/ sábado 30 de enero de 2021

Tabasco político | De plácemes

El dirigente estatal de Morena, Pedro Hernández Jiménez, debe de estar más que satisfecho, y no precisamente, porque haya logrado hacer de su partido una organización política muy bien estructurada, sino porque los de enfrente están igual o peor.

Nada más que tiene a su favor algo que no tienen el PRI y el PRD: poder político y económico (no mencionó a los demás partidos políticos incluyendo al PAN y al PVEM, porque electoralmente no representan nada.

A como se ven los actuales escenarios políticos, Morena va a volver a salir airoso de la contienda electoral del domingo 6 de junio.

Si bien es cierto, que no va a arrasar como en el 2018, pues ya no contará con el “efecto andresmanuelista”, si va a ganar la mayoría de las diputaciones federal y estatal y hasta las alcaldías, a pesar del pésimo trabajo del grueso de los alcaldes del Morena.

De verdad, que el PRI y el PRD están para llorar. Ni en los tiempos de Arturo Núñez Jiménez, que traía fama de ser una “chucha cuerera”, estuvo el tricolor tan desorganizado, dividido, enfrentado. En pocas palabras: sin pies ni cabeza.

El perredé, ni se diga. Ni en los tiempos del ex gobernador Roberto Madrazo Pintado, que siempre fue su coco, se había visto como ahora. En gran parte tiene la culpa el corruptísimo gobierno de su gurú Núñez Jiménez, pero también de los que se adueñaron de lo que quedó de lo que alguna vez fue un gran partido opositor no solo aquí sino en el país.

Hay que reconocerlo, hay que aceptarlo, desde ahora, porque luego será más doloroso, Morena está en un proceso político-electoral del que va a triunfar.

Es obvio que va a perder algunas curules y presidencias municipales, pero nada que vaya a cambiar el rumbo del actual gobierno. Adán Augusto López Hernández seguirá teniendo el control político en lo que resta de su mandato.

No tengo la menor duda. Y es que los que resulten los abanderados de Morena no tendrán adversarios de cuidados, populares, carismáticos, empáticos, sagaces, salvos sus contadísimas excepciones, como es el caso conocido de Andrés Rafael Granier Melo.

Literalmente, va a un día de campo.

Todo porque la oposición no asumió con responsabilidad y profesionalismo el rol que debió asumir como antagonista de la presente administración.

Una oposición con un discurso definido, crítico, constructivo. De miras altas, pues.

Y el costo político de sus interminables pleitos mezquinos se los van a cobrar los ciudadanos en las urnas.

De lo que tampoco tengo duda alguna.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Contra lo que piensan muchos, la ex titular de Cultura, Yolanda Osuna Huerta, daría brincos de gusto, si el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, resultará candidato del PRD a la alcaldía de Centro.

¿Por qué? Se preguntará usted. Por la simple y sencilla razón -respondo- de que el voto priista se dividirá entre éste y su ex par Andrés Rafael Granier Melo.

Del que estoy convencido de que el famoso químico ganaría. La fuerza de éste controvertido personaje radica fundamentalmente aquí en la capital. Si la elección fuera a nivel estatal, Andrade Díaz tendría mayores expectativas de ganar, pero localmente no.

Definitivamente, la conspicua fémina sería la más beneficiada de este duelo de titanes, si no, al tiempo.

El dirigente estatal de Morena, Pedro Hernández Jiménez, debe de estar más que satisfecho, y no precisamente, porque haya logrado hacer de su partido una organización política muy bien estructurada, sino porque los de enfrente están igual o peor.

Nada más que tiene a su favor algo que no tienen el PRI y el PRD: poder político y económico (no mencionó a los demás partidos políticos incluyendo al PAN y al PVEM, porque electoralmente no representan nada.

A como se ven los actuales escenarios políticos, Morena va a volver a salir airoso de la contienda electoral del domingo 6 de junio.

Si bien es cierto, que no va a arrasar como en el 2018, pues ya no contará con el “efecto andresmanuelista”, si va a ganar la mayoría de las diputaciones federal y estatal y hasta las alcaldías, a pesar del pésimo trabajo del grueso de los alcaldes del Morena.

De verdad, que el PRI y el PRD están para llorar. Ni en los tiempos de Arturo Núñez Jiménez, que traía fama de ser una “chucha cuerera”, estuvo el tricolor tan desorganizado, dividido, enfrentado. En pocas palabras: sin pies ni cabeza.

El perredé, ni se diga. Ni en los tiempos del ex gobernador Roberto Madrazo Pintado, que siempre fue su coco, se había visto como ahora. En gran parte tiene la culpa el corruptísimo gobierno de su gurú Núñez Jiménez, pero también de los que se adueñaron de lo que quedó de lo que alguna vez fue un gran partido opositor no solo aquí sino en el país.

Hay que reconocerlo, hay que aceptarlo, desde ahora, porque luego será más doloroso, Morena está en un proceso político-electoral del que va a triunfar.

Es obvio que va a perder algunas curules y presidencias municipales, pero nada que vaya a cambiar el rumbo del actual gobierno. Adán Augusto López Hernández seguirá teniendo el control político en lo que resta de su mandato.

No tengo la menor duda. Y es que los que resulten los abanderados de Morena no tendrán adversarios de cuidados, populares, carismáticos, empáticos, sagaces, salvos sus contadísimas excepciones, como es el caso conocido de Andrés Rafael Granier Melo.

Literalmente, va a un día de campo.

Todo porque la oposición no asumió con responsabilidad y profesionalismo el rol que debió asumir como antagonista de la presente administración.

Una oposición con un discurso definido, crítico, constructivo. De miras altas, pues.

Y el costo político de sus interminables pleitos mezquinos se los van a cobrar los ciudadanos en las urnas.

De lo que tampoco tengo duda alguna.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Contra lo que piensan muchos, la ex titular de Cultura, Yolanda Osuna Huerta, daría brincos de gusto, si el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, resultará candidato del PRD a la alcaldía de Centro.

¿Por qué? Se preguntará usted. Por la simple y sencilla razón -respondo- de que el voto priista se dividirá entre éste y su ex par Andrés Rafael Granier Melo.

Del que estoy convencido de que el famoso químico ganaría. La fuerza de éste controvertido personaje radica fundamentalmente aquí en la capital. Si la elección fuera a nivel estatal, Andrade Díaz tendría mayores expectativas de ganar, pero localmente no.

Definitivamente, la conspicua fémina sería la más beneficiada de este duelo de titanes, si no, al tiempo.