, sino también social y económico, como ya lo está haciendo, el gobierno federal podrá continuar elevando las etapas, como ayer que entramos al nivel 3, pero sin cumplirse las expectativas deseadas por las autoridades sanitarias.

¿Por qué? Los gobernados no siguen las indicaciones, les va y les viene. Y no me refiero nada más a los que por una u otra causa tienen que salir para sobrevivir, sino también a los pudientes.

El tianguis “Alfonso Taracena” es una bomba de tiempo.

Si bien es cierto, que el edil de Centro, Evaristo Hernández Cruz, ha ordenado instalar tinacos y recipientes con jabón para lavarse las manos, cuando entran y salen del lugar, es poquísima la gente que lo utiliza.

Y ya mejor ni hablemos de cubre bocas.

Definitivamente, falta por parte del gobierno estatal: ¡mano dura! ¡Palo!

Si no, esto no va a funcionar.

Y la culpa de los muertitos se la van a echar a Adán Augusto López Hernández, a como ya lo están haciendo responsable de la difícil situación económica por la que estamos atravesando.

Si no, al tiempo.