/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Tabasco político | Coalición PRI, PRD y PAN 

Las principales fuerzas políticas opositoras (léase: PRI, PRD y PAN) al partido en el gobierno no tiene otra opción política, para las elecciones intermedias que coaligarse.

Si no logran concretizar las alianzas en el grueso de los 17 municipios y de las 21 curules y demás regidurías que van a disputarse el próximo año, sus expectativas de recuperarlas en las urnas son mínimas, prácticamente inexistentes.

No solo porque están desorganizados, desarticulados, divididos y enfrentados a causa de la ineptitud de sus dizques dirigentes, Dagoberto Lara Sedas, Francisco Javier Cabrera Sandoval y Pedro Gabriel Hidalgo Cáceres, sino sustancialmente por los intereses mezquinos y abominables que defienden a capa y espada.

Como partidos políticos de oposición no se han sabido comportar. No han estado a la altura que las circunstancias políticas, sociales y económicas están exigiendo.

No han sabido aprovechar los errores de sus adversarios políticos en el poder. No tienen un programa político y mediático del que se guíen para convertirse en una oposición activa, seria, responsable, constructiva.

En pocas palabras a sus lidercillos: el partido, sus militantes y simpatizantes los tienen sin cuidado.

Lo más seguro es que todavía no han sido enterados de que el proceso político-electoral del 2021 ya arrancó desde hace semanas, pues solo así se puede uno explicar, el desmadre que padecen interna y externamente.

Si de por sí la posible alianza partidista no es ninguna garantía de que vayan a barrer en las elecciones intermedias, separados irán “derechito al matadero”.

Aparte de coaligarse, si es que lo hacen, necesitan seleccionar a sus mejores mujeres y hombres, porque si no lo hacen, como están pretendiendo en Centla y en otros municipios, de nada servirá la alianza.

A poco creerán que el gobierno estatal y los presidentes municipales de Morena van a quedarse de brazos cruzados. Al contrario, van a hacer todo lo que está a su alcance, para volver a quedarse con la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso y con el mayor número de municipios y regidurías.

Definitivamente, los dirigentillos del PRI, PRD y PAN andan completamente extraviados, perdidos.

Y no creo que vayan a encontrar la ruta correcta en los siguientes meses.

Lo más seguro es que van a llegar a la competencia electoral más desunidos y enfrentados que ahora, si no, al tiempo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Tirios y troyanos coincidieron que el coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, Gerald Washington Herrera y quienes lo secundaron (me refiero a Minerva Santos García y Carlos Mario Ramos Hernández) en su torpe y miope decisión de no acudir al recinto Legislativo a escuchar el mensaje del mandatario Adán Augusto López Hernández, fue un error político mayúsculo, colosal.

Dejaron ir una magnífica oportunidad para cuestionar la labor del titular del Poder Ejecutivo local.

La misma que copiosamente critican a través de los medios de comunicación, pero qué en corto, de frente a frente, no se atrevieron.

Lo que no alcanzó a entender muy bien, es si lo hicieron por miedo, por ignorancia o porque los maicearon.

Quienes están cerca de Plaza de Armas, aseguran de que recibieron no nada más para pasarse una feliz Navidad y Año Nuevo, sino hasta para salir de viaje al extranjero.

El caso es que quedaron muy mal parados ante la sociedad civil y política.

Las principales fuerzas políticas opositoras (léase: PRI, PRD y PAN) al partido en el gobierno no tiene otra opción política, para las elecciones intermedias que coaligarse.

Si no logran concretizar las alianzas en el grueso de los 17 municipios y de las 21 curules y demás regidurías que van a disputarse el próximo año, sus expectativas de recuperarlas en las urnas son mínimas, prácticamente inexistentes.

No solo porque están desorganizados, desarticulados, divididos y enfrentados a causa de la ineptitud de sus dizques dirigentes, Dagoberto Lara Sedas, Francisco Javier Cabrera Sandoval y Pedro Gabriel Hidalgo Cáceres, sino sustancialmente por los intereses mezquinos y abominables que defienden a capa y espada.

Como partidos políticos de oposición no se han sabido comportar. No han estado a la altura que las circunstancias políticas, sociales y económicas están exigiendo.

No han sabido aprovechar los errores de sus adversarios políticos en el poder. No tienen un programa político y mediático del que se guíen para convertirse en una oposición activa, seria, responsable, constructiva.

En pocas palabras a sus lidercillos: el partido, sus militantes y simpatizantes los tienen sin cuidado.

Lo más seguro es que todavía no han sido enterados de que el proceso político-electoral del 2021 ya arrancó desde hace semanas, pues solo así se puede uno explicar, el desmadre que padecen interna y externamente.

Si de por sí la posible alianza partidista no es ninguna garantía de que vayan a barrer en las elecciones intermedias, separados irán “derechito al matadero”.

Aparte de coaligarse, si es que lo hacen, necesitan seleccionar a sus mejores mujeres y hombres, porque si no lo hacen, como están pretendiendo en Centla y en otros municipios, de nada servirá la alianza.

A poco creerán que el gobierno estatal y los presidentes municipales de Morena van a quedarse de brazos cruzados. Al contrario, van a hacer todo lo que está a su alcance, para volver a quedarse con la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso y con el mayor número de municipios y regidurías.

Definitivamente, los dirigentillos del PRI, PRD y PAN andan completamente extraviados, perdidos.

Y no creo que vayan a encontrar la ruta correcta en los siguientes meses.

Lo más seguro es que van a llegar a la competencia electoral más desunidos y enfrentados que ahora, si no, al tiempo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Tirios y troyanos coincidieron que el coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, Gerald Washington Herrera y quienes lo secundaron (me refiero a Minerva Santos García y Carlos Mario Ramos Hernández) en su torpe y miope decisión de no acudir al recinto Legislativo a escuchar el mensaje del mandatario Adán Augusto López Hernández, fue un error político mayúsculo, colosal.

Dejaron ir una magnífica oportunidad para cuestionar la labor del titular del Poder Ejecutivo local.

La misma que copiosamente critican a través de los medios de comunicación, pero qué en corto, de frente a frente, no se atrevieron.

Lo que no alcanzó a entender muy bien, es si lo hicieron por miedo, por ignorancia o porque los maicearon.

Quienes están cerca de Plaza de Armas, aseguran de que recibieron no nada más para pasarse una feliz Navidad y Año Nuevo, sino hasta para salir de viaje al extranjero.

El caso es que quedaron muy mal parados ante la sociedad civil y política.